De sentimientos y reacciones
El día despunta en las montañas con el sol ascendiendo tras los montes lenta, pero inexorablemente, augurando otro día de calor sofocante, como los que deberían haber aparecido a principios de agosto, pero que han decidido concentrarse a finales. ¡Es un tanto inaudito! En la segunda quincena de agosto normalmente el tiempo es más fresco y las tormentas de verano suelen aparecer a las tres de la tarde, pero este año todo es distinto…
Hoy me gustaría hablar de sentimientos, reacciones, alegrías, decepciones,… El hecho de plantear la reacción de Svel y descubrir que cada uno de vosotros actuaríais de maneras tan diversas me abre una serie muy interesante de temas en los que ahondar.
Al describir a un personaje tiendo a conferirle una pasionalidad intrínseca a su forma de ser. Las escenas que se describen en mis libros son fuertes, impactantes, de aquellas que removerían los cimientos a cada uno de nosotros y la forma que tienen mis personajes de encarar esos desafíos siempre suele ser ardiente, con explosiones de angustia, llantos o desesperación.
Esta forma que tengo de personalizar mis propias reacciones en las vidas de las personas que moran en mis libros es una de las características que estoy intentado cambiar, ofreciendo matices distintos en cada una de las reacciones para ofrecer una variedad de personajes más rica y adecuada a la realidad.
¡Me encantó el comentario de M. acerca de cómo ella hubiera reaccionado ante la voz de Úrsula! Para escribir bien hay que aprender a escuchar y a buscar otras maneras de encarar la corrección. Si me han avisado de que faltan esos matices, esa rebaja en la intensidad de la reacción de algunos de los personajes, es súper interesante conocer vuestras formas de reaccionar, vuestros instintos, la manera de encarar y sentir un posible descalabro en vuestras vidas.
Os abro la zona de aquí abajo para que me ayudéis a encontrar opciones, para que cada uno de vosotros me indiquéis qué sentiríais en las situaciones propuestas y cómo lo encararíais. ¡Aunque os cuesta un montón comentar! Excepto M., José Antonio y Bego esporádicamente.
Estoy segura de que en una situación como la de Svel yo arrancaría a llorar desconsolada, con un ataque de ansiedad y angustia acosándome. Los días posteriores, mientras las imágenes borrosas de lo sucedido en el incendio me fueran bombardeando sin piedad me iría rindiendo a una especie de análisis frenético de lo que estoy recordando, sin parar de darle vueltas una y otra vez a lo que me está pasando, analizando cada dato de manera un tanto obsesiva, experimentando un nudo en el estómago.
Cuando me suceden cosas siempre reacciono igual, con un fuerte impacto emocional y no puedo abandonar el hábito de indagar concienzudamente las razones que me han llevado a una situación donde me siento mal, donde el dolor de estar ante un contratiempo o algo inexplicable me recorre las entrañas.
En mis novelas las situaciones descritas son mucho más intensas. El Secreto de las Cuartetas empieza con una Marta Noguera testigo del brutal asesinato de sus padres a manos de su marido, quien también se lleva a su hija de cinco años. ¿Cómo os sentiríais en ese instante? ¿No se tambalearían los cimientos de vuestra existencia? ¿No llorarías, patalearíais y os sentiríais total y absolutamente secos por dentro, traicionados, sin aliento?
En La Baraja hay mucos momentos donde los personajes se enfrentan a momentos desquiciantes a instantes en los que sus vidas sufren un revés que irremediablemente los empuja al final de un ciclo de su vida para iniciar otro. ¡Espero saber encontrar la manera de describir bien las reacciones de cada uno y de que no parezcan todas cortadas por el mismo patrón!
¡Feliz viernes!
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