Vladimir y los cofres (la trama 12)
¡Hola! Hoy no sé si voy a ser capaz de proseguir con la trama, todos mis circuitos están de vacaciones y esta casa está llena de gente y barullo durante el día, ¡un barullo encantador y dicharachero que me ayuda a olvidar por unos días el estrés del trabajo! ¡Pero también me distrae de las novelas, los relatos, la lectura y los escritos! Es como si el tener muchísimas cosas que procesar mi cerebro se apartara de la realidad cotidiana y me regalara unos días de descanso. ¡Me he levantado a las 7.11! ¡Es increíble!
Ayer logré ir al mar. El día se abrió bastante tarde, pero nos regaló unas horotas de sol y calor. ¡Y el mar estaba genial! La barca estaba llena a rebosar de amigos y niños, no había demasiados vecinos en la cala y la trasparencia del agua era maravillosa. Y hoy parece que tendremos un día genial.
Quiero mandar un beso muy grande a mis compañeros de trabajo. ¡Están todos en la oficina! Espero que me echéis un poquito a faltar. ¡Aunque me consta que tenéis un montón de trabajo! M., Senda, no os canséis mucho, ¡y pensad que me acuerdo de vosotras! ¡Y también en los demás! ¡Un Besico!
¡Vamos allá! ¡A ver si logro seguir con la trama!
…. Ahora cambiamos de capítulo. Dejamos a Ignacio y a Sara en el callejón, con el atacante desaparecido, la chica sangrando en el suelo y el mago acercándose a gran velocidad. Es la hora de hablar del hombre de las escaleras y dar algunas pistas acerca de su pasado y de su conexión.
En casa de Sara el hombre misterioso que amenaza a la joven con la mirada sigue quieto en la penumbra, en el rellano de las escaleras. Las sombras de la noche esconden su físico, sólo se entrevé una silueta alta, delgada, con largos cabellos lacios que caen al lado del rostro de manera un tanto descuidada. Su postura es estática, casi pétrea, como si fuera una escultura. Tiene los brazos cruzados sobre el pecho, con las manos abiertas a ambos lados de las mejillas, unas manos que desafían la oscuridad con su palidez extrema, sus largos y finos dedos, las uñas cuidadas y un poco crecidas. Sus ojos negros relucen en la negrura, como si fueran dos faros iluminando la noche con un brillo especial.
En la mente del hombre se leen los años de aprendizaje, sus múltiples crímenes en pos de la búsqueda de los cofres, de la sabiduría que esconden, del poder que de ellos emana para una persona que logre dominar sus secretos. Y él es esa persona, el único capaz de desafiar los obstáculos que se presentan en el camino, con un férreo control de las emociones y una clara determinación.
Se llama Vladimir, proviene de las legendarias tierras de Transilvania, del lugar donde los mitos hablan de vampiros, del Conde Drácula, de Vlad el Empalador, de sangre, de los hombres adoradores de la oscuridad, moradores de las sombras. Él odia la luz, el día, el sol. Adora la noche, la luna, la negrura, los instantes en los que su figura queda relegada a la invisibilidad y sólo sus ojos poderosos logran caminar tranquilos por las sendas de la maldad.
Los cofres que busca aparecieron en el origen de los tiempos, cuando cuatro niños nacieron con una evolución genética que los adelantaba a su tiempo y les concedía unos poderes infinitos. Eran dos hombres y dos mujeres, pertenecientes a cuatro familias, capaces de dominar los cuatro elementos, de hablar con la mente, de volar con los pensamientos, de mover objetos sin tocarlos, de encender el fuego sin utensilios, de trasportarse de un lugar a otro, de recibir imágenes inconexas del devenir de los tiempos, de poseer a otros con la mirada, de entrar en sus mentes, de leer sus pensamientos…
La visión de las luchas y el horror que despertaría en la humanidad la evolución genética que estaba prevista los previno acerca de la necesidad de encontrar la manera de frenarla, de relegarla a un lugar escondido y recóndito, de albergar el poder dentro de cuatro cofres donde se guardaban unas instrucciones encriptadas acerca de cómo reconducir la verdadera evolución en los hombres.
Durante cuarenta años esos cuatro niños estudiaron la manera de frenar los avances genéticos previstos para el futuro y erradicaron a los que nacieron con esos avances. En pos de la ciencia los estudiaron, experimentaron con ellos, los utilizaron como conejillos de indias para encontrar la manera de dejarlos sin sus poderes, sin sus posibilidades de avanzar, de explorar los dones que la genética les había concedido.
Esas prácticas les convirtieron en unos seres despreciables, quienes por el bien de la humanidad se dedicaron a prácticas sangrientas, deshaciéndose de sus congéneres, de sus iguales, condenando a sus hijos a no ostentar sus dones, relegando a la humanidad a una evolución distinta a la prevista por la naturaleza. Eso los convirtió en seres de la noche, oscuros, extraños, perversos.
Un solo hombre se salvó de sus experimentos. Era un niño llamado Isaac, nacido en un paraje lejano, un tanto apartado. El chico tenía una conexión especial con el fuego y podía bloquear sin dificultad los embistes de sus iguales, quienes buscaban a los elegidos por la evolución metiéndose en sus mentes….
¡Ups! Mañana más, ¡qué es demasiado largo!!!!!
¡¡Tienes que volver al trabajo hecha una conguito, bien morenita!!Me está enganchando un montón esta historia... pero no te pases mucho con lo de los superpoderes o quedará una historia fantástica en lugar de intrigante... por ejemplo no los llames superpoderes: son hombres que pueden utilizar un porcentaje más alto de su cerebro que el resto de los seres humanos, por eso se comunican con la mente o controlan algunos elementos de la naturaleza. ¡¡pero no los hagas volar!! M.
ResponderEliminar¡A sus órdenes, mi coronel!!!! Ahora mismito me voy a la barca y pienso tumbarme hasta la hora de irnos, ¿OK?
ResponderEliminarUFFFFF, ¡Aquí sale tu vena científica! No los he hecho volar, sólo un poquito malos y buenos, con una dualidad importante que puede darnos la intriga que pides...
Bueno, ¡hasta luego! BESOSSSSSS
Hola Pat!! Me alegra que estés disfrutando de tus vacaciones. El sábado nos hubiera ido bien por aquí esa barca, pero para navegar por el centro de BCN! Menuda tormenta cayó...
ResponderEliminarSólo un par de cosillas sobre la historia que son días para relajarse. Esos niños que nacieron en el origen de los tiempos, ¿cuándo lo hicieron?
¿Antes de los hombres prehistóricos, eran una raza aparte?...Hummm, ¿extraterrestres?
Con permiso de M, creo la palabra Génesis debería aparecer en el titulo. La Búsqueda del Génesis está bien. Un par de ideas más... Los Cofres del Génesis, El Legado Génesis...
Felices y soleadas (¡Por Dios!) vacaciones!!!
¡Hola José Antonio! ¡Lo vi en las noticias de la tele! ¡ Increíble! Mis padres tienen una tienda de ropa en el centro de BCN y se inundó toda. ¡No sabes cómo sufro por mi casa! ¡Es un bajo!!!! ¡Y tenemos un amigo que estaba navegando cerca del puerto y las pasó canutas! En fin, ¡qué tormentón!!!!
ResponderEliminarEn cuanto a la historia, me has hecho muy buenas preguntas, ahora mismo he de llevar a mi hija y a su amiga a la clase de vela, después me sentaré en la arena a ver si descubro la respuesta. Extraterrestres no, seguro, porque toda la historia se basa en la evolución humana que ellos detienen y, con la aparición de Isaac todo va a cobrar otro cariz, ya verás. Además, hay un trasfondo de la utilización de personas "diferentes" como cobayas y un giro inesperado (en eso M. te gana, porque lo comenté con ella en persona).
¡Espero que pases un feliz lunes!!!!