¡Viva la esperanza!!!!!
¡Buenos días! Hoy se ha
despertado un cielo azul, nítido, exento de nubes, con un sol radiante que
augura una preciosa y agradable jornada entre la naturaleza. Aunque sigo con la
chimenea encendida para evitar que la casa sufra de la bajada de temperaturas que
azota estos lares por la noche. ¡Y hoy me está costando muchísimo que el fuego
prenda bien!
Si os digo la verdad estoy
bastante en blanco, llevo un buen rato con el Word abierto ante mí y no soy
capaz de encontrar un tema interesante del que hablaros. Entre vigilar la
chimenea, la tele con Shin-Shan abierta con mi hija delante y la falta de ideas
no consigo escribir nada coherente.
Ayer estuve tentada de ir
a mirar las estadísticas del blog varias veces, pero con el frío que hacía me
costaba un mundo sentarme en el banco de la carretera para utilizar el USB de
MoviStar y poder conectarme. ¡Así que es un misterio saber si os gustó o no la
entrada de ayer!
No sé cómo voy a colgar
las entradas cuando el frío apriete de verdad. Ya me veo con la cazadora de
esquí, los guantes en las manos, un gorro, una bufanda y temblando ante la
pantalla, sentada en mi banco de la carretera, con una gélida sensación
azotándome la cara y la nariz entumecida por las bajas temperaturas. ¿Os lo
imagináis?
Pero lo que tengo claro es
que a pesar de enfrentarme a días como hoy, en los que cada párrafo me cuesta
una eternidad, y a las posibles trabas para llegar a vosotros, prometí una
entrada diaria y, a pesar de las adversidades, la voy a colgar, aunque sea algo
insubstancial como lo que hoy comparto con la blogosfera.
Por la tarde de ayer
estuvimos con unos amigos charlando sobre muchos temas de actualidad. ¿Quién no
se preocupa por los efectos de esta dichosa crisis que nos azota? La bajada del
consumo, la falta de dinero en las arcas públicas, la inmensa morosidad a la
que se enfrentan bancos y empresas, la incapacidad para encontrar una vía de
salida a la situación y de mantener a flote una economía que se va debilitando
a medida que pasan los días… ¡Uffffff! ¡Hay tanto que lamentar!
Tras un rato analizando
estos pormenores de la situación financiera del país y del mundo entero
hablamos de cosas triviales, hicimos un poco de broma y nos olvidamos por unas
horas de la realidad que nos envuelve.
En medio del panorama en
el que vivimos, ¿cómo va una editorial a apostar por un novel? ¿Cómo puedo ni
imaginar que mis sueños lleguen a buen puerto? El otro día escuché un programa
de radio en el que Antonia Kerrigan, la dueña de mi agencia literaria, seguía
pensando que todo es posible, que la puerta no está del todo cerrada y que lo
único que nos queda es intentarlo.
¡Pues aquí está mi
entusiasmo! Voy a creer en lo increíble, voy a soñar en la consecución de las
metas inalcanzables y voy a pensar que todos los que están sufriendo en sus
carnes la crisis, que toda la gente que ha perdido su trabajo, su medio de
vida, su negocio o su capacidad por seguir luchando podrán poner su empeño en
encontrar una vía, una solución, un camino que los ayude a sobrevivir en un
mundo a la deriva.
Porque sin esperanza no
hay nada. La esperanza es la base de la felicidad, el motor de las soluciones,
la manera de afrontar las desgracias con un mínimo de fuerza, la única
capacidad que poseemos para sobreponernos y volver a empezar.
En mi hermana tengo un
gran ejemplo de ello, de cómo la esperanza y el deseo de superar una mala
experiencia puede ayudarte a caminar hacia adelante sin olvidar las
experiencias del pasado. Cuando hace siete meses la vida le asestó un golpe muy
duro y borró de un plumazo todo cuanto ella tenía llevándose al hombre que
vivía con ella, fue capaz de luchar por no hundirse, de mirar hacia adelante a
pesar del dolor que arrastraba, de renacer de sus propias cenizas aunque se
pase las noches en blanco llorando y sufriendo, de levantar la cabeza y
continuar recorriendo la senda de la vida con muchos recuerdos y sentimientos
acompañándola y el sueño de avanzar hacia donde él hubiera querido, hacia su
felicidad.
Así que voy a seguir su
estela, voy a mirar hacia adelante con confianza, con esperanza, con tesón y
sin angustia. Pase lo que pase mi esperanza no se va a marchitar. Y espero
contagiar a todos los que sufren, lanzarles ese globo sonda de optimismo del
que hablé hace días y de ayudarles a sonreír un poco.
¡Feliz domingo!
0 comentarios: