¡Sabe a primavera!
¡Buenos
días! Parece que la primavera ha llegado, hace un sol increíble, las calles se
visten de verde y los transeúntes empiezan a llevar colorido. Me encanta el
olor de los días despejados, la esencia que se respira, el sosiego y la calma
que se siente al pasear.
El
fin de semana me ha dejado un buen sabor de boca, aunque parece mentira que los
días pasen demasiado deprisa, sin dejarme tiempo para saborearlos. Me da la
sensación de que a medida que crecemos la vida pasa con mayor rapidez.
Al
fin he encontrado la historia que quiero contar. Es extraño que sea capaz de
iniciar algunas y que de repente la conexión que tenía con ella desaparezca
dejándome yerma de palabras. Ahora tengo la cabeza inmersa en esta nueva trama,
dándole vueltas constantemente, emocionándome con las situaciones que deseo
contar.
DUO
empezó como algo trivial, sin que en un principio tuviera demasiado peso ni una
idea más allá de una historia de amor. Al final se ha convertido en intensidad,
documentación, saltos al pasado y una idea ambiciosa que quizás consiga llevar
a buen puerto.
Terminé
el libro de Dan Brown, Inferno. No sé
apreciar si he evolucionado como lectora o simplemente este volumen no me ha
convencido. Bajo mi punto de vista la novela peca de exceso de información, no
hace falta darnos una lección magistral de historia mientras los protagonistas
escapan. A mí esa cantidad de descripciones me impedía sentir la trama
trepidante de otras veces y al final, cuando se descubre lo importante, no consiguió
sorprenderme.
La
lectura me pareció poco interesante… Era como sumergirse en una guía turística
de Florencia y Venecia más que en una narración con un thriller de fondo. Quizás si ahora releyera El Código Da Vinci me pasaría lo mismo… Está claro que ya no
escribo como antes y que posiblemente mi manera de leer también sea otra.
Al
retomar alguna novela antigua me doy cuenta del salto que he hecho estos últimos
años. Las ideas siguen acompañándome en cualquier momento, la manera de
enfrentarme a la escritura, sin embargo, es otra. He mudado mi estructura
mental, es como si a medida que avanzo
en este mundo consiguiera una visión distinta de las historias.
Madurar
no solo se refiere a alcanzar la edad adulta, en cada etapa de nuestra vida podemos
redescubrir nuestras capacidades y asentar los conocimientos con el paso de los
años. Ahora que escribo para saciar mi sed de contar historias y me alma se ha
apaciguado tengo una visión más serena de la realidad. Es curioso cómo mis
historias también han conseguido llegar a la madurez.
¡Feliz
día! J
Con respecto a que un libro nos pueda parecer más o menos interesante es algo que se ha de entender como una opinón sin más, ya que en realidad solo se trata de eso. También es cierto que no todos los lectores estamos al mismo nivel con respecto a comprensión lectora y ese sí que es un factor importante a tener en cuenta más incluso que el hecho de que el libro pueda estar o no dentro de nuestras preferencias y es por eso mismo que no hay nada más satisfactorio para lectores y escritores que encontrarse con alguien que se expresa con arreglo a sus propios gustos.
ResponderEliminarEn mi caso, soy un hombre bastante primitivo y como tal me muestro y manifiesto: estoy convencido de que hay millones de personas con esas mismas características; pero de bien poco nos vale si no tenemos la oportunidad de ponernos en contacto y solo dependemos de que el azar, la suerte o el destino hagan posible el encuentro.
En fin, que te voy a contar a estas alturas de tu vida y que tú aún no seas consciente...
Perdón, si continúo actuando así, además de primitivo dejare evidencias de poco educado: lo digo por el hecho de que se me olvido tanto el saludo como la despecida.
ResponderEliminarUn saludo y que disfrutes de un lindo y feliz día.
Adiós.
¡Un gran saludo, Francisco! :-)
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