Una pequeña disertación y la trama 34
¡Buenos
días! La entrada de ayer no tuvo mucho éxito, el blog sólo recibió 39 visitas,
¡nada que ver con las 59 del último mes! Pero creo que es importante el tema
que toqué, porque sin lectores no existen los escritores y si la imaginación se
marchita y se pierde la vida puede resultar muy gris y apagada. Así que
insisto, ¡se ha de leer, leer y leer! ¡Para que todos nosotros podamos
escribir, escribir y escribir! ¡Y así no se rompe la cadena!
La
lluvia no se resiste a abandonar las calles de Barcelona, las nubes llevan más
de veinticuatro horas deshinchándose sobre las calles tristes y oscuras. ¡A mí
me gusta el sol! ¡La luz! ¡La energía de los colores que nos aporta el astro
rey! Y cuando llueve me cuesta un mundo encontrar la inspiración.
He
acabado la primera vuelta del manuscrito, he encontrado muy pocas cosas y estoy
un poco ofuscada. Cuando me aseguran que hay personas que pueden escribir bien
a la primera se me cae el alma a los pies. ¡Llevo ya tantos años trabajando sin
descanso para pulir mi estilo que ya no sé si vale la pena pensar que algún día
lo lograré! A mí la novela me gusta, no he logrado cambiar demasiados errores
gramaticales y sigo creyendo que la historia es buena. ¿Tengo razón?
Ahora
la voy a dejar reposar un par de días y le daré el último repaso. ¡Y luego la
suerte estará echada! ¿Vamos con
Isaac???
…Los
años se fueron superponiendo con una rapidez vertiginosa. Isaac vivió aislado
del mundo en aquel paraje solitario que había elegido como hogar. Sus
capacidades mentales fueron madurando, avanzando, aprendiendo a dominar
cualquier técnica que la evolución le había otorgado. El niño se convirtió en un hombre fuerte y autosuficiente.
Cazaba, recolectaba, pescaba, construía nuevos avances para su cabaña…
Con
la mente viajaba a países extraños, divisaba personas ajenas y se sorprendía
añorando compañía humana. Cuando sus viajes mentales le llevaban junto a su familia
y los veía reír, llorar, vivir, sentía un vacío en su interior, una necesidad
de compartir sus largas noches solitarias y de sentir amor, ternura, ilusión,
felicidad.
Pero
la oscura amenaza de los guardianes acechaba más allá de su casa, siempre
alerta, siempre rastreando el mundo en busca de personas como él, siempre
destruyendo a los pocos que nacían con la evolución.
Isaac
había aprendido a neutralizar sus embistes con una técnica aprendida a base de
esfuerzo y tesón. Cada vez que rastreaban su mente lograba convertirla en una
mente normal a ojos de aquellos desalmados. Pero la amenaza de ser descubierto
le creaba una angustia indescriptible, porque sabía que era el único con la
capacidad de crear una estirpe de personas que pudieran conceder a los humanos
la posibilidad de recuperar lo que los prigenios les habían robado.
A
los dieciocho años se había convertido en un hombre fuerte, de anchas espaldas,
larga cabellera negro azabache, unos ojos negros que desafiaban la oscuridad
con su porte altivo, grandes músculos desarrollados a base de horas a la intemperie,
corriendo para alcanzar a sus presas, trabajando sin descanso con los juncos
que le servían de pared,…
Una
fresca mañana de verano, mientras Isaac estaba lavándose en el río, escuchó
unas voces acercándose. Al principio le asaltó el miedo a ser descubierto,
estaba en medio del río, desnudo, sin ningún tipo de protección contra los
guardianes. ¿Y si lo habían descubierto?
Se
quedó quieto, inmóvil y recurrió a su mente para visualizar a las personas que
caminaban por aquel paraje solitario que lo había albergado durante tantos años
sin ser importunado. Caminó con la mente hasta reconocer una familia de cinco
personas que andaban hablando entre risas, felices, como si desafiar a la
naturaleza con su avance no fuera un impedimento para reír y ser felices….
¡Hasta
mañana!
Pat!! Aún no sabemos a que civilización pertenece Isaac.
ResponderEliminarEn cuanto al libro ya conoces mi opinión de sobra, e insisto en que los errores gramaticales, a menos que sean muchos y de bulto, no justifican una revisión completa. Pero qué le vamos a hacer... Me parece que cuando tu acabes la tuya yo tendré que empezar otra mía. Más que vivir en mundos paralelos esto parece un bucle paralelo sin fin...
Saludos!!
Jajajaja!!! Tienes razón en cuanto a Isaac. Nació un milenio después que los prigenios. ¿Dónde nos sitúa eso? Voy a ver si esta tarde investigo un poco.
ResponderEliminarEn cuanto a la novela... ¡Tanta revisión está acabando con mi autoconfianza, ¡ya no sé si la empeoro o la mejoro! ¡Estoy por tirar el ordenador al mar!
Y tú, ¿por qué vas a empezar otra? ¿No te convence la actual??? ¡Seguro que es una buena novela!
¡Un beso!
Es lo que me temo tras una breve charla. Ya te contaré cuando tenga todos los datos.
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