A las puertas del fin de semana...
¡Buenos días! Parece que
empezamos a ver algo de sol, aunque la tempestad ha dejado huellas impresas en
la calzada. A pesar de la carga de trabajo impuesta por las últimas novedades
en la empresa tengo la certeza de que la felicidad está a la vuelta de esquina.
A las puertas del fin de semana
encuentro muchísimos motivos para sonreír. A pesar del estrés, de las mil cosas
que se amontonan sobre mi mesa y de que últimamente mi inspiración parece que
se ha vuelto caprichosa y solo aparece cuando le apetece, estoy súper contenta.
¡Es viernes!
Realmente aprender a ver el vaso
medio lleno es maravilloso. Podría pensar en la parte negativa de la situación,
encontrarme con la sensación de que no tengo respuestas de las agencias ni de
las editoriales, que la publicación de El
Secreto de las Cuartetas se retrasa, que tengo demasiado trabajo… Pero mi
opción es diferente. Yo lo veo así: algún día llegarán noticias literarias, ya
sean para bien o para mal, aunque sea tarde al final editarán mi libro en papel
y el trabajo… Pues es eso, un trabajo, y por suerte lo tengo.
No voy a negar que me encantaría
recibir una magnífica llamada de una editora entusiasmada con alguno de mis
manuscritos o que la vida me sorprendiera con un giro inesperado. Sin embargo
ahora siento que lo importante es caminar, ser consciente de lo que hay durante
el proceso y absorber cada instante con la intensidad que se merece. Quizás
algún día tenga la suerte de alcanzar la cima, pero si me quedo a media
ascensión también me vale.
Ayer mi marido me sorprendió con
un regalo inesperado. Mi moto hace años que se cae de vieja: no frena bien, se
cala cada vez que tocas el freno, le cuesta encenderse… Tocaba una renovación
sí o sí, era una cuestión de seguridad vial. ¡Tiene más de diecisiete años!
Pero nunca era el momento de cambiarla…
Por fin en breve estrenaré moto y
relegaré la antigua al lugar que le corresponde. Lo cierto es que soy cuidadosa
con las cosas, la que tengo ahora me ha durado un montón de años, espero que la
nueva siga el mismo curso y acabe dándome un perfecto servicio.
Esta mañana voy a irme a trabajar
con la sonrisa puesta, sin esos ataques de estrés de ayer. Ordenaré las cosas
para conseguir que cuadren, conseguiré presentar a tiempo los papeles para la
audit y sacaré adelante todo lo que me espera, aunque tenga que ir más rápido de
lo normal.
Cuando hago cuatro cosas a la vez
es complicado atenderlas a todas, pero si no queda más remedio…
¿Qué os depara el fin de semana?
A mí una clase de baile, descanso, quizás un cine, paseos con mi marido y
espero que un regreso fugaz de mi inspiración…
¡Feliz día! J
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