¡Desbordada!
¡Buenos días! ¿Os ha pasado
alguna vez que cuando teníais una programación perfecta para acabar el año sin
sobresaltos todo se truncaba? Pues bien, en mi trabajo está pasando esto… Estoy desbordada, es como si de repente los
astros acabaran de alinearse para desestabilizar la rutina preparada a base de
esfuerzo y planificación.
Me he pasado toda la noche
soñando que tenía dolor de cabeza y me he levantado con uno monumental. Y es
que a veces te toca realizar tareas de las que no sabes nada y hay que aprender
a hacerlas mientras caminas hacia un lugar insospechadamente inhóspito.
Cuando la suerte se trunca para
mandarte varios escollos a la vez hay que sortearlos con elegancia, está claro
que quejarse no es la solución. Así que me voy a tomar ahora mismo un ibuprofeno
antes de irme a trabajar y buscaré energías de donde pueda encontrarlas.
Es bonito saber que tengo un
lugar al que ir cada mañana, que las horas dedicadas al trabajo me abstraen lo
suficiente como para olvidarme de todo lo demás. Creo que sin una dedicación
tan intensa a la parte laboral no estaría con esta positividad, trabajar ayuda
a no esperar, a ocupar el tiempo en actividades que requieren atención y que
reportan muchísimas gratificaciones.
Aunque no tengo claro que consiga
sortear los obstáculos que me encuentro ahora en el camino. A veces hay que
invertir demasiado en cosas que te parecen inalcanzables, a pesar de que el
barco zozobra en medio de una tempestad. Sí, lo sé, estoy un poco abrumada por
las circunstancias…
Sin embargo no voy a perder la
sonrisa ni la ilusión ni las ganas de comerme el mundo que me acompañan
últimamente. Mi amiga S hoy me decía que no es más que un trabajo y que no
puedo agobiarme por él. Y tiene razón. Intentaré ver la parte positiva y llegar
hasta donde me permita mi capacidad de triplicarme para llegar a todo. Espero
que sea suficiente…
En cuanto a mi vida literaria… ¿Para
qué me voy a engañar? Últimamente está un poco estancada… En la escritura voy a
trompicones, con instantes álgidos y días de sequía creativa. No tengo respuesta
de las editoriales ni de la agencia con la que hablé la semana pasada ni prisa
para acabar la novela que llevo entre manos, así que me lo tomo con calma.
Mis lectoras beta avanzan con desigualdad. Tengo dos internándose en Perdida en la Niebla, una que ya la ha
acabado, otras dos con Dúo y una que
ha decidido darse un respiro de mis manuscritos. Eso me demuestra que tengo
demasiado material para preocuparme ahora de escribir rápido. Todavía me queda
el último pulido a Perdida en la Niebla
y explorar la posibilidad de mandarla a una editorial concreta. Eso lo que me
proporciona es tiempo para tomarme la escritura de SD con tranquilidad.
Y ahora me voy a trabajar, que
hay muchísimo que hacer…
¡Feliz día! J
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