La angustia de Úrsula (la trama 30)
¡Buenos días a todos! Gracias,
gracias y mil veces gracias por pasaros por aquí y dejar vuestra huella escrita
bajo los pies de la
entrada. Nunca me había sentido tan bien ni tan revitalizada
como al descubrir que los últimos dos días había logrado 113 y 103 visitas
respectivamente. Si os digo la verdad es un chute directo a mi autoestima,
aunque no se me pasa para nada la numeración, ¡hay un13 por todas partes!!!!! Quizás
es una señal de que el día 13 pasará algo importante.
Últimamente
he aprendido a esperar con mayor entereza. Ya no tengo aquellas noches de angustia
y nerviosismo que preceden a los momentos clave en mi carrera hacia las
editoriales, más bien estoy preparada para todo, sea lo que sea, y no voy a permitir
que la situación me arrebate mi ilusión, así que he ido releyendo lo que tengo
escrito de Oros con vistas a continuar y seguiré luchando por La Baraja, de una
o de otra manera.
¡Y
sobre todo no pienso ponerme como un flan la semana que viene! ¡Lo que tenga
que ser, será! ¡Ya habéis visto que aunque no me gustan los cambios también
puedo enfrentarme a ellos!
Bueno,
vámonos con Vladymir, que lo prometido es deuda.
…Durante
más de media hora el transilvano sólo durmió entre una oscuridad opaca que se
ocupaba de dominar su cerebro. Sus circuitos neuronales se fueron relajando, deshaciéndose
de la frenética actividad a la que los había llevado su dueño, volviendo a funcionar
de una manera sosegada y tranquila.
Úrsula
no paró de caminar inquieta por la habitación. Miraba
una y otra vez a su amante con angustia, sin entender demasiado bien aquel color
plomizo en sus mejillas, la flacidez de sus músculos, la postura estática que
había adquirido y la sensación de estar ante el cadáver de alguien a quien
amaba con locura.
Nunca
había visto a su amado en ese estado, nunca había tenido la sensación de que
podía ser vulnerable a alguna circunstancia. Pensaba que era invencible, capaz
de saltar de un acantilado y caer entero a orillas del mar, de surcar las olas
sin mojarse, de controlar cualquier mente, de conseguir aquello que se proponía.
La
relación entre ambos se había forjado hacía muchos años, cuando ella trabajaba
en un bar de su tierra natal para salir de la pobreza en la que se había sumido
al perder a su familia y él la rescató con promesas de llevarla a la cúspide
donde ahora se encontraba.
Vladymir
la había pulido, como si fuera su Cicerone particular, le había comprado ropa
bonita, la había enseñado a hablar varios idiomas, a comportarse, a querer a la
cámara, a discurrir por la vida con un aura de sofisticación que le había abierto
las puertas de la televisión y de algunos pequeñas apariciones en la pantalla
grande.
Lo
único que le había pedido a cambio fue que sedujera a Jaime y se casara con él,
que intentara por todos los medios descubrir dónde guardaba el cofre, que
lograra concederle el deseo de encontrar el último secreto de los prigenios
para poder vivir una vida plena a su lado.
Por
eso se había casado con un hombre al que no amaba y se había entregado en
cuerpo y alama a esa relación que la apartaba de su auténtico amor, que la
obligaba a pasarse las horas anhelando los encuentros furtivos a los que ambos se
entregaban con pasión.
Pero
nada había salido como esperaban. Jaime era un hombre muy reservado y con una
capacidad innata para bloquear los embistes de Vladymir a su cerebro. Al
principio Úrsula había logrado engañarlo, pero a medida que las semanas y los
meses se habían sucedido había ido descubriendo las oscuras intenciones de su
mujer y había guardado un silencio sepulcral en todo lo referente al secreto
del cofre. ¡Por eso Úrsula lo había envenenado hasta matarlo! ¡Para castigarlo
por su ofensa! ¡Para intentar que se abriera a Sara y doblegar a aquella niñata
estúpida que también había logrado vencer a Vladymir!
Lanzó
una última y lánguida mirada al cuerpo de su amado en la cama. Estaba boca
arriba, con una palidez extrema, los brazos cruzados sobre el pecho, la
respiración ralentizada, las venas de las manos marcadas en su blancura y un
rictus arrugado y tenso que iba recuperando su serenidad con el paso de los
minutos….
¡Hasta
aquí! ¡Feliz fin de semana!!!!!
Que guay!!! Pero tengo preguntillas... Ursula ama a Vladimir? Esta enamorada de el? O lo que siente es admiracion?
ResponderEliminarDebo haberme saltado algun capitulillo porque la ultima Ursula se llamaba de otra manera... tengo que recapitular pa' tras!! Pero me gusta mucho como esta quedando la historia. Se nota que eres tooooda una escritoraza!!! Besos!!!M
Si Jaime está muerto no podrán saber el secreto del cofre...Y ¿Quién es Sara?
ResponderEliminarMe falta leer capítulos anteriores...
Pat, como siempre los fragmentos están muy bien y nos dejan con ganas de más, pero es fácil confundirse de una vez para otra. Quizá un corta y pega de todos ellos estaría bien. Aunque no quiero darte más trabajo!! Y menos a la espera del día 13.
ResponderEliminarComo experta del Tarot sabrás que el significado oculto de ese número representa el cambio, la muerte de algo y el nacimiento de otra cosa. Pero, ¿qué cosa?
!Seguimos atentos con los dedos cruzados!
Saludos!!!
¡Ok por las sugerencias!!! este fin de semana intentaré ordenar un poco lo que he escrito sobre la historia para darle un poco de forma, ¿os parece???
ResponderEliminar¡Y ya veremos qué clase de cambio se anuncia para el 13! En realidad en el Tarot es la carta de la muerte, y como bien sabe Pam, eso quiere decir enterrar una parte de tu pasado, ¡ya veremos a cuál se refiere!!!!
¡Buen fin de semana a los tres!!!!!