Preguntas y respuestas

8:03 Pat Casalà 0 Comments

            ¿Dónde residen las ideas? ¿De dónde saco cada una de las tramas que mi mente teje sin cesar? ¿Cómo delineo unos personajes y los voy llenando de vida, pasado, presente, ilusiones y frustraciones? ¿Y las emociones? ¿Y la estructura de la narración? ¿Y las tramas entrelazadas?.... ¡Hay tantas preguntas que me habéis hecho llegar que no sé si alcanzo a contestarlas todas!
            El proceso narrativo es algo que en mi caso sale innato. Es como si un resorte oculto se destapara cuando me siento ante la pantalla y dejara fluir por las teclas una historia que se ido formando con el paso de los días, como si estuviera viva dentro de mí y sólo necesitara que me siente ante la pantalla para plasmarse en forma de novela.
            Mi forma de escribir es un tanto errática. Siempre empiezo con una idea clara del principio y del final, pero no tengo más que una vaga idea de cómo llenar los capítulos intermedios. Investigo mucho acerca de los temas que quiero incorporar, pero muchas veces la mitad de mi investigación acaba arrinconada en la memoria del ordenador sin llegar a integrarse en la historia.
            Normalmente, cuando surge una idea mejor que la anterior debo retroceder en los capítulos ya escritos para rehacerlos y darles verosimilitud con el que acabo de escribir. Eso significa que mi mente está en constante hiperactividad, que no para de repasar los capítulos en busca de fisuras o incongruencias, a la vez que idea los siguientes.
            La intensidad que alcanzan mis pensamientos cuando me dedico en cuerpo y alma a una novela es inmensa. En muchos momentos dejo de dormir, incapaz de deshacerme de las tramas que se entrecruzan en mi cabeza. En otras ocasiones me traslado a la historia en cualquier lugar. ¡Mi marido es genial! Debo agradecerle que cuando desconecto de una situación actual para ahondar en alguna idea que aparece de repente, me entienda.
            Quizás por todo lo que os he contado ahora llevo más de ocho meses sin una constancia en la escritura. ¡Me encanta escribir! Y por ello quiero disfrutar haciéndolo. Normalmente no me incomoda aparcar otras cosas para centrar toda mi energía en los libros. Siempre he sido mujer de todo o nada, así que durante casi ocho años ha sido todo y ahora es nada. Tras el esfuerzo necesito ver frutos a mi trabajo para volver a disfrutar, así que de momento seguiré con el blog e intentaré recuperar la ilusión.   

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