Andrea llega al hotel (la trama 15)
Bueno, la estancia en la playa ha llegado a su fin, cuando cuelgue esta entrada me voy a hacer las maletas y a despedirme de Calella hasta el año que viene. De los amigos ya me despedí ayer por la tarde, igual que del mar, de la playa, del pueblo…. Siempre que me voy de un lugar querido siento la nostalgia del adiós, pero sé que cuando esta noche llegue a mi casita en las montañas la ilusión de regresar a otro de mis lugares preferidos borrará de un plumazo la morriña de haber abandonado la costa.
Me he leído las últimas entradas y está claro que llevo unos días divagando. Lo siento, debe ser el verano que me aletarga las neuronas y me hace repetir las cosas una y otra vez. ¡Es que me he pasado estas dos semanas corrigiendo La Baraja, elaborando parte de la trama de nuestro relato y leyendo! Y creo que mi cerebro está un poquito saturado. ¡Pero sarna con gusto no pica! ¡Y a mí me encanta estar pegada al ordenador o a un libro!
Bueno, hoy voy a escribir un poquito acerca de la trama, vamos a conocer a Andrea y a Eduardo y a ver cómo le afecta a Andrea escuchar la voz de Úrsula en la tele. ¡Pensad que si fuera una novela de verdad y vosotros los lectores no sabríais que Úrsula es su hermana!
….Andrea dejó la maleta sobre la cama con un gesto enérgico. El cansancio del viaje se evidenciaba en las bolsas amoratadas que se extendían bajo sus ojos apagados, pero la capacidad de la joven por encontrar fuerzas en cualquier situación la ayudaron a no desfallecer. Eduardo, su marido, se había quedado en la recepción del hotel para enviar un fax a la ONG, alquilar un coche y organizar los preparativos para llegar a tiempo esa noche.
Se desnudó despacio, permitiendo que las prendas llenas de suciedad y polvo se deslizaran con lentitud por su cuerpo musculado a base de caminatas interminables por las zonas más pobres del planeta, levantar a los enfermos en los hospitales de campaña y ocuparse de muchas cuestiones médicas sin colaboración de enfermeras.
Llevaba tantos meses sin ver un baño limpio con agua corriente que casi lanza un grito de alegría al comprobar cómo el agua tibia brotaba del grifo sin más dificultad que girar la manecilla. Puso el tapón para que se llenara la bañera y volvió a la habitación. Mientras se dedicaba a abrir la maleta y guardar las escasas prendas que llevaba consigo abrió la televisión, un lujo que en su estilo de vida casi no encontraba.
Hacía muchos años que había decidido dedicar su vida a curar a personas sin recursos. Junto a Eduardo se había enrolado en una ONG que la llevaba a lugares del tercer mundo donde la gente moría por infecciones que en la parte desarrollada del planeta se curaban con una simple inyección. Y estaba convencida de que había escogido el camino correcto, que tras tantos años en la universidad estudiando medicina junto a Eduardo esa era la mejor manera de aplicar sus conocimientos.
Los anuncios de la tela la acompañaron mientras acababa de colocar los pantalones de campo, tal como los llamaba ella, en el armario de la habitación y dejaba sobre la cama el sobrio vestido que se había comprado para la fiesta benéfica de esa noche. Muy pocas veces se arreglaba y se ponía esa clase de ropa, por eso le había costado más de tres horas en una tienda del aeropuerto decidirse por ese vestido largo de satén negro que se ajustaba como un guante a su cuerpo delgado y bronceado por las largas horas a la intemperie de los hospitales de campaña.
Exhaló un largo y profundo suspiro antes de meterse en la bañera a medio llenar. El murmullo de los anuncios se fundía con el goteo incesante del agua que brotaba de grifo como si fuera un manantial eterno. Andrea apoyó la cabeza en el borde de la bañera y entrecerró los ojos. Durante unos segundos la venció el cansancio y sucumbió a un ligero sueño.
Despertó de golpe. Abrió los ojos y tardó unos segundos en ubicarse. El ronroneo del agua, los sonidos ahogados de la tele, su cuerpo desnudo dentro de un líquido tibio que la reconfortaba, aquel baño amplio, espacioso, limpio y moderno… ¡Apagó enseguida el grifo al descubrir que el agua estaba llegando al límite de la bañera!
Cuando el silencio sólo fue empañado por una voz femenina que le llegaba desde la habitación sus sentidos se alertaron. Sintió una especie de descarga, como si su corazón acabara de acelerarse por un golpe repentino. Aquella voz… Se quedó inmóvil dentro del agua, escuchando, sintiendo. Todos sus sistemas empezaron a funcionar a una velocidad increíble. Jadeos, taquicardia, angustia.
Se levantó y salió de la bañera sin coger una toalla. Caminó hacia la habitación empapando el suelo con cada paso firme y directo, y se quedó frente a la televisión. Mientras sus ojos se enredaban en la mujer que hablaba en la pantalla, en el suelo se fue creando un charco del agua que resbalaba por su cuerpo desnudo….
Nena!!! De verdad que me asombra esa facilidad que tienes para describir.
ResponderEliminarMe alegro mucho que vayas escribiendo, aunque he tenido días de no entrar, espero ponerme al día.
Un beso guapa!!! Y feliz estancia en la montaña... A mi todavía me queda una semana para irme de vacaciones. Que ganitas!!!
¡Pásalo requetebien en la montaña! ¡Y sigue relajándote! Me gusta el relato de hoy. ¡Me gustan hasta las comas! Un beso guapa! M
ResponderEliminarHola Pat!! Me alegra ver que todo ha vuelto a la normalidad. ¡Alguien tendría que escribir una novela de terror sobre dentistas y dar un descanso a los zombies y vampiros!
ResponderEliminarMuy buena la presentación de Andrea. La historia de los Prigenios y sus motivos podría hacerse en capitulos paralelos a la trama presente, sino habría que dedicarles cincuenta páginas de un tirón.
En fin, si se decidió en comité que Úrsula sea presentadora de una programa del corazón, adelante, pero me sigue chirriando con el ambiente del relato.
A disfrutar del resto de las vacaciones!!
¡Hola a todos! ¡Estoy en tránsito en BCN! Casi tengo ganas de escribir en formato telegrama. Un besito y tendré en cuenta todos los comentarios. José Antonio, ¡perfecto lo de los capítulos paralelos!
ResponderEliminarBego, M. un besote a las dos. ¡Gracias por estar ahí!!!!!!