Rumbo a Perhentian

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Tercer día de trabajo… Parece mentira que los días avancen tan rápido en el calendario, apenas he contado con tiempo de saborear el lunes y el martes y ya nos hemos plantado en miércoles.
Llevo un par de días sin ganas de escribir, es como si al regresar a la rutina se me secaran las palabras. Sin embargo ni me agobio ni me estreso, no tengo ninguna prisa y contar una historia significa pasarlo bien, así que cuando mi mente decida colaborar avanzaré por el intrincado mundo de UUDC.
Almaceno recuerdos maravillosos de mi viaje veraniego y quiero compartirlos con vosotros, fue una experiencia increíble. A veces no somos conscientes del mágico poder de visitar otros lugares, aunque sean cercanos a tu hogar, no hace falta cruzar medio mundo para descubrir nuevas e interesantes ciudades o pueblos.
Para preparar el viaje a Malasia mi marido y yo nos pasamos más de cuatro meses buscando la mejor combinación de destinos. El país es grande y ofrece multitud de opciones turísticas. Al final nos decantamos por evitar la península y visitar tres islas. El recorrido quedó así: Perhentian, Langkawi, Kuala Lumpur, Kuching en Borneo, Parque Nacional de Bako y Singapur.  
De todos los puntos solo quitaría la visita relámpago a la capital malaya, ya que no me gustó. El resto es altamente recomendable para cualquier viajero intrépido.
Perhentian es un paraíso, el lugar donde ahora mismo me evadiría para pasar un largo año sabático. Quizás la única pega es la cantidad de transportes que has de coger para llegar, ya que son dos islas perdidas en la costa nororiental de Malasia, en el mar de la China Meridional, a unos setenta kilómetros de la frontera con Tailandia, y la solo son accesibles por mar.
Llegamos a Subang, el aeropuerto secundario de Kuala Lumpur, el día dos por la noche, tras veinticinco horas de viaje, con tres aviones, retrasos, prisas por los aeropuertos, nervios por la pérdida de nuestras maletas y un sinfín de instantes estresados.
Esa noche, tras una frugal cena en el restaurante del The Saujana Hotel Kuala Lumpur, un resort maravilloso muy cercano al aeropuerto, nos fuimos a dormir con la angustia de no saber qué pasaría con las dos maletas retrasadas en Singapur.
Mi marido y yo nos mantuvimos despiertos hasta las dos de la madrugada, llamando a Singapur para averiguar qué harían con el equipaje, nerviosos por los emails que nos mandaron y sin saber si retrasar nuestro viaje a Perhentian para rescatar las maletas.
A las seis y cuarto sonó el despertador, nos levantamos corriendo, nos duchamos y pusimos rumbo al aeropuerto, nerviosos, discutiendo en el taxi. Al final, tras dos llamadas más a Singapur, embarcamos las maletas de los niños y cogimos el avión a Kota Bharu, donde un transporte del hotel Bubu Villa nos esperaba para llevarnos al embarcadero de Kuala Besut, a una hora de trayecto.
Allí esperamos quince minutos, que aprovechamos para comprar un par de camisetas y un bañador para mi marido, y subimos a la lancha rápida rumbo a Perhentian. En media hora avistamos la playa de nuestro hotel. Llegar no es fácil, una vez cerca de la arena has de cambiar a una de las barcas pequeñas, que te deja en la orilla, mojándote los pies…

¡Mañana más! ¡Feliz día! J  

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