La importancia de ser respetuoso

6:16 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días y feliz entrada de año!!! Ya queda poquito para dejar atrás este 2020 tan extraño, para hacer balance de cada instante perfecto y cada uno que nos ha dolido, de saber en qué hemos mejorado y en qué todavía nos queda un trecho por mejorar. Y es bonito hacerlo a pesar del Covid, del confinamiento, de la surrealista situación vivida por todos este año.
Ayer me sucedió algo que me removió muchas cosas y me hizo reafirmarme en mis creencias de cómo de importante es ser capaz de mantener el temple en todo momento y no perder nunca el respeto por los demás, y mucho menos si son compañeros en algún ámbito de tu vida. 
El carácter de una persona define su vida porque en muchos casos acarrea buenas o malas vibraciones y atrae un tipo de conductas ajenas. 
Siempre he defendido el diálogo como forma de solucionar cualquier conflicto, junto al ir de cara, pero sin perder el norte ni increpar a nadie ni tratarlo con una falta total de respeto.

Foto de John Finkelstein en Pexels

Todavía le doy vueltas a cómo puede una persona crecerse de esa forma, insultar sin venir al caso, tratar a un compañero como si acabara de sufrir una regresión y volviéramos a un patio de colegio donde los gritos y el enfado acaparan los sentimientos convulsos que empiezan a estabilizarse en nuestro interior.
Gritar, rebajar al otro, no dejar hablar, insultar y despreciar de una forma clara los intentos de tu interlocutor por reconducir la conversación a un tono más productivo, donde se puedan explorar los sucesos y encontrar una vía de entendimiento, es perder los papeles y no saber estar en tu lugar. Además de una forma irracional de tratar a tus compañeros.
En la vida me he enfrentado gente parecida, pero no me acostumbro, lo siento. Es uno de mis más grandes propósitos en la vida al que jamás renunciaré. Tratar bien a todo el mundo, razonar, no perder los nervios, encontrar una solución dialogante y no atacar, sino explicar, porque todos somos humanos, todos somos susceptibles de equivocarnos y la única manera de rectificar es explicar qué ha pasado y buscar una forma de evitar algo parecido en el futuro.
Foto de Olya Kobruseva en Pexels

De algo malo siempre se extrae un pedacito de positividad porque cualquier giro de los acontecimientos nos depara alguna enseñanza y un logro al que agarrarnos. La felicidad está hecha de esos pequeños momentos, cuando a pesar de escuchar insultos te mantienes sereno, sin perder los nervios y, en vez de sucumbir al instinto primario de la ira, al final solo te quedas perplejo ante lo sucedido, sin explotar ni permitir que los sentimientos capitaneen tu reacción. Y, además, es una buena base para crear a algún personaje en el futuro, aunque ya os aviso que no va a ser nada feliz… 

Hoy lo veo todo más nítido, menos punzante y busco esa sonrisa en mi interior que me define, porque dejo atrás el ayer y me centro en la alegría de la publicación de ¿A qué huele la nostalgia? A veces tu vida da un giro inmenso, como la de Alba, y has de buscar la forma de reinventarte… ¿A qué esperáis para comprarlo?
¡Feliz día! 
 

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