¿Qué imagen se tiene de un escritor?

8:08 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! A veces nos enfrentamos a situaciones plagadas de injusticia y la impotencia nos invade. Porque no siempre es posible defender a capa y espada la realidad si nos vetan la oportunidad.
Los perjuicios, el prejuzgar sin hablar con alguien antes de tomar una decisión, y la forma en la que algunas personas te etiquetan sin preguntarte siquiera cómo compaginas tus dos facetas laborales, me deja siempre con esa sensación de impotencia ante la imposibilidad de defender mi posición y de que se me valore por mis capacidades.


¿Alguien se ha parado a pensar qué cobra un escritor? Los hay muy bien remunerados y que pueden mantenerse con esos ingresos, pero tras mis muchos años en el mundo literario puedo afirmar que solo son unos pocos. Los demás vivimos felices al compaginar dos trabajos y en mi caso ninguno de los dos se ve afectado por la existencia del otro.
¿Y acaso alguien puede decir sin miedo a equivocarse que todos los que trabajamos duro durante la semana para poder encontrar huecos de escritura fuera del horario laboral no somos capaces de rendir en el trabajo por nuestra faceta literaria?
Es totalmente falso.


Porque la creatividad no va unida a estar siempre con la cabeza metida en los libros y si se conocen los límites de la responsabilidad se puede dedicar el tiempo necesario a cada faceta de tu vida.
¿Qué imagen se tiene de un escritor?
Somos personas corrientes, con nuestras debilidades y nuestras fortalezas. Trabajamos para ganarnos el pan, al igual que la mayoría de las personas, y usamos nuestro tiempo libre para crear mundos imaginarios.
Pero podemos ser igual de responsables en nuestra otra faceta laboral, dar al máximo, trabajar siempre a tope y rendir como el que más.
En mi vida me habían acusado de muchas cosas, pero es la primera vez que alguien cuestiona mi capacidad de trabajar de forma eficiente porque soy escritora y sin tomarse la molestia de preguntarme cómo lo hago.


Pues en mi caso es fácil. Me levanto a las 6 de lunes a domingo para cumplir con todas mis obligaciones, y lo hago con ilusión porque me gusta mis dos mundos. Intento ganar huequecitos al día para arañar unos instantes de escritura, pero cuando no puede ser lo relego todo al fin de semana mientras mi familia duerme.
Llevo veinte años escribiendo y jamás ha interferido en mi vida laboral. ¡Si incluso miro el e-mail y las cuentas bancarias cada fin de semana! ¡Y contesto a cualquier petición aunque salga de mi horario!
¿Sabéis qué es lo peor? Encontrarse con gente que te etiqueta sin preguntar porque es más fácil imaginarse que los escritores somos unos vagos incapaces de asumir una responsabilidad. 
Y la verdad, me molestan estas injusticias. Sobre todo porque vivo mi trabajo no creativo como si la empresa fuera mía y dedico todos mis esfuerzos para cumplir siempre los plazos, los objetivos y los tiempos de respuesta.
¡Feliz tarde! J


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AAA

9:19 Pat Casalà 2 Comments


¡Buenos días! Hoy me levanto con un chute de energía positiva, con la sensación de que esta semana va a ser perfecta. Porque al fin he logrado decantar la balanza hacia un lugar deseado y quizás, solo quizá, pronto tenga en la mano la llave de algo muy grande.
O como mínimo eso quiero creer.
Estoy escribiendo una historia de superación, de amistad, de amor, de dolor y de heridas que tardan demasiado en cicatrizar y por eso se enquistan.


En la vida eso pasa mucho. Nos encallamos en un lugar y nos cuesta mucho salir de ese bucle perverso.
Por eso decidí ahondar en esa realidad, darles a mis personajes un pedacito de introspección, espacio para sentir amor, tristeza, miedo, ilusión, felicidad, melancolía, dolor…, explicar cada uno de sus sentires y dejarles explorar el mundo en busca de esa fuerza para encarar el futuro.
Equivocarse es inherente a lo que somos. A través de los errores solemos mejorar, avanzar hacia un estadio mejor de nosotros mismos y en algunas ocasiones encontrar un camino diferente al trazado.


Cuando te caes has de levantarte. Pero no siempre lo conseguimos con un chasquido. Porque algunas situaciones te afectan de formas profundas, te lastiman el alma, le dejan muescas imborrables y te hacen zozobrar.
Es entonces cuando la fuerza de voluntad es tu único motor.
Mis personajes han pasado por situaciones dolorosas y cada uno de ellos las ha afrontado de manera distinta. Son tres porque he decidido no centrarme en una historia romántica, que también la hay, sino en el proceso de superación de cada uno de los tres.


Espero conseguir ese grado de sentimiento en las palabras para ahondar en los corazones heridos, en sus traumas, en cómo van despojándose del dolor lentamente hasta alcanzar la ilusión.
Porque la felicidad está repleta de esperanzas, de ilusión, de alegrías, de pequeños momentos y de decisiones a veces absurdas, pero que nos hacen sonreír con una luz especial.
Alba, Amelia y Alonso se han colado en mi piel, la han llenado de sensaciones, han conseguido filtrarse por mis grietas hasta alcanzar mi corazón y lo han colmado de emociones.
A veces, cuando mi vida está en un momento emocionalmente intenso, puedo penetrar en el alma de esos personajes para deshacerme un poco de la carga sentimental mientras les cedo un pedacito de mí.
¡Feliz día! J

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Cambios

11:11 Pat Casalà 4 Comments


¡Buenos días! Hace tiempo que le doy vueltas a un montón de cosas y estoy en modo off de publicar, de seguir listas, de pensar más allá de mi ilusión al escribir y de dedicar mi mente a la novela actual en todas las horas libres, sin pensar en el después ni en el cómo hacerla llegar a vosotros ni en si os va a gustar.


Necesito tomar esta distancia, centrarme en otras áreas de mi vida y disfrutar de la sensación de ser la titiritera a la hora de crear un mundo paralelo, de dale forma, de verlo crecer sin pensar más allá, solo dedicándome a sentir. Porque a veces la ilusión se va diluyendo entre litros de otras emociones y la vida te demuestra que hay demasiado que estás dejando escurrir por las manos buscando algo que quizás sea una quimera imposible.


Estoy feliz de todo lo conseguido, de cómo la vida me ha sonreído, de la personas que me rodean, de la familia, de los amigos, de los lectores. Pero a veces hay que dejar reposar las emociones y ver hacia dónde quiero ir.
Nada es infinito. Hay recovecos inesperados en la vida y al encontrarlos nos hacen reflexionar sobre qué queremos y hacia dónde vamos.
Acostumbrarse a una rutina suele ser perfecto, pero no siempre es inmutable, hay factores que no dependen de nosotros que pueden variarla sin darnos la posibilidad de seguir adelante con ella.


Los cambios se producen a nuestro alrededor de forma incontrolable. Y a veces nos alcanzan. Pero hay que mirar el lado positivo, extraer lo maravilloso que hay en encontrar una nueva forma de avanzar y dar el salto necesario para hacerlo realidad.
Porque al final solo se trata de eso, de no dejarse atrapar por una rutina que se ha roto y buscar siempre la parte positiva de las situaciones.
¡Feliz día! J

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Soltar lastre

8:58 Pat Casalà 4 Comments


¡Buenos días! El clima parece decidido a atraparnos en intensos días de sol para luego arremeter contra las calles con una tromba de agua, a dejar que el azul domine el cielo un día y a cambiarlo por un gris plomizo al siguiente.
Es la primavera, supongo. Esos contrastes entre los días cálidos y los más frescos, esas tormentas repentinas, esos cambios cíclicos y esa sensación de no saber cómo vestirte al salir de casa es parte de la estación del año.
Mi ánimo parece decidido a hacerle caso al tiempo y aclimatarse sin pensárselo a la primavera. Porque tengo días grises y otros brillantes. Y no puedo hacer nada por detener esa vagoneta anímica donde voy sentada.


Es un momento de cambios, de subidas empinadas para precipitarse de golpe al vacío con una bajada a todo gas, de algunas rectas, de curvas sinuosas y de decisiones a veces complicadas.
Por suerte tengo una familia maravillosa, amigos, marido, lectores…
Lejos quedaron esos años donde caminaba sola, siempre con la sensación de desear compañía, pero de no disfrutarla.
Ahora tengo tanta gente al lado que cuando me caigo siempre encuentro unas manos dispuestas a levantarme y cuando me sobreviene un bajón emocional recibo alguna llamada, un ramo de flores, unos abrazos o una sujeción tan perfecta que sonrío a pesar de todo.


Porque la vida gana color cuando te rodeas de personas que te quieren por cómo eres, que te aceptan con tus virtudes y tus defectos, que están siempre ahí.
Los cambios siguen acechando, siguen produciéndose, siguen pisando mis esperanzas en algunas facetas de mi vida. Hay que dar un paso gigante hacia atrás, uno de esos que te dan impulso para saltar más alto. Y estoy dispuesta a darlo. Porque quiero arriesgarme a descubrir qué se esconde detrás de esa nueva encrucijada y disfrutarla al máximo.


A veces cuesta ver la realidad porque hay una brizna de suciedad que nos nubla la visión. Cuando llevas años luchando en una dirección, la alcanzas y de repente hay un giro inesperado, a veces cuesta centrarse y descubrir la claridad entre la bruma. Pero siempre está ahí, acechando en un rincón.
Sonreír. Deshacerse del peso emocional demasiado fuera de lugar. Dejar de darle tantas vueltas a las cosas. Encontrar el equilibrio emocional. No permitir que algunas situaciones te duelan. Y ver siempre la parte positiva. Esos son mis propósitos, mis decisiones, mis lemas.


Porque ser feliz es una elección, no una quimera imposible.
Y he decidido soltar lastres, mirar las cosas desde otro ángulo, coger aquello que me emociona y desechar cualquier otra opción. Porque he decidido llenar mi corazón de esperanzas e ilusiones y sentir cómo el sol me ilumina el camino.
¡Feliz día! J

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Introspección

8:38 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! Sigo inmersa en un proceso de introspección, quizás en uno de necesidad de cambio, con una novela que se va tejiendo a una velocidad demasiado intensa porque las emocione se arremolinan en mi interior con una necesidad imparable de ocupar los folios.
No escribo una romántica. Ni un thriller. Ni nada parecido. Estoy metida de lleno en una novela donde solo los sentimientos capitanean el barco y resulta una experiencia muy gratificante.


Cambio. Esa es la palabra que susurra mi cerebro a cada minuto. Girar el timón, buscar una nueva ruta y emocionarse con ella.
En eso estoy. No solo en la parte literaria. Porque en la vida hay que seguir los impulsos una vez meditados y sobre todo es importante ser fiel a una misma, a unos principios y a unas ilusiones. A veces incluso se mezclan con las esperanzas.
Detenerse a pensar, mirar atrás, recorrer la línea del camino trazado y saber de qué partes te sientes orgullosa y de cuáles huirías si tuvieras la potestad de girar atrás las manecillas del reloj para revivir ese instante conociendo el resultado de tus decisiones la primera vez.


Defiendo a capa y espada el no arrepentirse de nada, el encontrar la parte positiva a cada una de las sendas elegidas en las encrucijadas de la vida. Porque cualquier decisión significa asumir un riesgo y dejar atrás otras posibilidades. Y ninguna es la buena si no la pruebas.
A veces el camino te lleva de nuevo a un cruce donde has de tomar una dirección. No siempre llegas ahí por un suceso, hay ocasiones en las que tu forma de ver la vida es quien te plantea esa dicotomía de posibilidades. Porque tú piensas diferente.
Escribir en medio de un proceso introspectivo es un acto necesario para mí. En las parlabas encuentro una salida a las emociones que se enredan en mi alma para hacerla deshacerse un poquito de ese peso.


Porque para mí lo mágico de una novela es conseguir sentir de la mano de esas letras que traspasan desde las páginas hasta mi corazón. Y al crear una historia siempre intento dotarla de alma, de corazón, de emociones capaces de arraigar en el lector para sacudir su interior un poquito.
Para mí ese siempre será el destino de mis letras, aunque me guarde muchas novelas, aunque no siempre termine las historias, aunque haya más de diez acabadas y guardadas en mi baúl de los recuerdos. Porque escribir para mí es exorcizar mis desvelos y ahora necesito más que nunca imprimir esos párrafos cargados de cambios.
Ayer salió una reseña preciosa de Lo di todo por amarte en el blog Leo la lluvia caer (enlace). Cuando leo estas palabras sé porque jamás dejaré de aporrear las teclas del ordenador.
¡Feliz día! J  

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Respira

9:09 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! Cuando el nivel del agua te ahoga has de buscar la forma de salir a respirar. Porque a veces nos hundimos en un lugar donde tocamos de pies al suelo y hay una forma perfecta de cambiar de rumbo, de encontrar una vía de escape, de caminar hacia la orilla para dejar atrás ese mar.
Arriesgarse tiene sus peligros y en ocasiones puede reportarte una gran recompensa, pero en otras descubres que no lograrás nunca alcanzar las metas o cuando las alcanzas algo te hace zozobrar y dar un paso atrás.


Es entonces cuando has de pararte un segundo, deshacerte de los sentimientos desbocados y respirar. Porque el aire entrando en los pulmones, llenándolos y saliendo de tu cuerpo con tranquilidad consigue serenarte y entonces te das cuenta de que nunca debemos mirar solo al frente porque el camino recorrido también es importante.
Quizás ahora nuestros pasos sean hacia un lugar donde no queríamos llegar, pero durante los años anteriores hemos podido sentir las esperanzas circulando por nuestras venas, la ilusión de crear algo precioso, de ser parte de ese mundo, de delinear algunas pequeñas líneas correctas hacia la meta.
Y eso vale todo el esfuerzo, la ilusión y el esfuerzo. Porque cada experiencia te da un gran bagaje y te aporta demasiadas cosas bonitas para no observarlas con cariño.


La vida a veces hace un alto en el camino, te muestra encrucijadas y te da las pistas necesarias para indicarte que ha llegado la hora de tomar otro sendero. Porque no todo es para siempre.
La magia está en no perder nunca la sonrisa ni la emoción por lo vivido, en quedarse con la parte buena de las experiencias y tirar de ella hasta que conforma un perfecto recuerdo que siempre está ahí para guiarte.
¿Quién sabe qué te depara el destino?
Puedes llegar a un puerto deseado o encontrarte en otro que te sorprenda. Y en ambos puedes ser feliz, puedes caminar con una sonrisa, mordiéndote el labio con una sonrisa radiante. Porque la chispa de la emoción se encuentra en cada paso, en cada momento, en cada instante.


Últimamente me he dado cuenta de lo verdaderamente importante, de aquellos momentos que quiero conservar en la memoria, de los giros emocionantes de mi vida, de las vivencias que me han hecho feliz.
No quiero dejar nunca de apostar por un futuro mejor porque aunque a veces se pierde, otras se gana lo suficiente para no rendirse jamás.
¡Feliz día! J   

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Cuando el destino nos encuentre

9:09 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! Hace muy poquito que enseñé al fin la portada de mi nuevo libro, uno que me hace muy feliz compartir con vosotros porque es muy especial para mí. Aunque también he de anunciar que de momento no voy a publicar más en un tiempo porque necesito un descanso y creo que vosotros también.
A veces hay historias que nacen de unos sentimientos intensos y que logran traspasar la barrera de la realidad para convertirse en una preciosa sucesión de escenas basadas en experiencias personales.
Esta novela contiene dos historias, una actual y otra de finales del siglo XIX. La de ahora se nutre al cien por cien de mi viaje familiar a Filipinas, de las anécdotas que nos sucedieron, de las vivencias, de los momentos mágicos y de otros no tan mágicos.


Hay un ingrediente diferente, Dan y Geni, pero fue catártico introducir los pasos que dimos los lugares que descubrimos, donde comimos, qué excursiones realizamos, nuestra iniciación al buceo…
Mientras viajaba hace dos veranos sabía qué quería escribir y hacerlo fue increíble.
Y luego están Daniel y Eugenia, dos almas heridas, dos personas de un pasado lejano que nos introducen en esa Filipinas a punto de luchar por su liberación. Bucear entre las aguas de la historia para hilvanar esa parte de la trama fue bonito, trabador y muy intenso.
¿Puede el destino romperse, cruzarse y encontrarse?
Os dejo mi propuesta de sinopsis a la espera de la oficial.



Cuando el destino nos encuentre

Cuando nuestro corazón está roto buscamos formas de recomponerlo o no hallaremos el rumbo de regreso a la felicidad perdida. Quizás a veces el destino solo es caprichoso, pero siempre acaba encontrándonos.
Actualidad… Geni vive con un hombre violento que la maltrata, sobretodo de forma psicológica. Trabaja en un club nocturno donde hace striptease y algo más. En el otro lado del mundo, Dan se enfrenta a una revelación que cambia su vida por completo, desmoronándolo. Ambos necesitan encontrar el aplomo para afrontar lo que les depara el futuro y cada uno de ellos emprenderá un viaje a Filipinas  para recomponer sus vidas.


Finales del siglo XIX… Eugenia se ve obligada a casarse con un hombre sin alma que la destroza sistemáticamente. Tres años después de la boda su marido decide llevársela a vivir a la plantación de azúcar que su familia posee en unas Filipinas que se preparan para afrontar la revolución de los tagalos en busca de libertad. Allí conoce al capataz, Daniel, un mestizo español-filipino que arrastra un pasado colmado de abusos y dolor. Al conocerse descubren cómo unir sus corazones para luchar contra sus demonios.
Dos historias, dos épocas y un destino común. ¿Lograrán nuestros protagonistas hallar el modo de encontrar la felicidad?



Cuento las horas para anunciar la fecha de publicación, enseñaros las ilustraciones que irán dentro del libro…
¡Feliz día! J

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