Filosofando...
¡Buenos
días! Hoy las sonrisas son parte de mi cara… Ayer fui a una cena maravillosa
con unas amigas y volví a bailar con Alberto, ¿qué más se pude pedir??
Ya
sé que es extraño, pero bailar me aporta un subidón de ilusión que se parece al
chocolate. Es algo mágico, cuando la música empieza a sonar y el profesor marca
la coreografía me ilumino. ¡Qué sencilla sería la vida reduciéndola a estos
momentos!
La
clase estaba a tope, bailé al lado de mi hermana, sin dejar de hacer caras y de
torcer el gesto cuando me equivocaba… ¡Y luego cena! Una magnífica reunión de
mujeres con ganas de reír, contar anécdotas, sacarle punta a situaciones cotidianas…
Por
la mañana estaba un poco atacada de los nervios, hay demasiadas cosas en marcha
en mi cabeza… El inicio de la tarde tampoco fue agradable, a veces siento que
la vida no es justa con algunas personas y me da mucha rabia, las cosas
deberían ser más sencillas.
Cuando
se quiere algo cuesta renunciar a ello o entender que quizás nuestra manera de
sentir es incorrecta. A veces necesitamos tiempo para asimilar, momentos para
entender y una línea segura que no zigzaguee hacia un lugar incierto. Pero la
vida no es así, hay que avanzar hacia lo desconocido y descubrir los matices de
cada recodo.
Desear
lo imposible, darle una dimensión desorbitada a los anhelos o sentir que si no
logras tus objetivos la oscuridad se impone en tu interior, es una mala experiencia.
Por eso sonrío, no espero y entiendo que lo tenga que ser será. Aunque he de
admitir que cuesta muchísimo cambiar la percepción de la realidad y encarar los
momentos con valentía.
Muchas
veces nos equivocamos cuando intentamos algo, es parte de la esencia de vivir.
Los golpes dolorosos son los que más cuestan de remontar, pero hay que
levantarse y volver a batallar, confiar de nuevo en ti, caminar de la mano del
coraje y saber que en algún momento encontrarás aquello que ansías.
Y,
sobre todo, no perder la sonrisa ni la emoción por vivir cada instante ni la
chispa que hay en las pequeñas situaciones cotidianas.
Uffffff,
¡estoy súper filosófica! Quiero y deseo lo mejor, siento que la Providencia ha
de otorgar la felicidad a las personas que quiero y anhelo estar rodeada de
inmensas y maravillosas sonrisas.
¡Feliz
día! J
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