La importancia de las palabras...
¡Buenos
días! Hoy no tengo demasiadas ganas de escribir, sigo con mi bloqueo… Pero he
decidido que no hay mal que por bien no venga, seguro que unas vacaciones
novelísticas me ayudarán a recuperar la inspiración. Voy a emplear mi tiempo en
volver a leer.
Hace
unos días os hablaba de la importancia de poner punto y final a las historias,
creo que realmente cuando algo queda abierto en nuestros corazones es difícil
acatar la incertidumbre. Por suerte siempre encontramos la manera de cambiar de
página y dejar la anterior en el olvido, aunque no sea el desenlace que
esperabas.
La
cobardía muchas veces nos impide despedirnos, a buen entendedor pocas palabras
bastan… A veces nos encontramos en una encrucijada y sentimos que la situación
nos supera y entonces es más sencillo darse la vuelta y cerrar los ojos. Aunque
lo valiente sería despedirse con unas frases fáciles…
Me
alucina la capacidad de algunas personas para sonreír a pesar de las
adversidades… Es gente luchadora, valiente, con muchas ganas de comerse el
mundo y dejar atrás los malos momentos. ¡Increíble! Me encanta caminar a su
lado.
Suspiro.
Mi tendencia a empatizar con los demás y a desear que la ruleta de la suerte se
pare en el número que se lo merece a veces me induce a elegir un sendero
equivocado, sintiendo lo que no debería.
Idealista
hasta el infinito… Jajajaja, siempre con la ilusión de que cada historia
termine perfecta, sin fijarme en las señales que indican lo contrario. Me gusta
ver la parte positiva, lo bonito de cada instante. Y siempre espero a que mi
manera de imaginarme las cosas se materialice en una realidad.
Una
de mis lectoras beta, S, la más
crítica, está con EDP… La define como una novela pastel, con tintes románticos
y con un amor demasiado idílico… Tiene razón, para mí los flechazos son reales,
la química entre dos cuerpos se dispara desde el inicio, juntándolos más allá
de la razón.
Llevo
unos días con dudas acerca de esa visión de la vida, con la sensación de que
está muy alejada de la realidad. Y quizás es cierto, pero he decidido que me da
igual, quiero escribir historias de amor bonitas, con alegrías y algún
desengaño, con finales sublimes y buen sabor de boca. Ya es demasiado duro
enfrentarnos a los retos que se abren en nuestro camino como para no disfrutar
con la lectura de un romance precioso.
Así
que se terminaron las dudas, la ansiedad de no encontrar las palabras y la idea
inicial de DUO, una novela que ahora muta lentamente en mi cabeza para
encontrar una senda distinta…
¡Feliz
día! J
Jejeje,
ResponderEliminarque se pastel, romántica e idílica no implica que no sea entretenida.
Besos,
S.
:-)
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