Descanso vacacional
Me gustaría anunciar a bombo y platillo que el relato se detiene por vacaciones, que se mantiene en un limbo, apartado de las páginas, pero avanzando inexorablemente en mi interior. Es que he recibido tantos mails contradictorios que ya no sé si seguir o detenerme, pero las estadísticas cantan una melodía fácil de interpretar: de las 54 visitas que el blog tenía de media antes de agosto ha pasado a 23 diarias, ¡Faltan más de treinta personas!
Ahora me gustaría que me comentarais: ¿Os parece bien hacer un descanso vacacional y seguir con la trama en setiembre? Venga, como mínimo dar una opinión, sobre todo M. Y José Antonio, que son los dos comentaristas más asiduos que tengo.
En principio quedamos así, lo dejamos para setiembre y me dedico a hacer pequeñas entradas acerca de cosas cotidianas. ¡Si hay alguna cosa que queráis saber! ¡Algo de lo que os interese que hable!
Estos días de descanso me están sentando de maravilla. He encontrado el espacio y el tiempo para corregir, para leer y para disfrutar de la escritura. ¿Qué haría yo sin mi portátil? Mi madre me dice que le parece estresante que en vacaciones esté todo el día enganchada a la pantalla, tecleando, puliendo, intentando mantener la conexión con este USB que me deja tirada en muchos momentos en los que le suelto improperios un tanto subidos de tono. Pero para mí no hay nada mejor que pasarme las horas rodeada de mis novelas, del libro que estoy leyendo, de los comentarios y los mails que despierta el blog,…
Muchas veces me pregunto cómo llenaría el tiempo sin esta afición que me da tantísimas satisfacciones. Mientras otros miran la tele hacen crucigramas, leen revistas o duermen yo disfruto de la soledad permitiendo que mi creatividad encuentre una puerta por donde salir al exterior y llenar las páginas con anhelos, historias y mundos imaginarios.
Hace un tiempo que abandoné el Máster. Tal y cómo pronosticó José Antonio leer por obligación anegó mis ilusiones y más bien me frustró un poco, porque yo sé que escribo muy distinto y que los libros lentos y pausados me cuestan un montón. Ahora estoy acabando el que me compré una tarde en el FNAC. Lo que sí me he permitido en esta lectura ha sido dilatarla en el tiempo, no devorarla como siempre hacía. He ido fijándome en la estructura de algunos capítulos, repasando el ritmo, yendo adelante y atrás, buscando las características de cada personaje con intención de aprender.
Ya sé que se me dijo que debían ser las otras lecturas las que me enseñaran, pero no soy capaz de seguir con ellas, puesto que entonces se me pasan las ganas de escribir, de pulir y de seguir adelante. Y como ahora he conseguido mantener mi obsesión a raya, no sé cómo, pero lo he hecho, sólo quiero disfrutar de lo que haga.
¡Feliz domingo!
Hola, Pat, por fin, después de una semana vetada, blogger me deja comentar.
ResponderEliminarOlvida la lista, leer por obligación es una tortura, y algo divertido acaba convirtiéndose en hastío. Y como bien dices, se te quitan las ganas de hacer otras cosas.
Sobre el relato, voy a ponerme al día con el, que entre una cosa y otra, soy culpable de que el número de visitas haya caído un poco, pero no le des importancia a eso.
Vacaciones? A tí te apetece abandonar el relato hasta Septiembre? Si es así, adelante, pero sino, sigue con el, no vaya a ser que las musas se enfaden!!
Un beso, preciosa!!
Hola Pat!! Por aquí amenaza lluvia otra vez en este verano loco, así que me parece que el domingo se echa a perder... Veo que has dejado el Máster. Bueno, no había que ser Nostradamus. Si a veces un libro que empezas con ilusión te decepciona, uno que coges por obligación lo más seguro es que no puedas con él. Siempre digo que uno escribe sobre lo que le gusta leer, así que tu inspírate en Sara Kincaid, por ejemplo...
ResponderEliminarEn cuanto a la trama tú mandas. Aprovecha para intentar hacer eso que tanto te cuesta, una especie de esquema o guión. Creo en serio que de esto, que empezó como una broma, podría salir algo interesante.
Por cierto, una cosilla. Ya que hemos llegado hasta la China con los Guardianes, podríamos cambiar la civilización de Hattusa (los hititas),vecina y enemiga mortal de los egipcios, por la maya, cuando aún faltaban siglos para el descubimiento de América.
En fin, escribe sobre lo que quieras que te seguimos.Yo me quedó decidiendo qué hago. ¿Playa y riesgo de mojarse fuera del agua o una visita al mercado de San Antonio a rastrear entre libros?
Saludos y paciencia con los malditos y X#X#X USB!!!
¡Hola a los dos!!! Pues es verdad que leer por obligación se me estaba haciendo interminable y tedioso, además me ha servido para darme cuenta de lo que yo busco en una novela. Todo y así he seguido los consejos de Lola y he leído despacio, obligándome a hacerlo sólo durante una hora al día. ¡Me ha encantado la tercera entrega de Sara Kincaid! A ver cuándo sale la próxima que me ha dejado con la intriga,...
ResponderEliminarEn cuanto a nuestro relato, pues vamos a ver qué hago. La corrección de La Baraja me ocupa mucho de mi tiempo libre, pero a Sara, a Ignacio,m a Andrea y a la malvada Úrsula les he cogido cariño,... ¡Así que vamos a seguir adelante! Si algunos seguís por aquí, pues vale la pena. Aunque no sé yo si encontraré el tiempo para darle forma de verdad.
¡José Antonio! Me parece genial lo de los mayas, tengo un montón de información sobre esta civilización, en El Secreto de los Cristales la prota iba a Chichén Itzá y necesité documentarme. ¡A ver si algún día me lanzo a escribir la novela de verdad! ¡Ah! Y espero y deseo que hayas pasado un día genial, tanto si has optado por la playa como por el mercado de San Antonio. ¡Un abrazo!!!
María, gracias por tus ánimos, ¡me encanta conocer a gente como tú! ¡Espero que estés pasando unas vacaciones perfectas!!! ¡Un BESAZOOOO!