¡De vuelta a Barcelona!!!!
¡Llegó el último día de vacaciones! Han sido tres semanas fantásticas, con descanso, salidas, playa, montaña y diversión. Voy a hacer las maletas con entusiasmo, sin dejar de disfrutar los últimos segundos y con la cabeza llena de recuerdos felices que me van a acompañar durante muchos días.
Irme y volver a la rutina laboral me produce sentimientos encontrados. Por un lado despierta la nostalgia de dejar atrás la falta de horario fijo, la posibilidad de dedicarme a todo lo que me gusta sin renunciar a nada y de estar junto a mi familia todas las horas. Por otro tengo ganas de volver a mi lugar de trabajo, ver a mis compañeros y aceptar todos los retos a los que me enfrento cada día.
Suerte que voy a revivir las cosas buenas de las vacaciones una y otra vez, analizándolas desde todos los ángulos y encontrando siempre más matices agradables de cada uno de los días pasados. ¡Algo bueno ha de tener darle mil vueltas a las cosas!
Me ha encantado encontrar tiempo para volver a leer libros que me llenan, para casi terminar la primera revisión de La Baraja con ojos críticos y mucho afán de descubrir todas las lagunas narrativas que presenta. También estoy contenta de no haber fallado ni un día en el blog, a pesar de que las visitas han menguado durante este mes, hay mucha gente de vacaciones, he conseguido mantener un mínimo de veinte visitas diarias, ¡y eso es genial!
A veces las vacaciones sirven para conectar de nuevo con algo que habías aparcado. Lo cierto es que tras el último invierno había perdido la ilusión por la escritura, se había convertido en algo que sólo me reportaba frustración, pero entre el blog y mi entusiasmo de este verano he conseguido que renaciera esa emoción primaria que toda la vida me ha empujado a crear historias y a desarrollarlas.
Ahora estoy segura de que en Barcelona voy a volver a encontrar el tiempo que me faltaba para continuar con mi vocación y que también renacerá en mí el deseo de avanzar en este mundo, pero siempre procurando que ese deseo no ofusque mis sentidos.
El calor no nos ha abandonado. La casa parece un horno por las noches y necesito mantener la ventana de mi cuarto abierta si quiero dormir. ¡Nunca había pasado tanto calor en las montañas! Espero y deseo que estos próximos días la temperatura se estabilice un poco y nos regale días un tanto más frescos.
Mañana seguiré con la trama que nos ocupa, ahora me voy a hacer las maletas y a dejarlo todo preparado para irme. ¡Un beso! ¡Y feliz domingo!
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