Hoja de ruta
¡Buenos días! El viernes se
despierta nublado, pero con unas temperaturas más templadas que los últimos
días. El fin de semana no actualizaré el blog, necesito descansar y dedicarme a
otras cosas que no tengan que ver con la escritura.
Cuando recuerdo aquellos días en
los que la paciencia me parecía un bien inalcanzable sonrío. Mis allegados
intentaban que comprendiera la importancia de no construir castillos en el
aire, me decían que debía tener paciencia. Mi respuesta siempre era: «¿Y dónde
se compra eso? Porque yo encargaría un par de kilos».
Hoy sonrío de felicidad al
descubrir que mis esperanzas ya no se marchitan tras horas de infructuosa
espera ni tengo aquella sensación de que las noticias positivas están a la
vuelta de la esquina. Los días se encadenan con su deliciosa manera de traerme
instantes álgidos, despejando aquella bruma que me nublaba la capacidad de ver
las partes maravillosas que me acompañan en la vida.
Quizás es la edad… O una
redistribución de prioridades. Antes pensaba que lo único importante de la
escritura era llegar a los lectores, ahora sé que eso no es lo más importante,
solo complementario. Evidentemente deseo y anhelo encontrar una vía directa a
las estanterías de muchísima gente, dudad del escritor al que no le importe
publicar, pero la diferencia es que he descubierto la intensa emoción de
escribir simplemente porque me gusta hacerlo.
Llegados a este punto necesito
reorganizar otras facetas de mi vida, aunque es una tarea a largo plazo. No voy
a quedarme quieta con las novelas ni a dejar pasar la oportunidad de llamar a
las puertas adecuadas, pero ya no con aquella ansiedad impropia de la
situación, con aquel anhelo imposible que encadenaba días de esperas
angustiosas.
Es posible que algún día consiga
escalar el monte de un best seller o
que solo escriba para mis beta o que
conquiste Amazon… ¡Qué más da! Lo único que quiero de verdad es escribir,
crear, contar historias. Y si alguien quiere conocerlas, me hará feliz.
En estos momentos quiero imprimir
la misma fuerza que me ha acompañado en el camino de abandonar las esperas a
otra parte de mi realidad, porque la vida es muy larga y ya no tengo la
impresión de que conseguiré mantener unos ingresos regulares con mis libros
(aunque estaría bien, jajajaja).
Lo difícil de planificar una
parte del futuro es saber qué quieres y para qué vales. Una vez identificadas
las metas hay que trazar un plan factible… En eso estoy, en definir el camino
de una manera lógica y alcanzable.
¡Feliz día! J
Totalmente de acuerdo contigo Pat. Mucho mejor que escribir para el Mercado es escribir para la Posteridad. No importa cómo. Un beso y feliz día.
ResponderEliminar¡Un beso, Javier! Escribir es lo mejor y encontrar el equilibrio entre la creatividad y la ilusión es maravilloso. :-)
Eliminarestoy probando
EliminarEscribes muy bien Pat
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias, Luis! :-)
Eliminar