De comida en comida
¡Buenos días! Hoy me he levantado
a las 4.40, ¡a mi teléfono nuevo le ha dado por pitar descontrolado! ¡Es que
todavía no lo entiendo demasiado y se ve que toqueteé lo que no debía! Y luego
decirle a mi cabeza que vuelva a coger el sueño es una tarea imposible, así que
ya me tenéis a altas horas de la madrugada mirando un zapping en la tele del
salón.
¡Ya
dormiré esta noche! ¡O la siguiente! Lo que cuenta es que tengo energía, ilusión
y muchísimas cosas por hacer, así que toca abrir los ojos, acabar la entrada y
dedicarse a las tareas del día con una sonrisa. Ya sabéis que lo de dormir bien
no va conmigo, pero mi filosofía sigue siendo la misma: sonríe, olvida la mala
noche y, a pesar de que te estés cayendo de sueño y cansancio, sigue con tu
vida como si nada. ¡Os prometo que funciona!
Ayer
tuve una comida muy agradable con mi agente. La verdad es que es una persona
con la que se puede charlar de manera fácil y sin necesidad de fingir lo que
uno no es, ¡y eso es genial! Me hace sentirme lo suficientemente cómoda en
nuestras reuniones como para poder exponer mis propias opiniones y escuchar sus
consejos sin angustia.
Bueno,
como siempre hay que volver a la novela, aunque esta vez ya es la definitiva,
¡queda ya poco por pulir! ¡A ver si algún día logro ese artefacto que os pedía!
¡Un corrector automático de estilo! Con lo poco que me gusta a mí corregir…. Pero
es un último esfuerzo para empezar el camino tortuoso y difícil hacia la meta.
¡El mundo editorial no está para tirar cohetes!
Así
que hoy, con resaca de sueño y una lista infinita de cosas que hacer, vienen
mis padres, mis suegros y mi hermana a comer para celebrar el cumpleaños de la
niña, voy a tomarme mi tiempo para abrir el ordenador y empezar a releer. ¡Y lo
voy a hacer con entusiasmo!
Cocinar es algo que también me gusta mucho. De
pequeña solía mirar a mi abuela en la cocina y estaba siempre preguntándole el
porqué de cada pequeño gesto, aliño o movimiento, siempre atenta a las
combinaciones de ingredientes y a la manera en la que guisaba. ¡Con ella
aprendí casi todo lo que sé! Aunque en el día a día guiso poco, la verdad es
que se ha de comer sano.
De
adolescente, cuando necesitaba dinero para salir con las amigas al cine o al Pokins,
me dedicaba a cocinar pasteles, ya podéis imaginaros cómo le dejaba la cocina a
mi madre, y me iba a venderlos de puerta en puerta en la escalera. ¡Todos los
vecinos me compraban un par o tres de trozos!
Cocinar
relaja. Es una tarea que requiere tiempo y mantener las manos y la mente
ocupadas durante largo rato, cosa que hace que las preocupaciones se evadan y
que sientas la tranquilidad con la que la comida va guisándose a fuego lento.
Hoy
el menú lo ha elegido mi hija Irene. ¡Vamos a celebrar su cumpleaños! Lo
primero que voy a hacer es el pastel. La verdad es que quiere un bizcocho
sencillo para ponerle Nutella encima, así que no me llevará tanto tiempo como
el Sacher que suelo hacer en los cumpleaños (a mí me pirra el chocolate).
Para
comer ha decidido que quiere un gran aperitivo, con Lays a la Campesina, mini-pizzas,
berberechos y almejas. ¡Esto no tiene demasiado trabajo! Y de segundo me ha
pedido mi pollo al horno relleno, tipo el de navidad, que es un poco laborioso.
Así que mientras el pastel se cueza en el horno voy a ir preparando el relleno:
beicon, salchichas, orejones, piña, ciruelas sin hueso y piñones. Luego toca
rellenar el pollo, pincharlo con jerez dulce (ahí está el truco, en no usar el
jerez seco, sino el que lleva la uva Pedro Ximénez ), poner patatas cortadas a
daditos, tomate cortadito, zumo de limón, un buen chorro de Pedro Ximenez y
cebolletas. ¡Y al horno dos horitas a fuego lento!
¡A
ver si me animo a hacer fotos del ágape y mañana os las cuelgo! ¡Ya os contaré
si he tenido tiempo de encender mi ordenador pequeñito y ponerme con la
corrección!
¡Os
deseo un feliz día!
Pat!!! Que gracia me ha hecho lo del Pokins; como un lugar de comida rápida puede marcar tanto en la vida de un adolescente. Aún ahora pasados tantos años de la desaparición de ese local, con mis amigos alguna vez que buscas un sitio para quedar como lugar de encuentro de una salida o excursión decimos de quedar en Pokins, jejeje.
ResponderEliminarQue vaya muy bien la celebración familiar!! Besos!!
¡Lo del Pokins fue todo un hito! ¿Qué le encontrábamos a sentarnos en las mesas con un bocata (a mí me gustaba el bikini), patatas y una coca.cola!!!! ¡Era nuestro sitio! ¡Un lugar donde pasar las tardes! ¡Cómo ahora lo es la Illa para los adolescentes!!!! ¡Qué tiempos! ¡Si incluso yo hice una fiesta de cumpleaños allí!!!! Jajajajaja.
ResponderEliminar¡Gracias Bego! ¡Y un beso enooorme! ¡Te veo en la cena de las GC!!!!!