El intento de Vladymir (La trama 20)
¡Llegó el 31 de agosto! Hoy muchísima gente se incorpora a sus puestos de trabajo y deja atrás el periodo vacacional. Es el pistoletazo de salida para empezar con energía todas las actividades que se desempeñan en invierno y todos debemos deshacernos de la tranquilidad y el sosiego que nos depara el verano para introducirnos en la coraza de la fuerza que nos ayudará a caminar por la senda de la vida con ilusión y muchas cosas que hacer.
En la ciudad el ritmo acostumbra a ser frenético, largas jornadas extenuantes, problemas cada vez mayores debido a la dichosa crisis, prisas por todas partes y sin un minuto para respirar. Pero si encuentras el equilibrio puedes llegar a realizar todas las tareas sin tanto estrés y a integrarte en el día a día con mayor entereza, encontrando siempre la parte positiva y brillando entre la oscuridad de los que se internan en su vida laboral con una desidia que irradia tristeza, agobio y malestar.
Así que voy a seguir cultivando el optimismo con todos los útiles que tengo a mano, no voy a pasarme el día enganchada al mail a ver si la providencia me envía un correo interesante ni voy a obligarme a escribir, más bien dejaré que las cosas fluyan. Lo que sí voy a hacer de manera constante es seguir adelante con el blog, aunque he decidido no alargarme cuando mi inspiración se seque.
¡Un beso y muchos ánimos para los que llegan hoy!
Vamos a seguir con nuestra historia. A Sara la dejamos en el autobús, con las manos sujetándose la cabeza, aquejada de un fuerte dolor, sudores fríos, la respiración acelerada y la sensación de que los ojos de Vladymir quieren poseer su mente.
….Vladymir seguía quieto en lo alto de las escaleras de casa de Sara, en una posición estática, pétrea, como si sus pies se hubieran encolado al suelo y todos los músculos de su cuerpo se hubieran convertido en la piedra que moldea a una estatua. Su porte rígido y erguido acompañaba una mirada feroz de penetrantes ojos negros que cruzaba la distancia en busca de su presa.
La rabia emitía punzadas regulares en su cerebro, pero su increíble control de las emociones la aniquilaba rápidamente para no perder la concentración Necesitaba desesperadamente encontrar a Sara y a su acompañante antes de que la muchacha compartiera con él la información de Jaime, antes de que ellos encontraran el cofre de los prigenios, antes de que aquel chico desconocido accediera al poder que escondía el cofre.
¿Quién era él? ¿Cómo podía bloquear sus envistes con tanta facilidad? Había intentado acceder a su interior, escarbar entre sus pensamientos, descubrir la esencia de aquel hombre que había captado cuando se había adentrado en el interior del encapuchado y le había obligado a golpear a Sara para detenerla y traerla de vuelta, pero él había rechazado todos los intentos y se había deshecho del encapuchado con un simple soplido.
Desde ese instante Vladymir había intentado localizar a la pareja. Conocía su ubicación física gracias al taxista y al encapuchado, así que buscó a las pocas personas que caminaban por el barrio Gótico a esas horas para ver con sus ojos, pero el muchacho era escurridizo, caminaba de alguna manera zigzagueante, como si detectara las personas antes de llegar a ellas y las esquivara con giros inesperados en las callejas.
Cuando la pareja había salido a las Ramblas los había encontrado, a pesar de que el reloj había marcado las dos menos veinte de la noche, las Ramblas eran un lugar suficientemente concurrido como para localizarlos.
Vladymir aumentó la potencia de sus facultades mentales para introducirse en el interior de Sara y hacerla regresar a casa, pero ella lo bloqueaba con fiereza, resistiéndose con la misma intensidad que en los últimos meses había guardado el secreto de Jaime.
La cara de Vladymir se contrajo en una expresión feroz. Sara había sido una presa difícil para sus facultades mentales. Durante seis meses la había drogado para debilitar sus defensas y desenterrar el saber que Jaime le transfirió en su lecho de muerte, pero todo había sido inútil, la chica lo guardaba en algún lugar inaccesible de su mente, rodeado de miles de recuerdos intensos...
Muy chuli!! Que malo que es Vladimir y que visual la descripción de acontecimientos!! Pero creo recordar que en otra entrada decías que habían sido 2 años de drogas (¿o eran dos años desde que el padre murió?)
ResponderEliminarHola!!!!!!! ¡Al final he decidido que el padre de Sara murió hace unos cinco meses! Snif!!! ¡Mucha suerte en tu nuevo destino!!!
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