Escribir en el blog
El simple hecho de estar aquí sentada, delante del ordenador cada mañana, incluso los tres días que empiezo la clase de inglés a las 8.05, demuestra una infalible verdad: escribir me apasiona.
En todos los días que he seguido mi tarea matutina de dejar constancia de muchos de mis pensamientos me he sentido ilusionada, plena, satisfecha y muy feliz de no dejar de teclear.
Durante estos últimos años, dedicados en cuerpo y alma a lograr el objetivo que fijé de pequeña y del que huí por cobardía, la ilusión de llegar a las librerías, de compartir con otros los mundos imaginarios que pueblan mi mente, de poder caminar por algún lugar y ver la sonrisa en el rostro de alguien que sostiene una de mis novelas frente a su mirada, me ha mantenido en pie, a pesar de los obstáculos y los múltiples rechazos.
Ahora es como si me hubiera tomado un descanso, como si mi cerebro quisiera aparcar u tiempo el duro ejercicio de retener todo el argumento e ir tirando del hilo para descubrir los fallos entre las páginas escritas y las secuencias que vienen después. Y el hecho de estar delante del teclado cada mañana, de compartir con la pantalla mis deseos y angustias, colma por completo la necesidad actual que tengo de proseguir con la escritura.
Y en este momento debo despedirme. ¡Mirad el reloj! ¡Tengo inglés en seis minutos!!!!!!
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