¡La Luna de Ónixon ya está en Amazon!
¡Buenas tardes! ¡Y feliz viernes! Parece
que hoy el sol quiere iluminar mis alegrías y que ha llegado el momento de
emocionarme con todo lo que supone la publicación en Amazon, el compañerismo de
los escritores de la Generación Kindle y que empieza el fin de semana. ¡Qué
bien!
Ayer le di a guardar y publicar en medio
de un ataque de nervios… ¡Ufff! Todavía tengo las dudas pululando inquietas a
mi alrededor, es el miedo que todos los autores tenemos a la hora de dar a
conocer nuestras obras, un cosquilleo molesto en el estómago que nos entorpece
un poco la respiración.
¿Gustará? ¿Se venderá? ¿Hablarán de él?
¿Estará a la altura? ¿No tendría que volver a revisarlo?... ¡Hay tantas preguntas
que dispara mi mente cuando veo la novela preparada para vender! Parece
increíble que tras tantos años de trabajo intenso en unos segundos sea capaz de
dudar de todo. ¡Incluso me da por llorar! Supongo que cuando vea las primeras
opiniones empezaré a calmarme, o no…
Siempre os hablo de que mi vida
cotidiana se llena de señales que me indican la dirección a seguir. ¡No, no soy
una fanática empedernida de ellas! Pero sí que a veces me sorprende
descubrirlas… Con La Luna de Ónixon he recibido unas cuantas, ¿os las cuento?
Mi querida M. acaba de recordarme que El
Secreto de las Cuartetas – Descifrando las Profecías de Nostradamus también
inició su venta en Amazon un viernes. ¿Qué tienen los viernes? ¡Es que os
prometo que es una simple coincidencia! ¡No lo pensé! Pero bueno, a partir de
ahora queda instaurado el viernes como día oficial de publicación.
¡Otra señal ha sido impresionante! ¿Os
acordáis de mi manía con los números capicúa? Pues bien, ayer cuando escribí
los royalties y el precio del libro lo puse a 0,98 y hoy, una vez estaba
disponible para la venta, ha aparecido a 1,01. ¡Increíble! Aunque esta mañana,
cuando me he dado cuenta, lo he bajado para que aparezca pronto por debajo de
un euro, exactamente a 0,93,… Pero para mí ese precio inicial es sinónimo de
buena suerte.
Y llegamos al punto más interesante de
todos, o como mínimo lo es para mí. Ayer por la tarde, tras darle a guardar y
publicar estaba nerviosísima, así que decidí irme al cine para no pensar, y
como en Barcelona los cines Filmax del centro comercial Gran Via 2 ponen las
entradas a 4 euros los jueves (más baratas que el día del espectador en
cualquier otra sala), pues nos montamos en el coche mi marido, mi hijo y yo y
nos fuimos allí, sin tener idea de qué película veríamos.
La cola era larguísima, así que tuvimos
tiempo de sobra para elegir la película. Yo quería ver alguna comedia
romántica, pero los dos hombres de mi casa decidieron que les apetecía perderse
en los mundos de Prometheus… ¡Y como mi hija está en La Cerdaña en casa de una
amiga, me quedé sin apoyo!
Entré en el cine un poco mosca, a mí no
me gustan nada las pelis de miedo, ¡si no vi Aliens! Así que pocas ganas tenía
de tragarme la precuela… Pero entonces empezó la historia y me dije: “¡no puede
ser!”. Durante los primeros minutos de la película me quedé alucinada, como si
todo fuera una extraña jugada del destino. ¡Y es que en Prometheus hay una base
idéntica que en La Luna de Ónixon!... ¡Y no os voy a decir cuál porque desvelaría
el secreto!
He de decir que la película me gustó más
de lo que esperaba, no tiene demasiadas escenas de miedo y está muy bien hecha,
pero el argumento me decepcionó, porque deja demasiadas preguntas sin respuesta
y hay comportamientos de algunos personajes que me resultaron extraños e
inexplicables, así que falta trama y un final decente…
Pues… ¡Vamos a ver si las señales son
escuchadas! De memento estoy entusiasmada, ¡Eva, una amiga, ya lo ha comprado!
¡Feliz fin de semana! ¡BESOSSSSS!
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