Mercado nocturno y cena con Kid

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! La lluvia se empeña en oscurecer la mañana… Con lo bonito que se el cielo azul de los días de sol… A ver si despeja en algún momento y sonrío con más euforia. ¡Mañana es fiesta en Barcelona!
Mercado nocturno
Me parece mentira cómo pasa el tiempo. Ayer le planché el pelo a mi hija y al mirarla al espejo descubrí que había crecido tanto este verano que ya es más alta que yo. Es agradable saber que todavía están en época de crecimiento, me encanta que sea alta y no bajita como yo.
Aunque la adolescencia me deja descolocada constantemente. Parece que estén enfadados con la vida y que lo paguen con nosotros… A ver si conseguimos pasar esta época convulsa y adoptar una normalidad tranquila y agradable. Estoy decidida a cambiar algunas cosas para ver si mejoramos, en casa últimamente se habla a gritos…
Volvamos a Chiang Mai….
Tras quitarme el escorpión nos subimos al Toyota de Kid para regresar al hotel. Estábamos cansados, pero muy felices, las experiencias del día fueron intensas y necesitábamos descansar un ratito.
Carrito de la mujer de Kid
Mis hijos y mi marido decidieron bajar a la piscina un rato mientras yo me estiraba en la cama de la habitación demodé a dejar volar mi imaginación. Es uno de mis pasatiempos favoritos. Subieron enseguida, el cielo estaba encapotado y las primeras gotas de lluvia de la tarde refrescaron el ambiente.
Decidimos vestirnos y salir a explorar los alrededores del hotel. Sabíamos que muy cerca se monta cada atardecer un mercado nocturno, así que caminamos en la dirección opuesta al centro. Es impresionante cómo los tailandeses consiguen crear las paraditas de la nada con esa simplicidad.
Lloviznaba, así que nos cubrimos con los chubasqueros y abrimos el paraguas mientras regateábamos en algunos puestos. Compramos unas camisetas, pulseras, algún collar y unos cuantos recuerdos a un precio muy razonable.
Cenando
Kid nos había invitado a unos cuantos platos en el restaurante de su mujer, uno callejero con mesas de plástico. Corrimos porque no llegábamos a tiempo, por suerte él nos esperaba cerca del carrito.
¡Suerte de los chubasqueros! ¿Os imagináis en plena calle, sentados a la mesa y con la lluvia arreciando? Había un pequeño toldo que nos protegió un poquito del aguacero.
La comida que nos sirvieron fue espectacular, unos pad thai buenísimos, junto con una verdura con salsa de ostras que ahora mismo no recuerdo cómo se llama. Pedimos también pollo, arroz y unos cuantos platos más y el precio nos pareció más que justo.
¡Feliz día! J



You Might Also Like

0 comentarios: