Practicar la risoterapia

7:07 Pat Casalà 2 Comments

      ¡Buenos días! Tras una noche revuelta y con nervios amanezco en el ecuador de la semana con un poco de cansancio acumulado. ¡Hay tanto trabajo de último minuto! ¡Y tantísimas cosas por hacer!
      Ayer fue uno de aquellos días en los que cuesta encontrar el optimismo. ¡Ufffff! A veces frustra cómo te dicen las cosas o cómo te exigen algo que no te habían pedido.
      Me costó recuperar la serenidad tras una reunión donde las cosas se torcieron, suerte que me fui a la piscina una horita a descansar bajo la sombra y me relajé… ¡Aunque no fue suficiente para dormir bien!
      La parte positiva es que pronto disfrutaré de tres semanas de vacaciones para no pensar ni sentir el agobio ni el estrés del trabajo y para olvidarme de la oficina. Hay momentos en los que de verdad cogería la mochila y me convertiría en una nómada viajera que vive de las oportunidades que aparecen en el camino…
      Muchas veces me planteo la posibilidad de plantarlo todo y evadirme a un lugar tropical, sin números, sin trabajo fijo, sin agobios. Una hamaca, mi ordenador, las historias que invaden mi mente y horas de sol por delante. ¡Qué bonito es soñar!
      Y sí, ya sé que mi lema es optimismo a pesar de los pesares y sonreír un poquito cada día, así que fuera malos rollos y a practicar la risoterapia, la mejor manera de combatir los momentos de bajón. J J J
      Este blog me ha dado muchísimo. Al principio escribía sin saber muy bien qué contar, con los años se ha convertido en una especie de diario personal donde los posts cambian según mi estado de ánimo, el momento en el que estoy o las ganas que tengo de contar algo. Lo mejor es que con él he aprendido a moldear las palabras, a buscar un sendero donde la narrativa fluye con facilidad, a rebuscar en mi interior para compartir con la bloggosfera un pedacito de mi día a día.
      Es magnífico encontrar una vía de escape a las experiencias cotidianas, un lugar donde puedas darles forma y mirarlas desde varios ángulos. Y, sobre todo, el ejercicio de encontrar algo para contar cada mañana me proporciona una soltura increíble a la hora de encarar la escritura de las novelas.
      Ya me siento mejor. ¿Veis? ¡Genial! La mejor terapia es escribir un poquito para encarar el día con alegría. ¡Me voy al despacho!
      ¡Feliz día! J

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Corrigiendo...

7:07 Pat Casalà 2 Comments

     ¡Buenos días! Parece que el calor no aprieta tanto como el fin de semana. Hace sol, un sol radiante y maravilloso que invita a sonreír sin parar, a vivir con felicidad, a cantar y bailar.
      El calendario avanza raudo hacia las vacaciones. Este año no estoy al borde de un ataque de estrés como otros, pero sí deseo descansar, disfrutar de mi familia, de la tranquilidad, de que no suene el despertador… ¡Cómo me gusta despertarme cuando me apetece!
     La última semana de trabajo siempre es intensa, con mil cosas para resolver antes de marcharme. Uffffffff, ¡hay tanto que hacer! Por suerte me lo tomo con filosofía, sin agobiarme ni estresarme. ¡No vale la pena! Por mucho nervio que le ponga el trabajo será el mismo y más vale hacerlo al ritmo que toca sin pensar en lo que queda.
     Creo que mi cerebro está ya en periodo pre-vacacional. Me cuesta más de lo normal centrarme. Quizás sea el calor, las ganas de irme a tomar el sol, de tumbarme en una hamaca, de no pensar en nada importante… ¡Jajajajaja! Cada minuto es uno menos…
     El otro día os explicaba algo insólito. Cuando corrijo una novela tiendo a oscilar entre el “me gusta” y el “no me gusta nada”. Es curioso, pero hay momentos en los que rechazo la historia, la escritura, los personajes… Supongo que tiene que ver con mi estado de ánimo o con la objetividad necesaria para encarar la corrección.
     Creo que hay momentos en los que la historia me satura y que darle otra vuelta significa más de lo mismo… Entonces es mejor aparcar la lectura un tiempo prudencial.
     Lo mejor de escribir es cuando encaro la corrección y pienso: « ¿esto lo he escrito yo?» Eso pasa cuando consigo abstraerme de la narración y empiezo a leerla como si fuera un lector anónimo.
     Con LME me pasó lo de siempre, al principio no le veía acción ni desarrollo ni momentos álgidos, salvo lo que sucede en el capítulo cuarenta y cuatro… Ahora empiezo a vislumbrar la trama desde otro ángulo y a descubrir la parte positiva de las aventuras de mis protagonistas…
     ¡Es genial! A ver si en unos días termino esta vuelta y la dejo un par de semanas en el congelador para la vuelta final. Todavía me queda escribir la nueva novela y corregir LMR muy en serio…
     ¡Feliz día! J

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La escalera de la ilusión

7:07 Pat Casalà 2 Comments

     ¡Buenos días! El lunes empieza con una dosis importante de energía. La voy a necesitar, esta última semana de trabajo será increíble, preveo un volumen inmenso de tareas por cerrar antes de irme de vacaciones. Por suerte, saber que en unos días tendré tres semanas de descanso me ayudará a trabajar con entusiasmo.
     Este fin de semana me he tomado las cosas con filosofía, sin agobiarme demasiado por el futuro ni por las mil cosas que tengo en la cabeza ni por nada que no fuera descansar, tomar el sol, pasear o disfrutar con mi familia de momentos interesantes.
     Vivir el presente es el mejor de los regalos que me he hecho. Disfrutar de cada instante sin preocuparme de qué vendrá a continuación, caminar por un sendero del que no vislumbro el fin y que no me importe, descubrir que los peldaños hacia el cielo de mis aspiraciones se enfilan sin mostrar un final claro, sin esperas, sin ahogo, sin sensación de que voy a tocar la meta en algún momento.
     Tomarse cada giro de tu vida con serenidad, apreciar lo que tienes, volar a la altura que te permite tu ahora, sin desear con ansia ascender más escalones, es la manera de alcanzar la paz interior capaz de no vapulearte mientras caminas por la senda de la esperanza.
     Nunca dejaré de escribir ni de desear ni de luchar. Sencillamente he aparcado para siempre las esperas, la angustia ante la falta de noticias, la sensación de que ese maravilloso futuro que me pintaba de colores intensos está a la vuelta de la esquina y que necesito correr sin descanso para llegar al final de la calle.
     Escribir es desnudar mi alma en el papel, permitir que el puente que une mis dos mundos se acorte y cree una simbiosis perfecta, con la emoción de viajar sin levantarme de la silla, de sentir al experimentar en mi mente las situaciones de los protagonistas y la grata ilusión de acompañar a unos personajes durante sus peripecias.
     Tengo tantos proyectos, tantas ideas en la cabeza, tanto que contar, que ya no me importa hacerlo únicamente para el ordenador. Envié la novela a la agencia y por primera vez no espero una respuesta. Corrijo a mi aire, sin obligaciones, sin angustias, sin agobios. Simplemente lo hago cuando me apetece, cuando encuentro el espacio que me falta para mirar objetivamente el escrito y la ilusión me acompaña.
     No sé qué me depara el destino ni si aquellos sueños infantiles que durante años han capitaneado mi vida se materializarán algún día.  No me importa. ¿Qué más da? Lo mejor de mi presente es no vivirlo agobiada por un futuro incierto.
     ¡Feliz día! J  

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Al son de la inspiración

10:01 Pat Casalà 2 Comments


¡Buenos días! Hay instantes para recordar, otros para olvidar y algunos para emocionarse. La vida es un sinfín de situaciones diversas, con una paleta de colores tan amplia que debes disfrutar cada matiz de los momentos.
Aprender a vivir con lo que uno tiene es la mejor manera de transitar por los días con la sonrisa como compañera, si se desea o se anhela lo que no se posee es muy difícil encontrar una razón por la que ser feliz. Es una lección aprendida a base de golpes y de errores, una que jamás olvidaré.
La esencia de escribir es deshacerse en palabras, compartir los mundos imaginarios que creo con mi mente, plasmar la manera de ser de los personajes que conviven conmigo desde pequeña y darles un lugar donde experimentar las emociones que siento con ellos.
Ahora lo veo así, sé que en la literatura posiblemente no esté esa profesión que me de dinero suficiente para vivir de mis escritos, que mi manera de ganarme la vida es otra y que las novelas son un complemento esencial en mi vida, que me aportan ilusión y muchas vivencias maravillosas.
La felicidad hay que buscarla en cada parcela de tu día a día, encontrarle un rinconcito en tu mente y crearla a base de sonreír, vivir sin agobios y disfrutar sin trabas de tus logros, aunque sean pequeños.
Desencallar el agobio que me impedía descubrir el mundo maravilloso en el que vivo fue el mejor regalo que me hice a mí misma. Sonreír cada día, sentir las emociones a flor de piel, vibrar con los minutos compartidos, caminar por las jornadas sin sentir el peso de los anhelos… ¡Es una gozada!
Ayer continúe con la corrección de LME. Es una novela diferente a las que escribí con anterioridad, una llena de personalidades, de instantes, de personas. Quizás en las anteriores primaban más los hechos y menos los personajes. En esta se palpan las emociones, se extraen las maneras de ser de los protagonistas y te emocionas con sus decisiones.
Tengo una idea para escribir una nueva novela, aunque he decidido terminar el pulido de LME antes de lanzarme de cabeza a dar rienda suelta a mi imaginación. Últimamente me cuesta poco sumergirme en las tramas, escribir, darle un toque diferente a los manuscritos.
Deseo muchas cosas, los anhelos jamás me abandonarán. Tengo mil proyectos que acatar, varias novelas que revisar y otras tantas para escribir. Ahora quiero que la inspiración me lleve donde quiera, si un día me bloqueo reviso, si una tarde la historia fluye con facilidad, escribo.
¿Qué más da mi ritmo de escritura? Nadie espera las novelas ni me apremia ni es importantísimo que las acabe. Sencillamente me dejo acompañar por mis instintos, permito que sea el propio deseo de escribir el que me marque un compás, las notas de mi imaginación las que canturreen al son que les plazca. Y esa manera de encarar la vida me reporta esa felicidad quimérica que todos buscamos.
¡Feliz día! J   

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¡Feliz sábado! :-)

9:09 Pat Casalà 2 Comments



¡Buenos días! Grrrrrrrr, el sábado se levanta nublado, sin posibilidad de tumbarse en la hamaca a tomar el sol mientras corrijo… ¡Qué se le va a hacer! Toca cambiar el chip y realizar otras actividades igual de emocionantes. La verdad es que el hecho de que no suene el despertador ya es maravilloso.
Hoy quiero iniciar la escritura de la nueva novela mientras continúo con una corrección de LME. La verdad es que encuentro pocos fallos y me pregunto si es una ceguera o si en general la novela está bien.
La escritura por placer es algo increíble. Desde que no espero una publicación la vida me ha cambiado, sonrío más a menudo, disfruto de cada palabra, de cada párrafo, de cada instante. Los sueños siguen conmigo, son parte de mí, pero ya no ocupan el cien por cien de mis pensamientos ni me incordian, ahora solo son ensoñaciones que algún día me gustaría acariciar.
Ayer fue un día un poco estresante. Tuve una reunión incómoda, de aquellas en las que te preparas un tema a fondo y resulta que hay nuevas variables que no sabías y que desmontan todo tu trabajo en unos segundos. Son gajes del oficio, pero mi forma de ser choca frontalmente con esas situaciones y me tensa.
Por suerte era viernes. Cuando terminó la reunión acabé unos cuantos asuntos pendientes, me subí a la moto y me fui a casa a comer, repitiéndome que me quedaban dos días y medio de desconexión y tranquilidad. Una hora después me fui a clase de Zumba.
Uffffffffff, ¡fue horrible! El aire acondicionado no funcionaba, éramos más de treinta personas en la clase y hacía un calor de mil demonios. Me costó realizar los movimientos con la soltura habitual, todos los presentes en la sala sudábamos a mares, casi costaba respirar. ¡Parecía una sauna!
Después salí a la piscina con mi marido y los niños a refrescarme un poquito. ¡Qué bien se está a la sombra tras una clase tan intensa!
Era el santo de mi suegra, así que nos fuimos a comprarle un regalo y a celebrarlo en un restaurante con terraza de la zona del puerto de Barcelona. Hacía una noche perfecta, las mesas estaban a rebosar de personas de varias nacionalidades, la comida era exquisita y pasamos una velada maravillosa.
Así que no volví a pensar en el trabajo. ¡Genial!
Acabo de ver por la ventana que posiblemente el día consiga despuntar. Me parece que asoma por detrás de las nubes… ¡A ver si acaba de colarse por el hueco y nos ilumina!
¡Feliz día! J

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¡Qué caro es el cine!

7:07 Pat Casalà 2 Comments

     ¡Buenos días! Empiezo el viernes con energía y mucha ilusión de pasar un gran fin de semana. Quiero realizar las compras de última hora antes de las vacaciones, tomar el sol, trabajar en la corrección de LME, cenar con unos amigos y descansar.
      Dentro de una semana tendré veinticuatro días para no pensar… ¡Genial!
     Ayer fui al cine con mi niña a ver Ahora Me Ves. Es una película entretenida, con unos efectos especiales geniales y un sinfín de momentos. Aunque he de admitir que adiviné el final a los pocos minutos… Me encanta la manera en la que los personajes utilizan la magia para despistar a los espectadores, ¡los actores trabajan genial!
      Me gusta muchísimo ir al cine, disfrutar de las películas en pantalla grande, escuchar el sonido estéreo… Pero el precio que últimamente impera en las salas es prohibitivo. Entre las entradas y las palomitas la tarde para cuatro se convierte en la friolera de cincuenta o sesenta euros. ¡Una fortuna!
      El cine es carísimo, las salas últimamente no tienen tanta gente como antaño y se quejan de la crisis, pero no se paran a pensar en el precio. Para una familia de cuatro personas como la nuestra son cifras increíbles. Nueve euros y medio la entrada (treinta y ocho euros…), y los menús de palomita+bebida oscilan entre los siete y los nueve euros (acabas pagando unos veintipico euros). Total: caso sesenta euros…
     Para evitar gastarnos tanto dinero lo que hacemos es buscar ofertas… Hay un centro comercial en Barcelona en el que los jueves las entradas valen cuatro euros con cincuenta céntimos. Además, nosotros hacemos las palomitas en casa y algunas veces nos llevamos hasta la bebida, lo que rebaja los siete euros cincuenta de cada menú a cincuenta céntimos de palomitas y tres euros de bebida. ¡Y así vale la pena ir al cine! Las entradas nos cuestan dieciocho euros y el resto unos cuatro. Pasamos de sesenta a veintidós…
    Cuando era pequeña recuerdo que una entrada de cine costaba veinticinco pesetas… ¡Cómo ha cambiado en el tiempo! A mi padre siempre le gustó llevarnos a ver las películas en la pantalla grande. Quizás por eso me encanta ir y en verano aprovecho la oferta del centro comercial para ir cada jueves a ver una película.

      ¡Feliz día! J

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Se acercan las vacaciones

7:07 Pat Casalà 2 Comments

     ¡Buenos días! Llegamos al jueves como un rayo, la semana avanza rápidamente, acercándonos al querido fin de semana… ¡Y pronto, muy pronto, vacaciones!
     Tengo ganas de no pensar en nada, de relajarme, de perderme en horas sin obligaciones laborales, de descansar. Aunque este año no estoy nada estresada, por suerte. Hay veces que llego a estos momentos con necesidad absoluta de desconectar, sin embargo ahora estoy tranquila, nada agobiada y con la ilusión de disfrutar del verano.
     Esta semana me la he tomado sabática, no escribo, no corrijo ni pienso en el desarrollo de la novela que quiero escribir ahora. Sencillamente he decidido dejar la mente en blanco, pensar en cosas intrascendentes y dedicarme a pasear, bailar y disfrutar de las horas libres.
     Supongo que necesito esta desconexión para recuperar el ritmo de escritura que llevo últimamente. Aunque mis amigas siempre me preguntan de dónde saco el tiempo para llegar a todo. Yo creo que es cuestión de organizarse y de rentabilizar el tiempo.
     Con los años he aprendido que si un día no tengo la cabeza para escribir más vale dejarlo para otro día. Creo que las horas de dedicación a las novelas han de ser productivas y que cada vez que abro el portátil ha de cundir.
     Es extraño como a veces tu propia mente hace click y se desencalla, entendiendo de pronto que hay tanto por vivir, tanto, por disfrutar, tanto por lo que luchar… Y entonces descubres un mundo maravilloso y eres capaz de no esperar, de no sentir que tus esfuerzos son en vano, de no desear algo que no puede llegar.
     Este agosto será distinto que los últimos, y me alegro. Quiero olvidarme de todo durante unas semanas, hacer lo que me apetezca sin necesidad de pensar más allá de mi ahora, disfrutar de la escritura y permitir que fluya a su ritmo, sin presiones, sin agobios.
     ¿Qué os depara el verano? ¿Qué intereses tenéis? Seguro que algo interesante…
     Hoy estoy espesa, así que lo dejo aquí…
     ¡Feliz día! J

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Novelas románticas

7:07 Pat Casalà 2 Comments

      ¡Buenos días! Ayer por la noche lloré como una magdalena mirando El Diario de Noa con mi hija. Al terminar suspiré, ¿por qué no soy capaz de escribir algo así? Romántico, bonito, con momentos mágicos…
      Este tipo de películas me recuerda a mi adolescencia, cuando cerraba los ojos y descubría el príncipe azul del que me enamoraba perdidamente. Era una aficionada a la lectura de novelas románticas de la Inglaterra de la época victoriana, las devoraba una tras otra y sentía las emociones como propias.
      ¡Qué tiempos aquellos! Soñaba con un mundo donde el amor triunfaba sobre todas las cosas, donde valía la pena luchar hasta la última gota de sudor para conservar al hombre por el que suspiraba tu corazón…
      Visto ahora pienso que aquellas novelas eran como los culebrones de hoy en día, con un amor sin límites que sobrevivía a mil catástrofes. Era mágico, las páginas las devoraba a mil por hora, con la necesidad acuciante de saber qué le pasaba a la protagonista, cuándo podría la pareja al fin estar junta.
     Me encantaba recrear las escenas de amor en mi mente una y otra vez, le usurpaba el sitio a la protagonista y me convertía en ella durante unos minutos. Sentía su amor, su pasión, el vello del cuerpo erizarse… ¡Era una experiencia genial!
      Luego preparaba las tazas de té en la cocina, ponía un mantel de puntas de los que tejía mi abuela, llenaba las tazas de coca-cola, servía unas galletas como si fueran pastas de té e imitaba a los antiguos ingleses. ¡Me lo pasaba en grande!
      Era la manera en la que vivía mis aventuras, disfrutaba ideando momentos, sintiendo instantes, bebiendo ideas de otros lugares. Era como mi mundo particular, el lugar donde se escondían mis sueños y mis ilusiones.
      Pensaba que un día yo escribiría ese tipo de historias y haría llorar a muchos lectores. Quería crear tramas cargadas de amor, de necesidad, de pasión. Suspiraba por recrear esas emociones ñoñas que me desarmaban con miles de lágrimas.
     Los años pasaron entre lecturas y ensoñaciones, aunque también viví mis propias experiencias. Las hubo de todos los colores, con más o menos matices y algunas más emocionantes que otras. Pero la idea de escribir perduraba dentro de mí. Yo quería despertar emociones en otras personas, igual que las novelas las desataban en mi interior.
    Cuando cumplí dieciséis años mi padre apareció en casa con un regalo maravilloso, ¡un libro! Era El Ocho, de Katherine Neville. Al leer la sinopsis pensé que no me gustaría, que se alejaba demasiado demis preferencias lectoras. Lo empecé sin mucha convicción, pero a los tres minutos me enganché tanto a la trama que lo terminé en veinticuatro horas de lectura desenfrenada.
     Ese libro fue catártico, entre sus páginas descubrí el mundo inexplorado de las novelas de misterio, de la manera en la que tejer una trama compleja puede atraparte. Y en ese instante decidí que mis novelas serían una mezcla de amor pasional con enigmas…
      ¡Feliz día! J  

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¡Mis chicas!

7:07 Pat Casalà 2 Comments

      ¡Buenos días! La semana avanza a un ritmo vertiginoso, ya estamos a martes y no me di ni cuenta del paso del lunes. La verdad es que hay trabajo en el despacho y en casa tengo mil cosas que hacer.
     Ayer me plateé varias cosas, por mucho que ahora entienda la vida de otra manera mi cabeza no ha cambiado, sigue con su hiperactividad. Me gusta descubrir matices en las cosas, darles vueltas y verlas desde mil perspectivas distintas. ¡Es parte de la esencia de vivir!
      Cada una de las mujeres protagonistas de mis nueve novelas tiene un pedazo de mi alma. Les he cedido partes de mi vida, instantes, sentimientos, anhelos. Pero siempre hay un matiz distinto, algo que las aleja de mi realidad para internarlas en alguna aventura que experimento con ellas.
     Mi primera compañera fue Laura Lluna, de La Luna de Ónixon. Laura se parece a mí cuando era niña, tiene mi capacidad de ver la vida diferente que los demás y se nutre de mis fantasías de mi infancia, aunque su forma de ser es la más alejada de la mía.
     En todas ellas, en Sandra Pons, en Marta Noguera, en Ángela Harris, en Lilly Clark, en Pam Casas, en Puri y en Paz hay un pequeño matiz que las acerca a mi pasado o a mi presente, pero solo hay una en la que realmente he plasmado casi el cien por cien de mi personalidad.
      De pequeña pensaba que mi vida de escritora empezaría con una novela que se basara en mis experiencias, que usaría las anécdotas diarias para componer un sinfín de historias en el papel. Sin embargo, cuando vencí el miedo a escribir y arrinconé las frustraciones juveniles y me lancé a vivir mi sueño, no fui capaz de darle color a mi pasado, simplemente me centré en mis mundos imaginarios.
      El proceso durante estos once años de escritura ha madurado mi forma de ver la realidad paralela y poco a poco le he cedido trocitos de mi pasado, como si quisiera una simbiosis entre ambos mundos. Y ha funcionado. Cada personaje femenino que construyo aprende de las experiencias vividas por mí y poco a poco me desligo de las cadenas que impedían utilizar partes de mis vivencias para construir una narración.
      Y no, no os voy a decir cuál de ellas se inspira en algo que me pasó, eso es algo que me guardo para mí. Pero sí os diré que escribir acerca de una anécdota que has vivido, darle la vuelta y exprimirla para explotar al máximo la parte imaginativa, ayuda a centrar los sentimientos.
      ¡Feliz día! J


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¡Novela enviada! ¡A por otra! :-)

7:07 Pat Casalà 2 Comments

     ¡Buenos días! Sol, calor y muuucha energía positiva. Al fin terminé la segunda corrección de LMR, está lista para una primera valoración de la agencia… ¡A ver qué pasa!
    Mi cabeza ya está a pleno rendimiento, pensando en cómo aprovechar lo escrito de F. para construir una nueva historia. No me apetece continuar con el tema anterior, pero sé que si le cambio unas cuantas cosas lograré darle el toque que se merece.
     Me encanta esta nueva sensación de escribir por emoción, es una manera maravillosa de acompañar a mis personajes imaginarios en sus vidas durante un periodo de tiempo. Creo que he logrado algo que antes creía imposible: ser feliz con mi vida al cien por cien.
     Ayer me encontré dos monedas de un céntimo por la calle… Jajajajaja, parece que la suerte me sonríe.
     Esta sensación de paz interior, sin estrés ni reproches cuando no me apetece escribir, me ha proporcionado alas para hacerlo a una velocidad de vértigo. En siete meses he terminado dos novelas y mi mente ya está enredada en la tercera… ¿Puedo escribir tres al año? ¡Sería impresionante!
     Ayer fue un domingo tranquilo. Fui a la piscina a primera hora cargada con mi portátil, trabajé en LMR al sol durante tres horas, mientras el recinto se llenaba lentamente de familias ruidosas.
     Comí en casa de mis padres y por la tarde vi La Mejor Oferta, una gran película con un argumento muy bien medido. ¡Me gustó muchísimo! Os la recomiendo sin dudarlo. El actor principal es perfecto, interpreta magistralmente su papel y te ayuda a internarte en una trama que te atrapa lentamente.
    Y luego terminé la velada con mi ordenador en el regazo, dando un último vistazo al final de LMR. Y a las 22:30 terminé.
No entiendo por qué en la primera lectura me dejó mal sabor de boca y sentí que la historia no estaba a la altura de su predecesora, la verdad es que al terminarla esta vez cambié de parecer. Me enganchó la trama, tenía ganas de saber cómo continuaba aunque me la sabía y sí que me pareció una buena historia.
    Supongo que la diferencia entre las novelas antiguas y estas últimas es la manera en la que construyo las narraciones, no hay tantas subtramas ni tanta acción ni un sinfín de datos documentados. Son simplemente thrillers policíacos con ambientación moderna.
   Antes de cerrar el maravilloso Mac que mi marido me regaló por mi cumpleaños mandé el manuscrito a la agencia, su valoración me ayudará a realizar las correcciones finales de aquí un par de meses.

      ¡Feliz lunes! J

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¡Cum Laude! ¡Bravo Carla!

9:09 Pat Casalà 2 Comments


¡Buenos días! Sol, tranquilidad, emoción y mucha energía. Así se presenta mi domingo… Mi marido y mi hijo duermen, la niña está en casa de mi madre, ayer celebraron una “noche de chicas,” y mi cabeza he decidido levantarme temprano, como de costumbre.
Ayer fue un día épico, mis cien visitas diarias al blog se convirtieron en doscientas diecisiete, ¡todo un logro! Desde que abandoné las entrevistas semanales no había conseguido algo tan maravilloso, así que gracias lectores.
Lo extraordinario del caso es que al mirar las estadísticas he descubierto que un tanto por ciento elevado de mis visitantes de ayer lo hizo buscando el nombre de mi hermana en la Web. ¡Increíble!
Carla se merece que la vida le sonría, es una mujer fuerte, luchadora, emprendedora y con muchísimas cosas que ofrecer a la ciencia. Es curioso que ayer la buscaran… Fue el día que nos anunció su nota de doctorado, la mejor y más maravillosa que se puede obtener: ¡Cum Laude! Para alcanzar esta puntuación, es una expresión latina que se traduce como: con alabanzas, laureado, se necesita unanimidad del tribunal. No es fácil obtener esta cualificación y es un reconocimiento increíble para un doctorado, es la máxima que ofrece el sistema educativo español.
Es un orgullo enorme saber que Carla ha conquistado tal grado de reconocimiento a sus cuatro años de trabajo continuado en un grupo de investigación, a sus estudios constantes, a su manera de desempeñar los experimentos y de demostrar cómo un neuroblastoma se reduce (a ver, ya sabéis que la exposición de la tesis me sonó a chino, así que tampoco estoy segura de que esta sea la conclusión…)
Os he contado en alguna ocasión mi inclinación a pensar que cuando te encuentras un céntimo en el suelo es símbolo de buena suerte (antes era una peseta). No sé si existe realmente esta superstición o es algo de cosecha propia, solo os puedo decir que me viene de cuando era niña.
Últimamente no paro de encontrarme céntimos en el suelo, es increíble, los encuentro por la calle, en el coche, en casa, en el despacho… Al recogerlo del suelo y guardarlo (si no lo coges no consigues la buena suerte), sonrío. No sé si es una superstición absurda o real, la realidad es que me hace feliz encontrarme un céntimo.
Quiero que ese cúmulo de buena suerte se pegue a mi hermana, que consiga un brillante futuro, tanto laboral como personal, y que la vida la trate bien. ¿Le enviamos un fuerte abrazo de felicitación?
En cuanto a mí… Este fin de semana he retomado la corrección de LMR. El otro día María Martínez comentaba que a veces lees una de tus novelas y te decepciona, mientras que si encaras la lectura otro día piensas: «¡madre mía! ¿Esto lo he escrito yo?» Pues bien, eso exactamente es lo que me ocurre con LMR. En la primera corrección cerré el ordenador con un regusto amargo. Hasta ahora las tramas me gustaban, aunque luego hubiera fallos de redacción, pero en la primera lectura correctiva de LMR dudé muchísimo de la historia.
Ahora estoy con la segunda vuelta… ¡Y de momento me engancha! Parece mentira que una misma narración pueda despertar sentimientos tan contradictorios. ¡Habrá que leerla una tercera vez para el desempate!
¡Feliz domingo! J  

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