Sin esquemas

7:07 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! Esta mañana se respira serenidad en casa, es como si los dos días en la montaña hubieran alcanzado Barcelona con su místico silencio, apenas roto por el canto de los pájaros.
Hacía demasiado tiempo que no subía a mi casa de la montaña. Entre los compromisos familiares, los trabajos de mis hijos para la escuela y el viaje a China de mi marido, apenas he contado con tiempo de dejarme seducir por el ritmo pausado y perfecto de La Cerdanya.
Al fin avancé con la nueva historia, con la sensación de que la trama se forma despacio en mi mente, construyendo un mundo donde la realidad se difumina en un camino pavimentado. No puedo asegurar que la inspiración se quede asida a mí durante días, solo que de momento vislumbro la idea de manera más intensa que antes.
Ir despacio es positivo, nunca lo he logrado… Cuando empiezo a escribir una novela hay un momento en el que necesito averiguar qué pasará después y entonces mis horas libres giran en torno a ese anhelo, llevándome frente al ordenador una y otra vez, con el deseo imperioso de continuar escribiendo, como si los personajes se hubieran adueñado de mi presente.
 Esa simbiosis perfecta entre el mundo imaginario y el real es lo que me encanta de la escritura, la capacidad de sentir las emociones ajenas como propias, de darles la oportunidad a los personajes de dirigir los hilos de su historia, de no guiarme por esquemas prefijados ni por ideas estáticas.
Si analizamos esta última afirmación nos damos cuenta de que no cuadra con mi manera organizada de llevar la vida real, siempre encuadrada dentro de hojas de ruta meditadas, con poco margen a la improvisación. Así es mi trabajo remunerado, mi manera de organizar el día a día en casa, incluso soy de las que siempre quieren una taquilla determinada en el gimnasio o una silla concreta a la hora de comer…
En cambio, cuando me siento frente al ordenador mi visión de la realidad se modifica, dando rienda suelta a las contingencias que aparecen, no delimitando la historia, siguiendo los pasos de mis ideas. Quizás es mi mente la que acaba de dar forma a las tramas, es muy posible que esa tendencia a esquematizar cada instante tome cuerpo en mi cabeza cuando escribo y sea ella la que mueve los hilos de las historias.
Me gusta idear las vidas de los personajes, ser yo quien les dé una continuidad en el papel, pasarme horas soñando despierta mientras vivo experiencias intensas. ¡Qué increíble es esa sensación! No quiero perderla por nada del mundo…

¡Feliz día! J

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1 comentario:

  1. El método espontáneo y nada esquemático de trabajo intelectual que utilizas para crear, es ideal para confeccionar historias eróticas, surgidas súbitamente como la necesidad de satisfacer un instinto perentorio; simplemente lo haces y te dejas llevar por la pasión que ha secuestrado tus sentidos y que tan bien sabes transmitir a tus lectores cuando cierras los ojos de la puritana reflexión de los guiones prestablecidos para dar paso al climax intenso y, prolongado de la inspiración del momento.

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