De amistades y nostalgias

10:04 Pat Casalà 5 Comments


          ¡Buenos días! ¡No os podéis imaginar cuántas cosas tengo danzando en la cabeza esta mañana! ¡Si es que esto de trasnochar luego pasa factura! ¡Y al no ser capaz de dormir hasta más allá de las ocho estoy un tanto zombi!
            Ayer fui a una fiesta. Mi cuñado hizo 50 años a principios de mes y lo ha celebrado por todo lo alto, con tres cenas distintas. ¡Y la de ayer era con baile! ¡Y ya sabéis cómo me gusta a mí el baile! Así que me puse a bailar con la juventud. Sí, sí, con la juventud (mi sobrina de 19 años, su hermana de 14 y las primas también de 14). Y me lo pasé bomba, pero ahora estoy muuuy cansada y he quedado con mi amiga Dolors para ir a la clase de las once. ¡Uffff!!! ¡No sé si seré capaz de seguir los pasos!
            Me encantó el calor que recibió mi cuñado de sus amigos, la cantidad de cosas emotivas que le habían preparado y la ilusión que se reflejaba en su mirada. ¡Es tan maravilloso sentir esa energía que envuelve la amistad! Es como si a través de los gestos, las miradas, la cercanía y las palabras se recargaran las baterías un tanto vacías tras tantos años de desgaste.
            Cuando veo esas muestras de amistad la nostalgia me invade. Recuerdo momentos de mi infancia, amigos y compañeros que pasaron por mi vida y dejaron su huella impresa en mi memoria, instantes álgidos, conversaciones importantes, descubrimientos, alegrías, penas,… ¡Son tantos los recuerdos que componen el puzzle de una vida! ¡Y tan maravillosas las anécdotas que conservamos en nuestro baúl de los recuerdos para sacarlas en momentos puntuales!
            Y es que con el tiempo como puente se ven las cosas de otra manera. La madurez ayuda a redescubrir matices ocultos en cada relación del pasado, a vislumbrar un ángulo muerto en cada una de las situaciones que almacena nuestro disco duro y a revivirlas desde una nueva perspectiva, encontrando pequeños gestos, pequeños cambios, pequeñas ilusiones.
            El tiempo no pasa en balde, con los años vamos adquiriendo una experiencia que nos prepara para encarar nuevas y fascinantes situaciones, nos adaptamos a los cambios como podemos y vamos madurando a base de momentos, situaciones, etapas y golpes. Y cuando echamos la vista atrás nos descubrimos sintiendo distinto, pensando diferente, actuando como entonces no lo harías jamás.
            A mí me duele siempre el haber perdido a personas cercanas por falta de roce, porque la distancia se impone entre diferentes haceres y el ritmo en el que cada uno encara el devenir de la vida. Pero luego miro a mi alrededor y redescubro la cantidad infinita de gente que comparte mi ahora y me siento dichosa, plena, alegre y feliz.
            Aunque siempre recordaré con añoranza a algunas de las personas que dejaron su huella en mi corazoncito y me acompañaron en momentos decisivos de mi vida. Y siempre estaré orgullosa de tener a mi familia al lado y a mis amigos actuales y de contar con tanto apoyo cuando lo necesito.
            ¡Te llevas tantas sorpresas! A veces conoces a alguien con quien piensas que has conectado y te haces ilusiones para forjar una amistad y al cabo de los meses te encuentras mirando atrás y pensando: ¿Cómo pude conectar aquel día? Y hay personas a las que vas apreciando a medida que pasan los días, de manera que se convierten en amigos importantes de una manera lenta, pero imparable.
            En los momentos álgidos, cuando necesitas de verdad la presencia callada o activa de alguien a tu lado es cuando te enfrentas de verdad a la realidad. Es en esos instantes cuando la vida te descubre a personas que nunca creerías que están ahí y que su amistad es sincera y a otras que se apartan de tu lado y te decepcionan.
            Y hasta aquí la entrada ñoña de hoy. ¡Debe ser la falta de sueño! ¡Ala, me voy a mi clase! ¡Hasta mañana!
            ¡Pasad un gran sábado!!!                                                   

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5 comentarios:

  1. Ñoña será, pero me ha gustado mucho.
    Quizás porque me he sentido identificada, especialmente en lo del presente.
    No pierdas la sonrisa, Pat!
    Besos

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  2. No sé si "ñoña" es el adjetivo más adecuado para esta entrada, Pat...yo la describiría como auténtica, sincera, emotiva...pero nunca ñoña, preciosa.
    Ya lo he dicho en otros post (de hecho, empiezo a pensar que me repito :O), pero me encanta cuando nos abres así tu corazón y tu alma, y nos dejas unas reflexiones que...madre mía, ya quisiera yo reflexionar así un sábado por la mañana después de estar de fiesta :P Lo único que puedo pensar en esas ocasiones es: café, sueño...cama...!!!!
    Muchas gracias por compartir esta pequeña parcela de tu corazón y ten en cuenta que los verdaderos amigos siempre están ahí, aunque haga años que no los veas.Como diría Cicerón: "amicus certus in re incerta cernitur" (El amigo verdadero aparece en momentos duros.)
    Un beso, corazón!!

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  3. ¡Hola Bea!!! De momento aún no la he perdido... ¡Espero que se quede para siempre en mi cara!!! ¡Un beso muy grande!!!
    Enone, ¡no te repites! Y sí, a veces os dejo pasar un poquito dentro de mis pensamientos y sentimientos, es una manera de expresar en palabras las muchas cosas que me pasan por la cabeza al cabo del día. ¡Aunque esta mañana también quería café!!! Y la clase de baile me ha costado lo suyo... ¡Un beso preciosa!!!! ¡Y cuídate!!

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  4. Ay Pat!! Que bonito lo que dices, yo tb me he sentido identificada, como B.A. pero no creas que la distancia siempre se impone entre diferentes haceres!! El anyo que viene te toca a ti hacer una fiesta tambien maravillosa, ya veras la de sorpresas que te llevas!!M.

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  5. ¡M!!! A ti te toca algo maravilloso el lunes, ¡empezar una nueva etapa!!! Espero que la empieces con muchísima suerte y que todo te vaya súper bien. ¡Ya verás como la distancia no va a ser un obstáculo para seguir conectando!!!! ¡Un besito!!!

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