Vladymir (la trama 14)

10:08 Pat Casalà 2 Comments

             Ya he acabado el libro de Sara Kincaid y me acabo de comprar otro de los que me gustan: El Oasis Perdido de Paul Sussman. ¡Si me gusta tanto como el anterior será genial!!!! ¡Qué gusto leer así, con ganas! ¡Eso me da cantidad de energía para escribir y seguir adelante!
            La corrección de La Baraja va viento en popa, mi cabeza va repasando la estructura una y otra vez, avanzando en algunos capítulos, deteniéndose en otros, rebobinando, cortando, pegando, eliminando y creando nuevos párrafos. Estoy satisfecha con el trabajo, la novela está yendo por donde a mí me gusta, todo y que tengo presente todas las recomendaciones.
            ¡Teníais razón ayer! Casi que debería seguir un poquito con la trama a medida que me apetezca. ¡Es que esto de irme por vacaciones me ha hecho navegar incluso fuera del mar! Así que vamos a avanzar, ¡a ver si le doy a las neuronas!
            Le he dado muchas vueltas a la trama del relato que nos ocupa. Gracias a la intervención de M. y de José Antonio he datado la aparición de los prigenios en los albores del siglo XV antes de cristo, justo cuando varias civilizaciones poblaban la Tierra. Estos humanos evolucionados nacieron en lugares distintos, pero se comunicaron entre ellos gracias a su conexión mental y física. Finalmente nacieron en cuatro civilizaciones de la época: la egipcia, la egea, la maya y la dinastía Shang. ¡Ahora me toca investigar un poquito acerca de ellas!!!
            He decidido cambiar el orden de los capítulos: después de que Ignacio salve a Sara y el encapuchado desaparezca, voy a introducir la historia de los prigenios con un salto en el tiempo que acabará en el nacimiento de Isaac un milenio después.
A continuación:
            …Empezamos con Vladymir en las escaleras. Sus ojos siguen brillando en la oscuridad, buscando a Sara en la lejanía, escrutando las profundidades de la ciudad para localizar a la única persona que posee el secreto del último cofre, un cofre que contiene el retazo de información que le falta para completar su transformación.
             Vladymir ha dedicado su vida a la búsqueda de los cofres para absorber su sabiduría. Quiere convertirse en un hombre poderoso, uno capaz de dominar el devenir de la humanidad, igual que hicieron sus antepasados hace miles de años. En sus constantes viajes por el mundo ha encontrado tres cofres y ha logrado desarrollar una parte importante de su cerebro dormido, pero si no logra hacerse con el último el desarrollo de su mente nunca llegará a ser total.
            Es un hombre sangriento, oscuro, sin sentimientos. Para arrebatar los cofres a sus guardianes ha matado, ha engañado y ha destrozado muchas vidas. Él siente el poder dentro de él, está convencido de su superioridad ante los demás y de que el destino lo ha designado como el único merecedor de encontrar todos los cofres.
            Por eso ha intentado durante años llegar a la mente de Sara a través de sus poderes, drogándola y utilizando todos los medios a su alcance para conocer los secretos de la joven. Pero hay algo que le ha impedido su cometido, una fuerza desconocida que emana del mismo cerebro de Sara, como si bloqueara conscientemente sus intentos de profanarlo.
            Úrsula le ha servido a sus intereses de una manera fiel y despiadada. Es una alma gemela, una persona sin escrúpulos a la que puede manipular con facilidad. La encontró de joven en un bar de mala muerte en Transilvania, cerca de su hogar. Al leer su mente descubrió que era una descendiente muy lejana de una de las familias de guardianes, una que ya hacía años que había abandonado Rumania para instalarse en otro lugar de Europa.
            Jamás le iba a contar a su amante el verdadero alcance de sus actos, pero la joven le servía fiel y con astucia, así que se había aliado con ella y entre los dos habían perpetrado un plan que los acercaría a Ignacio. Así Úrsula había viajado a Barcelona y se había convertido en la presentadora de un programa del corazón donde Ignacio fue uno de los invitados.
            Lo que no habían previsto fue que Ignacio muriera envenenado con las drogas que le suministraban para descifrar su mente y encontrar el cofre. Era como si los componentes de esa familia hubieran desarrollado algo extraño que impedía a Vladymir llegar al fondo de sus secretos. Por eso se habían pasado los últimos meses intentando hacer hablar a Sara, probando con distintas substancias, drogándola para debilitar unas defensas que Vladymir no había encontrado antes en los guardianes. Tenía en su poder la carta que Jaime le había entregado a su hija en su lecho de muerte, sabía que en esas palabras se hallaba la clave para encontrar el cofre, pero no había podido descifrarla.
            Esa noche, mientras Sara escapaba de la casa, Vladymir había sentido esa fuga y había intentado por todos los medios a su alcance impedirla. Pero la joven poseía algo que la ayudó a evitar sus embistes y logró salir al exterior. Tras un rastreo de las mentes de los alrededores, Vladymir logró entrar en la del taxista que la recogió y escuchar cuál era su destino. Por eso no le costó nada dominar la mente de un muchacho que estaba en el barrio gótico de Barcelona, que se encapuchara y que se preparara para apresarla. Lo obligó a esconderse hasta que llegara el taxi, a lanzarle el puñetazo.
            Cuando aparece Ignacio algo bloquea la señal de Vladymir, es como si sintiera unas interferencias en su interior y un sonido agudo le perforara el cráneo. El muchacho encapuchado, al ver a Sara en el suelo y a Ignacio acercándose a él, se va corriendo, desaparece sin entender qué le ha pasado y Vladymir se queda en las escaleras, con una ira irrefrenable apresándole, con la certeza de haber perdido el rastro de Sara. 
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2 comentarios:

  1. Pat!! Llevo unos días liaílla y no he podido participar mucho en tu blog. ¡Me parece perfecto que haya días que descanses de la historia y te dediques a ponernos los dientes largos con tus vacaciones! Que si hoy mar y mañana también, que si tiempo para lecturas reconfortantes... ay... Pero no descanses tooodos los días de contarnos las aventuras de Vladimir que, por lo menos yo, estoy muy intrigada con la historia...M.

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  2. ¡Hola guapa!!!! Voy a seguir contando cosillas de nuestra historia, ¡no temas! Y en cuanto a las vacaciones.... ¡Pues genial! ¡Necesitaba descansar! ¡Un beso!

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