Un fin de semana perfecto
¡Buenos días! He pasado un maravilloso
fin de semana en las montañas, acompañada de mi familia y unos vecinos de las
casas, con quienes hemos compartido una maravillosa tarde de charla. Estoy descansada,
con ganas de retomar la rutina y un sinfín de emociones intensas.
Escribo. Eso es maravilloso,
aunque sea a trompicones, lentamente y sin aquel arrojo de los últimos meses.
Superado el folio veintidós parece que la trama fluye. Es una historia más
pausada, con una voz de fondo que me implica emocionalmente con los dos
protagonistas y un carácter más intimista.
De momento sigue el curso de mi
vida actual, con una estabilidad serena, sin demasiados sobresaltos. En pocos
folios espero darle una vuelta a la trama e incluir un poco de intriga. Veremos
qué me depara el futuro creativo…
Este fin de semana he logrado
relajarme completamente y mirar con perspectiva los últimos acontecimientos. La
publicación de El Secreto de las
Cuartetas vuelve a retrasarse. No tengo claro cuándo será, pero todo apunta
a que a finales de año.
He descubierto que ya no siento
como antes, la prudencia ahora se encarga de dirigir mis pasos. La semana
pasada mantuve algunas conversaciones interesantes con una posible agencia
literaria para mis obras. Hace unos años esta realidad me hubiera abocado a
construir castillos en el aire, basados en las expectativas creadas. Sin
embargo ahora veo las cosas distintas. De momento son charlas, sin que de ellas
se extraiga un final espectacular.
Respiro con una tranquilidad
perfecta. Quizás encuentre una vía hacia las estanterías, puede que tenga una
representación, es posible que algún día me llegue una nueva noticia de alguna
editorial interesada en mi trabajo. Si pasa lo celebraré, pero mientras sea una
posibilidad no voy a concentrar mis esperanzas en ella.
Sé que llevo unos días explicando
esta nueva visión de las circunstancias. La verdad es que no salgo de mi
asombro, me parece increíble este cambio de percepción de la realidad y quiero
compartirlo con vosotros, mis lectores, las personas que me acompañan desde que
inicié este blog.
Recuerdo mis posts llenos de
ansiedad y desvelos, aquella sensación de que caía sin parar en un pozo negro y
triste… ¡Qué colorida se ve ahora la vida! Este rinconcito donde cada día dejo
un pedacito de mi realidad se ha convertido en mi diario, en mi refugio y en mi
lugar de contacto con el pasado.
Gracias por compartirlo conmigo,
es agradable sentirse acompañada en el camino...
¡Feliz día! J
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