Los prigenios e Isaac (la trama 13)
Ayer el sol nos concedió una tregua a lo veraneantes, lució impoluto, con astucia, alegre y dicharachero y se dignó a broncearme un poquito la piel que estaba más blanca que de costumbre por la falta de días espléndidos. ¡Así que estoy contenta! Aunque mi niña no tuvo su clase de vela por falta de viento, ¡no se puede tener todo!
Aquí los días transcurren deprisa, es como si de repente los minutos se me hubieran escurrido de las manos y casi no hubiera tenido tiempo de percatarme de su avance silencioso. Mi hijo mayor está en pleno inicio de la adolescencia, se pasa el día acompañado de un grupo de amigos y amigas, disfrutando, viviendo nuevas experiencias. Mi niña no se separa de su amiga del alma, la misma de siempre, con la que se ven todo el año y se lo pasan en grande. Mis padres también están en la casa, siempre dispuestos a pasar un rato agradable charlando y contando anécdotas. Mi marido y yo tenemos tiempo para descansar, pasear, ir en bici,… ¡Lo que no encuentro es espacio para el pulido de La Baraja! Cuando abro el ordenador y lo intento… ¡zas! Aparece alguien y se me esfuma la soledad que necesito. Así que de momento avanzo a paso de tortuga.
Le he dado vueltas a la trama de nuestro relato y al título. Las preguntas de José Antonio eran muy acertadas, porque todavía no había tenido tiempo de madurar el momento histórico en el que aparecen los cuatro niños con una evolución genética distinta a los demás. Ayer hice los deberes un poquito. Os cuento: no pueden aparecer en la prehistoria, en esos momentos el hombre estaba demasiado retrasado en su evolución como para dar un salto tan increíble, así que necesitaríamos situarnos en las primeras civilizaciones, cuando el hombre estaba suficientemente adelantado como para enfrentarse a un nuevo estadio evolutivo. ¿En la civilización egipcia? ¿En la griega? ¿En la romana? ¡Escribid ideas!
En cuanto al título, mi idea no era enlazar la historia con el Génesis (eso ya lo trate en mi primera novela: La Luna de Ónixon), más bien se trata de frenar los avances genéticos de la especie, ralentizar su evolución y condenarlos a una utilización ínfima de su cerebro, un cerebro que ha sido creado para funcionar a pleno rendimiento. Con ese acto nuestros antepasados entorpecieron el progreso de la humanidad y quién sabe qué más,… Así que podríamos titular el relato: Los Cofres del Saber. ¿Qué os parece?
…Bueno, habíamos dejado a Vladimir en la escalera, recordando la historia del inicio, cuando los cuatro niños, ya adultos, escondieron el secreto de la evolución en cuatro cofres y se separaron para preservarlo. Por un lado pretendían salvar a la humanidad de las ansias de poder, de las guerras, de la lucha por conseguir los dones concedidos a unos pocos,… Pero por el otro sus métodos fueron discutibles, utilizaron como cobayas a los nacidos con avances evolutivos, encontrándolos a través de la telepatía, metiéndose en las mentes de todos los recién nacidos,.
Durante los milenios posteriores los descendientes de los cuatro prigenios se han dedicado a preservar los cofres y a erradicar a los pocos que nacieran con alguno de los dones, puesto que el método para frenar la evolución no es infalible y la naturaleza ha logrado salvar los obstáculos en algunos momentos puntuales. Sólo unos pocos han conocido la existencia de los cofres y han sido elegidos para convertirse en rastreadores
Pero hubo un caso que se les escapó, un niño nacido al mismo tiempo en el que se ocultaba el secreto con un don especial: la capacidad de bloquear la telepatía de los pigenios y mantenerse a salvo. Isaac crea una estirpe de humanos evolucionados, a cada generación nace algún descendiente con sus mismas capacidades, pero pocos sobreviven a la caza. Sin embargo algunos se salvan….
Egipto por esóterico STOP Vladymyr mejor que Vladimir STOP Gran lío mental STOP Desierto total
ResponderEliminarFIN DE MENSAJE.
OK con Egipto. OK con Vladymir. ¡Yo también tengo un gran lío mental!!!! Y sí desierto, pero 33 visitas en las estadísticas.
ResponderEliminar¡Pasa un buen día! ¡Hasta mañana!
Me parece bien lo de Egipto, sí Egipto o época medieval... pero una preguntilla... ¿entonces estos hombres son malvados?¿no ocultaron los cofres para salvar al mundo de una terrible catástrofe consecuencia de la mala utilización de algunas de sus ventajas mentales? Ahh!! Las primera visitas de la mañana no cuentan, porque aún no habías colgado el blog, que hoy te has retrasado :-P
ResponderEliminarbesos, M
I'm sorry! Pero mis padres han bajado a desayunar muuuy pronto y me ha costado un ratito conectar este dichoso USB, ¡aquí hay una mi... de cobertura!
ResponderEliminarEstamos en 40 visitas, ¡no está mal por ser agosto!
Pues los hombres evolucionados esconden la sabiduría en los cofres para evitar la terrible catástrofe de la mala utilización de sus ventajas mentales, pero también tienen su lado oscuro al erradicar a todos los que nacen como ellos y al utilizarlos como cobayas. ¡Son malos-buenos! ¡O buenos-malos! ¿No mola más así? ¿Con Isaac por el medio? ¿Sin saber quienes son realmente los malvados? ¿O se me está yendo un poco de las manos el relato?
¡Un BESO! ¡Mañana más!