Sequía creativa

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Llegamos al viernes con un sinfín de momentos que componen la semana. Mi marido por fin llegó de China, ayer celebramos los setenta y cinco años de mi suegra y mis hijos parecen un poco más centrados… ¡A ver si siguen así!
En el plano literario sigo en blanco, no hay manera de que mi cabeza elija una historia para contar, así que aprovecho el tiempo preparando propuestas, releyendo sinopsis y buscando otras actividades alternativas para llenar las horas que antes dedicaba a teclear sin tregua.
Tengo buenas vibraciones, creo que tarde o temprano encaminaré una parte importante de mi futuro. Mis pensamientos deambulan por varias decisiones postergadas, espero que llegado el momento tome las correctas...
En los cursos de técnicas de escritura te hablan de cómo estructurar una novela, de los diferentes tipos de narradores, de los esquemas previos, de las fichas de los personajes… Me parecen herramientas muy útiles que yo soy incapaz de utilizar.
Para mí escribir una novela significa sentir la emoción de cada instante y permitir que la trama me sorprenda. Últimamente tardo una media de tres meses en acabar una, a pesar de las horas que dedico a trabajar, a la casa, a la cocina, a los chicos…
No me valen los esquemas ni las fichas, solo la intuición. Es como si en mi interior se formara una madeja de hilo y lentamente fuera desenredándose, dándome ideas, instantes y muchas pistas para llegar a un desenlace en condiciones.
Una de las ventajas de trabajar así es la motivación que subyace del avance de la trama, la necesidad de dirigir los hilos de los personajes, de saber qué les pasará o cómo resolverán sus problemas. Con el tiempo he aprendido a valorar esas cosquillas en el estómago que me alcanzan cuando encuentro la inspiración, como si me indicaran la emoción intensa de erigirme en la única capaz de descubrir el futuro del elenco de personas que moran en las novelas.
Muchas veces necesito volver atrás en el manuscrito para adecuar algo del principio a la nueva idea y, cuando termino de escribir, las dos o tres vueltas rápidas que le doy son para arreglar esos flecos de concordancia.
La experiencia me indica que si fuerzo la necesidad de escribir las historias no valen nada ni consiguen nutrirse de sentimientos. La mejor terapia para los momentos de sequía creativa es ocupar la mente en otras actividades que me llenen, tarde o temprano tendré una idea brillante a la que dar forma en el papel.
¡Feliz día! J

   

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2 comentarios:

  1. Hola Pat, siempre he pensado que con imaginación y sensibilidad, cualquiera podría escribir historia, muy pocos sabrian de verdad contarlas y solo unos cuantos lograrían llegar a transmitirlas. Tu tienes las tres cosas: escribes, cuentas y transmites. Lo demás solo es una cuestión de tiempo, los escritores difícilmente nos quedamos en blanco aunque a veces nos parezca que la inspiración este dormida. pero siempre esta ahí, en una sonrisa, un caminar cansado, el sonido de la lluvia, una palabra lejana y de repente.... Una idea empieza a germinar y todo cobra sentido. Solo hay que observar Y escuchar
    Estoy segura que “esa llamada" te llagara , solo tienes que seguir confiando en ti
    Suerte!
    Un saludo
    Inma
    Escritora

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    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tus palabras, Inma. Estoy convencida de que la inspiración regresará, solo necesita unos días de vacaciones... ¡Te mando un beso!

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