Una nevada, la chimenea y la amistad
¡Buenos y
felices días para todos! Espero que el fin de semana se presente fantástico y
que tengáis un montón de cosas interesantes para hacer. ¡Aunque descansar
también está genial!
Estoy en la montaña,
delante de la chimenea que he encendido al levantarme, deleitándome con las
llamas que van quemando lentamente el tronco y se mueven al son de formas
etéreas que se contraen y se expanden ante mis ojos, creando figuras
puntiagudas de color anaranjado que me despiertan la imaginación.
¡Las temperaturas han
descendido bastante! Ayer por la tarde aprovechamos una visita que tenía mi
marido en le Seu d’Urgell para subir prontito e irnos a Andorra a pasar el
resto de las horas. ¡Y cuando veníamos para Estavar atravesamos una nevada! ¡La
primera del año! Para ser sincera he de admitir que entre la copiosa cantidad
de copos blanquecinos que se precipitaban hacia el coche, la niebla, las curvas
y los dos grados que marcaba el termómetro del coche pasé un poco de miedo. ¡Y
encima nos pararon en la frontera! Pero llegamos de una pieza a casa, cenamos
unas pizzas y nos fuimos a dormir tapados con los nórdicos y con nuestras
propias ilusiones.
Y entre todo el ajetreo del día, tuve mucho
trabajo y llegué a casa con el tiempo justo de comer, hacer la maleta e irme,
apenas tuve tiempo de contestar los comentarios del blog. ¡Si incluso me olvidé
la leche! ¡Esta mañana me he tenido que tomar el café solo! ¡Y a mí no me gusta
el café sin leche! Bueno, pues en medio de todo el ajetreo recibí noticias de
que el trece pasa a ser el once. En el Tarot el arcano número once es La Fuerza
y muestra una persona con una férrea fuerza de voluntad que se encuentra en una
situación difícil, pero resoluble, con gran confianza en ella misma, voluntad,
eficacia, perseverancia y pasión. ¡Encima el once de octubre es el cumpleaños
de mi niña! ¡Y cumple once años! ¿No veis las señales? Espero mantener esa
fuerza y no desmoronarme, pensar en positivo y aceptar que si éste no es el
camino correcto, seguro que encuentro otro sin tantas curvas.
Guardo en una capeta con
su nombre todos los mails que he enviado y recibido a y de mi agente durante
estos casi seis años. Hoy los he contado, ¡hay cerca de ciento ochenta! Buscaba
uno en concreto, uno que últimamente recuerdo con más asiduidad. Hay una frase
que evoco con claridad muchas veces, cuando la determinación con la que vivía
antes se desvanece y me encuentro sin tanta pasión. Es esta:”Antes no tienes un
autor encauzado, propuesto, publicado y encima vendiendo bien, te han pasado
muchos años y a veces hasta las ganas.” ¿No habrá algo de esto? Es que con
tanto trabajar en las novelas, tanto empeño que he puesto y tanto esfuerzo a
mis espaldas últimamente me da por volver a darle vueltas a todo.
De momento mis ansias de
crear se ven colmadas en el blog. Esta semana he tenido un montón de visitas y
comentarios y he sentido el calor de las personas que van pasando por aquí para
dejar su granito de arena en la autoconfianza que necesitaba recuperar al cien
por cien. ¡Y me siento tan feliz de tener eso que ya no me importa tanto
aquella meta que tenía fija en la mente antes! ¡Aunque no voy a dejar de
intentarlo!
La amistad y el
compañerismo son algo mágico y extraño. Supongo que todos habéis tenido algún
que otro desengaño en ese terreno fangoso que se autodenomina amistad, que a
todos alguien les ha fallado en montos álgidos y eso les ha dolido. Lo que me
ha enseñado el ciberespacio y el dejar con miguitas de palabras mis propios
sentires impresos en este rinconcito de la blogosfera es que hay gente
maravillosa en todos los lugares y que a veces el gran problema con el que
contamos es la limitada percepción de nuestro mundo, una percepción que nos
imposibilita ver más allá y encontrar a las personas que comparten nuestra
manera de ser, de actuar, de pensar, de vivir.
A mi modo de ver este
último año ha estado lleno de
experiencias maravillosas que me han ayudado a redescubrir el mundo que
me rodea, a ver que en él hay cabida para todo y para todos y que está repleto de
amigos, amigas y compañeros con un gran corazón, una gran personalidad y un
afecto sincero que no traspasa las fronteras de la doble cara ni de los
chismorreos ni de la necesidad de desprestigiar a alguien para ser feliz. ¡Y es
genial contar con vuestra presencia aquí!
¡Un gran beso para todos!
¡Feliz día! ¡Y a pasarlo bien!
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