Cerrado por vacaciones

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡
Buenos días! Viernes… Uffff, ¡qué ganas de que lleguen las vacaciones navideñas de una vez y pueda descansar de agobios del trabajo! Ayer la rabia me duró bastante, por suerte esta noche no he perdido el sueño, ya no pesan tanto las palabras ni las realidades que esconden.
Llamé a la editorial Javisa23 para averiguar qué sucedía con El Secreto de las Cuartetas, sinceramente cada día que pasa estoy menos entusiasmada con la publicación que nunca llega. Posiblemente el libro se retrase más de lo previsto y nos vayamos a 2015 para tenerlo en los estantes. Espero que esta información se cumpla de verdad.
Hoy he decidido cerrar el blog por vacaciones durante una larga temporada, necesito descansar de las entradas diarias, de compartir mis desvelos cada mañana a la luz del alba, de pensar que la escritura es la base de mi sustento emocional matutino.
No escribo, no tengo ideas y no me agobia. La sequía absoluta de noticias literarias apaga mis deseos de dedicarme a la escritura, y lo mejor de esta idea es que estoy feliz, que no me importa esta realidad, que no necesito novelar mis mundos paralelos para sonreír.
Supongo que forma parte de la esencia de la escritura, tener periodos de intensidad y otros de absoluta desidia a la hora de dedicarme un rato largo a escribir. De momento no me planteo el futuro ni quiero ver más allá de la realidad actual.
Ayer, mientras hablaba con la profesora de mi hijo acerca de cómo solucionar sus problemas académicos, descubrí que una de sus frases se adaptaba completamente a mi situación actual: «es importante aprender a gestionar la frustración que te produce sacar malas notas».
Pues sí, es necesario conocer cómo te afecta la frustración y cómo relativizarla para que no te afecte en tu vida cotidiana. Creo que ese es el paso que he dado en los últimos años, aprender a gestionar esa necesidad imperiosa de publicar y cambiarla por un deseo imperioso de ser feliz.
Os deseo las mejores Navidades del mundo y que empecéis 2015 con una emoción propia del momento.
Abriré el blog de nuevo a mediados de enero. ..
¡Hasta pronto! J


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Mosqueo matutino

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¡Buenos días! Hay tardes que deberían dejar de existir, instantes que consiguen deshacer la serenidad conseguida a base de tesón y alegría, momentos en los que mandarías tu trabajo al cuerno y remontarías la senda de la vida hacia otro lugar lejano.
Sí, lo sé, no puedo quejarme, como mínimo tengo un trabajo al que acudir cada mañana. Pero a veces eso no es todo, hay muchas más cosas que deben considerarse a la hora de valorar positiva o negativamente una situación… Ahora mismo cogería mis bártulos de encima la mesa y me iría con la música a otra parte, el problema es que no sé dónde es la otra parte…
Quizás debería apostar por una empresa propia, por destripar los entresijos financieros de diversas entidades, equilibrar sus balances, hacer limpieza de gastos innecesarios, ajustar las cuentas y ver cómo acaban por dar beneficios. Sería súper interesante.
En fin, ahora no me queda otra que tragarme la rabia e irme a la oficina, aunque ahora mismo lo único que me apetece es volver a refugiarme bajo las sábanas para combatir el insomnio ansioso de esta noche.
Inspiro una fuerte bocanada de aire por la nariz, espiro lentamente por la boca, vaciando los pulmones hasta dejarlos secos. En la terraza veo un conato de luz que inicia su camino hacia el día. No sé si habrá nubes o sol, lo único que veo es la oscuridad rota por las primeras luces del alba.
Por mucho empeño que pongo no me deshago del todo de la rabia contenida. En fin, cuando las cosas son de una manera y llevas arrastrando una sensación demasiado tiempo cuesta relativizar las realidades que te envuelven constantemente.
Por suerte en la oficina me esperan personas maravillosas con las que compartir las horas, demasiado trabajo para que mi cabeza se distraiga durante horas y no tenga tiempo de evaluar la situación como debería.
Hoy el día se presenta movidito, con un sinfín de tareas de diversa índole, una despedida triste y muchísimo trabajo. También tendré una reunión con la profesora de mi hijo y posiblemente la noticia de las notas de mi hija. Ufffff, no sé si tengo ganas de enfrentarme a ellas.
Por otro lado considero necesario hablar con la editorial de El Secreto de las Cuartetas. Todavía no tengo fecha de publicación y el mes de diciembre está a punto de espirar, junto con el contrato que firmé. Ojalá pudiera daros buenas noticias en ese sentido, pero a la fecha que estamos me parece que no las habrá.
Parece que hoy me he despertado con el pie izquierdo… ¡A ver si consigo darle la vuelta en pocas horas!

¡Feliz día! J

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Deseos...

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Los hijos no vienen con un manual bajo el brazo y muchas veces cuesta un mundo encontrar la mejor vía para ayudarles a madurar y a elegir el camino correcto. Ayer hablaba con una amiga acerca de la dificultad a la que nos enfrentamos los padres cuando les vemos equivocarse una y otra vez, sin que tengan claro la importancia de escuchar y redirigir sus pasos.
Uffff, hoy me levanto con resaca de decepción, no me gusta vivir siempre en la cuerda floja con las notas ni esta manera de encarar la vida que han cultivado mis hijos. Es lo que hay, no puedo hacer nada para cambiarlos, debo intentar capitanear el barco de su vida con la mínima zozobra posible, pero a veces mis disgustos se convierten en ira mal contenida.
En fin… La tarde de ayer se llenó de compras navideñas, de instantes serenos, de tranquilidad previa al asalto de la noche. Hay gotas que colman el vaso de una manera tan intensa que rebosa con facilidad. Las oportunidades al final se agotan, como nuestra paciencia, y hay que tomar medidas drásticas.
Quiero y deseo la felicidad de mis hijos, como cualquier madre, pero también soy consciente de que la lucha constante por tus metas ha de dirigir nuestra vida y no la falta absoluta de motivación. Madurar es asumir responsabilidades, saber hasta dónde se puede llegar y entender que nada es regalado.
Soy una persona excesivamente responsable, perfeccionista y luchadora. La perseverancia ha dominado mi vida durante años, por eso me cuesta tanto entender la desidia, la falta absoluta de ilusión por superarse, la necesidad de pasar las horas únicamente priorizando el ocio sin darse cuenta de que para avanzar en la vida hay que trabajar, esforzarse, buscar la manera de ver la parte positiva de tu día a día.
Sonrío, a pesar del coraje que me da enfrentarme a las notas de mi hijo, sonrío. Hay que ver la parte positiva de cualquier situación, descubrir que siempre hay una salida y que quizás el tiempo consiga colocar cada cosa en su lugar. Ojalá colabore a la hora de motivar a mi hijo…
Está visto que mi motivación para escribir se ha quedado anclada al calor y al sol del verano. No me apetece escribir ni corregir, solo pasear, cocinar, leer, pasar las horas jugando en el iPad… Sé que necesito encontrar una idea y, sobretodo, el tipo de novela que quiero para desencallar esta sequía.
No tengo prisa, la vida es larga, tengo un trabajo, aunque no sea el mejor, una familia, un lugar donde llenarme de risas y emociones, mi imaginación, una familia estupenda… ¡Qué más se puede pedir!

 ¡Feliz día! J

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Energía positiva

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Hoy me despierto tarde, justísima para llegar al trabajo, con pocas ganas de ir y un sinfín de emociones encontradas en mi interior. A veces pienso que me ha tocado el gordo de Navidad cuando miro a mis hijos y otras casi los devolvería…
Las épocas de notas son las peores en casa, no sé muy bien cómo hacerles entender la importancia de sus actos… En fin, no hay nada que pueda hacer de momento más que recibir las notas, tragarme la decepción y continuar la lucha para conseguir avanzar.
En la vida las cosas son así. Hay hijos que trabajan muchísimo y encuentran motivación en superarse cada día. Esos son los que luego tendrán las bases para no desistir en su empeño y conseguirán labrarse un camino a base de tesón. Me cuesta un mundo entender la desidia y la falta de responsabilidad de los chicos de hoy en día, es tan importante aprender a esforzarse…
Yo sigo en dique seco. Cada día abro el ordenador con la intención de cambiar algunas cosas de PELN y acabo cerrándolo, sin ideas, sin deseos de continuar por la senda de la palabra. Siento que de momento se terminó el creer en futuros inalcanzables, el teclear con aquella necesidad imperiosa de dejar la huella impresa de mis mundos imaginarios.
Quizás es la monotonía de siempre, la falta de respuestas, la ausencia absoluta de noticias literarias, el aumento exponencial de mis funciones en el despacho… Necesito vacaciones, reorganizar mi mente, decidir hacia dónde sopla el viento de mis días y dejarme llevar por él hacia un horizonte incierto.
A veces pienso que es un punto y final en mi historia literaria, que se terminó aquella intensidad con la que aporreaba el teclado en busca de un final para mi historia. Antes estos pensamientos conseguían despertar la inquietud, ahora solo la placidez de quien ha luchado con uñas y dientes para alcanzar un objetivo y al fin se ha dado cuenta de que lo importante es caminar hacia él sin anhelar lo imposible.
Y aquí estoy, sin inspiración ni motivación para continuar escribiendo novelas, con la sonrisa diaria que me empuja a absorber hasta la última gota de felicidad que aporta vivir con la energía necesaria para descubrir la vitalidad en cada recodo, sin presiones ni agobios, solo con la absoluta seguridad de que hay un mundo ahí fuera por descubrir.

   ¡Feliz día! J

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Fin de semana de esquí

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¡Buenos días! Qué triste se ve la terraza desde mi ventana… Llueve, parece como si el cielo todavía no recibiera los rayos de luz matutinos que ponen las calles y hay un ruido rítmico en la escalera que me dispara los nervios. Con lo relajada que estaba yo ayer…
El fin de semana subimos a la casa de la Cerdanya con la intención de pisar las pistas de esquí por primera vez en la temporada. Normalmente cambiamos los fines de semana de alta ocupación por los que quedan en medio, donde la resaca de gente vacía las pistas, las carreteras y las calles.
Acertamos. Este año hemos cogido el forfait de temporada de Grandvalira, la extensión interminable de pistas de Andorra que llena con su esplendor las horas de deporte al aire libre. Me gusta el esquí porque es una actividad familiar, vamos los cuatro juntos desde hace años, disfrutamos de nuestra compañía y nos adentramos en la nieve con emoción compartida.
El sábado madrugamos muchísimo… Es quizás la peor parte del esquí, despertarse cuando el cielo todavía conserva estrellas brillantes que parpadean con intensidad. A mí personalmente no me supone un problema, suelo levantarme a esa hora sin necesidad del despertador, pero a mi familia le puede la resaca de sueño.
Tras desayunar fuerte y vestirnos con muchísimas capas de ropa cargamos el coche y nos fuimos hasta las taquillas de El Pas de la Casa en busca de nuestros forfaits. Me impactó que no hubiera un lugar preparado para las personas que debíamos presentar documentación para retirarlos.
Había una cola inmensa… Tres cuartos de hora después conseguimos los documentos válidos para subirnos a los remontes. Conducimos hasta la curva donde hay un pequeño espacio habilitado para los coches (insuficiente y mal preparado), nos calzamos las botas y empezamos el descenso.
La nieve estaba bien, había poca gente, salió el sol… ¡Fue estupendo! Aunque he de reconocer el miedo experimentado en las primeras horas. Cada año me pasa lo mismo desde que me caí, me aterroriza volver a romperme los ligamentos cruzados y las primeras bajadas se tiñen de inquietud.
Por suerte pasado ese primer día consigo que mi emoción regrese con la misma fuerza de antes y me deslizo sobre los esquís sin mostrar tanto pavor como al principio.    
Me encantó Grandvalira, había estado de jovencita cuando la estación solo contaba con Pas de la Casa y Grau Roig, ahora es enorme, tanto que ayer estuvimos cuatro horas sin repetir ni una pista. Este año voy a disfrutar un montón de la nieve, estoy segura.

¡Feliz día! J

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El edificio

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¡Buenos días! El viernes se presenta como siempre, cargadito de trabajo y con un sinfín de emociones pendientes para el fin de semana. Parece que el frío remite un poquito y que quizás salga el sol… Como mínimo es lo que anuncian en el tiempo para mañana.
No habrá entrada hasta el lunes, últimamente me tomo libres los fines de semana. Quizás cuando regrese la inspiración quiera compartir con vosotros un poquito de mis sábados y domingos, pero en estos momentos me cuesta un poco encontrar temas y palabras para dejar la huella impresa de mi paso por el día.
Ayer el trabajo se complicó, salí tardísimo de la oficina, sin acabar las mil tareas pendientes que parecen luces parpadeantes sobre mi mesa. En estas épocas es cuando necesitaría que los días tuvieran treinta y cinco horas…
Cada mañana paso con mi moto frente al edificio Planeta. Hace años trabajaba justo enfrente, en el Pedralbes Centre. Aparcaba frente a él, lo miraba de reojo y soñaba con entrar en sus fauces con mis manuscritos bajo el brazo, en plan escritora desaliñada y despistada.
Aixxxxxx, ¡qué bonito era pensar de esa manera! Un día me dejé las llaves puestas en la moto y al ir a buscarla había una nota que me decía: «Te he recogido las llaves y las he dejado en recepción del edificio Planeta». Me saltaron dos lágrimas, para mí fue como una señal que nunca se materializó en una realidad.
Eso sucedió hace un montón de tiempo, ha llovido mucho desde entonces, me he hecho mayor, he aparcado esa ilusoria sensación de que la vida es algo más de lo que vemos a simple vista y he madurado tanto que ahora solo miro de soslayo el edificio algunas mañanas, cuando me acuerdo de que está ahí.
¡Ay! Suspiro largo y melancólico. No sé en qué instante del camino di un giro en mis percepciones para descubrir un mundo nuevo ante mi mirada, fue fabuloso sonreír por lo que me envuelve y no pasarme las horas deseando lo que no tenía, un cambio radical en mi manera de encarar las jornadas, un alivio constante.
Esta mañana me he fijado en el edificio Planeta con una mirada curiosa, sin esa esperanza antigua que solía llenar mi mente de metas inalcanzables. Me he imaginado a mi antigua agente traspasar cada mañana esas puertas, llegar a su despacho en alguna planta dispuesta para las editoras de ficción, enterrarse bajo lecturas larguísimas. Entonces me he dado cuenta de que ya hace más de un mes que no tengo noticias suyas, que la vida sigue, que a pesar de su cierre de la agencia yo continúo sonriendo.
Quizás algún día atraviese esas puertas con la emoción de visitarla o nunca llegue un email o una llamada o una comunicación. ¡Qué más da! Lo importante es encontrar alegrías en las pequeñas cosas, compartir momentos con los míos, regalar unas cuantas palabras bonitas a las personas a las que quiero.

¡Feliz día! J

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En dique seco

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! A veces hay reuniones que te parecen un marrón de entrada y al final se convierten en un motivo de alegría. Ayer tuve dos de ellas y me siento completamente feliz. Estaba nerviosa, no os lo voy a negar, hay decisiones necesarias que tomar y asuntos postergados, pero resulta que con empeño cualquier situación incómoda se puede revertir.
Eran dos reuniones completamente distintas, una de trabajo y otra personal. Admito que fui con un conato de miedo a ambas, eran importantes y no fáciles de sobrellevar. Sin embargo la conclusión a la que llegué al finalizarlas fue que no se puede dejar de luchar nunca por sacar adelante unos hijos, un trabajo, una carrera…
Parece que por fin mis hijos empiezan a entender la necesidad de aplicarse para construir un futuro a su medida. Me hace ilusión verlos madurar a marchas forzadas, cambiar sus percepciones de la vida, caminar hacia un lugar donde las inseguridades típicas de la adolescencia se fundan en una corriente de autoconfianza.
En el trabajo había que atender una circunstancia ajena al desarrollo propio del negocio. Por suerte la documentación preparada estaba acorde con las expectativas de mis superiores y la vieron perfecta para presentarla, así que m4e fui a casa tarde, pero con una sonrisa.
Quería pasar la hora libre que me quedaba tecleando en el ordenador, cambiando algunos aspectos de la trama de PELN, sin embargo no conseguí escribir al llegar a casa, estoy a punto de colgar un letrero de «se busca» para recuperar esa caprichosa inspiración que ha decidido dejar mis ideas en un dique seco. Quizás tenía frío y ha decidido seguir mis propias palabras e irse de vacaciones al Caribe, cerca del mar, mecida por la terapéutica resaca de las olas.
 Ya sé que ahora empieza el frío y que tenemos muchos meses duros por delante. La parte positiva de las bajas temperaturas es la posibilidad de pasar varios fines de semana esquiando, deslizándonos por las pistas con aquella sensación de libertad que te ofrecen esos parajes.
Debería encontrar la motivación para regresar a las clases de baile, desde que mis dos profesores estrella ya no están en el club siempre encuentro excusas para no ir. A ver si esta noche me armo de insistencia y acudo a desfogarme un poquito.
Estoy convencida de que tarde o temprano volveré a escribir. En otros periodos de mi vida también he sentido esta sequía creativa, no hay de qué preocuparme, tarde o temprano me asalta esa necesidad imperiosa de narrar las peripecias de alguien y corro a buscar las horas libres para llenar hojas del Word con una rapidez imparable.

¡Feliz día! J

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Dualidad de ideas

7:07 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! Estoy con un ataque de frío, parece que los termómetros bajan en picado para sumirnos en el preludio del invierno. Por suerte el día es claro, con pocas nubes que tapen el sol. Uffff, solo pensar en subirme a la moto y exponerme al viento helado me estremezco…
Hoy tengo un día estresante, así que saldré de casa con una cantidad intensa de energía positiva para caminar por las horas sin que me pesen las obligaciones. No es fácil, hay tanto que hacer… Pero voy a conseguirlo, estoy convencida de que seré capaz de sortear los mil obstáculos que se empeñan en plantarse en mi camino.
A veces me imagino cómo sería la vida únicamente dedicada a los libros… Durante unas horas fantaseo con la posibilidad de que algún día sea una realidad y luego me percato de que quizás entonces no sería tan feliz como ahora.
Soy una persona activa, me gusta asumir retos, pasar horas desarrollando herramientas para cuadrar los números o diseñar informes que sirvan de guía a los diferentes gerentes de las entidades que gestiono. Esos momentos de trabajo me parecen perfectos, a pesar de la inquietud y esa tendencia a ser tan perfeccionista.
A veces somos incapaces de valorar lo que tenemos delante. Hoy en día tener un puesto de trabajo es un gran logro y mucho más mantenerlo. Quizás si las cosas fueran de otra manera no seguiría aquí, pero de momento es lo que hay y voy a seguir empleándome a fondo para que las cosas salgan bien.
Aunque la visión de tener varios libros en una editorial vendiéndose bien, con encargos para escribir nuevas historias y la emoción diaria de pasarme horas sumergida en mis mundos paralelos me seduce. ¡Sería increíble!
Jajajajaja, me he despertado con dualidad de pensamientos. Es como si tuviera un duende en cada oreja que me susurrara ideas distintas… El quid está en asumir la vida como viene, buscando en cada recodo esa emoción de los detalles, sin decaer en el entusiasmo que se imprime al caminar por un sendero desconocido, admirando el paisaje.
Seguro que mañana lo veo todo más claro.

¡Feliz día! J

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¡Buenos días!

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hace un frío brutal, solo falta el aire congelado que sopla con fiereza para llevarse las hojas secas que se acumulan en la terraza de casa. Siento los escalofríos escalar posiciones en la espalda, como signo inequívoco de que hoy voy a pasarlo mal con el viento…
No me gusta el frío, yo soy de calor, sol, días alegres, largas horas sentada a la vera de la orilla del mar o cerca de un lago en pleno verano, vestida con una camiseta de tirantes y unos shorts, con la vista perdida en la lejanía, imaginando historias...
Tengo las manos heladas, mi café calentito al lado y me parece gloria el aroma que desprende. Ojalá vuelva a lucir el sol en un cielo tan azul como estos tres días de fiesta.
Decidimos quedarnos en Barcelona para no pasarnos horas en las colas que se forman en la carretera y en las pistas de esquí. Es el puente por excelencia, el que se llena a rebosar de esquiadores impacientes por deslizarse tranquilamente por las pistas y pasar un rato divertido.
Nosotros preferimos ir a contracorriente… Las colas me agobian un montón, y más si me obligan a pasarme más horas de lo normal en el coche. Así que decidimos quedarnos en nuestra ciudad y ejercer de compradores de regalos. Las Navidades se acercan…
Decidí darle una vuelta más a PELN, la última novela terminada de mis manuscritos inéditos. Tras hablar con mi amiga Mabel en la distancia detecté algunas cosas mejorables y una manera de alargar un poco la trama con consistencia.
La verdad es que sigo sin demasiadas ganas de escribir, apenas abro el ordenador para hacerlo y me parece que necesito unas vacaciones en toda regla. O sencillamente solo me hace falta un poco de distancia, apartarme de los personajes y las historias el tiempo necesario para recuperar esa inspiración que se ha largado con las maletas a otra parte.
A veces es mejor dejar pasar los días sin agobiarme demasiado con esa falta absoluta de deseos de escribir. Está claro que han acaecido demasiadas cosas en mi vida últimamente como para centrarme en serio en una novela. Una etapa larguísima que terminó sin noticias positivas, la falta de fecha concreta para el lanzamiento de El Secreto de las Cuartetas, los contactos con una agencia que nunca más ha vuelto a hablar conmigo, las negativas, las ausencias de respuesta a muchos emails…
Supongo que es normal mi dispersión, necesito tiempo para acomodar mis sentimientos y reorganizar las expectativas literarias, así como decidir el camino a seguir. Y ahora mismo no tengo claro hacia dónde tirar, así que me quedo quieta, seguro que tarde o temprano se abrirá una luz al final de un sendero…

¡Feliz día! J

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Ideas

7:07 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! Esta semana se termina con un sinfín de instantes cargados de emociones diversas. Felicidad, dolor, ilusión… Me irán bien tres días enteros de descanso, seguro que encontraré la manera de desconectar de las malditas auditorías que en mi trabajo se suceden sin cesar.
Quiero seguir por la senda actual, no desviarme mucho del camino y encontrar esa alegría contagiosa que se adentra en nuestra existencia cuando logramos despejarla de escollos molestos. A veces nos complicamos demasiado, incluso tenemos la mala costumbre de darle vueltas a cosas que evidentemente se escapan de nuestro control.
Estoy un poco desbordada, para no decir que tengo un agobio intenso. Hay demasiado que hacer, tengo poco tiempo y me estreso. Jajajajajaja, si hasta sueño con las horas en la oficina…
Ayer salí muy tarde. Llegué a casa cansada, sin deseos de ir a bailar y con pocas ganas de escribir. Mi amiga de Suiza me dio pistas para mejorar PELN, a ella no le acabó de entusiasmar. Pregunté a mi hermana y a otra de mis lectoras beta que está leyéndola, mantuve una breve conversación con dos betas más y finalmente me fui a casa con ideas rondándome por la cabeza.
Tras una noche intensa de falta de sueño, muchas horas de desvelo y una cantidad nada desdeñable de pensamientos revueltos, me he levantado con varias ideas pululando por mi mente sedienta de reanudar la escritura. Sé qué quiero modificar de la novela para darle ese toque que buscaba Mabel.
Ahora mismo le he escrito con las ideas, a ver cómo las ve.
Parece que la lluvia por fin nos ha abandonado, es genial cuando las calles se visten de sol y color, sin esa textura húmeda del cielo ni la sensación grisácea que acompaña los días encapotados.
Después de la tormenta siempre sale el sol… Recuerdo la canción de Annie que solía cantar de pequeña cuando tenía un día gris. El sol brillará mañana, solo falta un día hasta mañana, nada más… Sonrío al evocar esos momentos de infancia en los que me sentaba en mi roca de Calella de Palafrugell con los sentimientos confusos y sabía que pronto las emociones se estabilizarían.
Peco de sentir demasiado, quizás por eso las negativas me duelen de inicio, aunque ahora las encajo mejor, en pocas horas consigo deshacerme de esa falta de confianza en mi trabajo para poner a mi mente a trabajar en algo más importante o esperanzador.
Me faltaba esta claridad de pensamientos, la capacidad para entender que quizás no consiga nunca enamorar a muchos lectores y que esa realidad no me afectara. Ahora que he llegado al punto deseado veo la vida desde una perspectiva mejor. ¡Os invito a probarlo!

¡Feliz día! J

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La vida sigue...

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Hoy me despierto con resaca de sueño y un sinfín de emociones encontradas. Cuando no consigo plasmar historias en el papel siempre camino de puntillas por la cuerda floja. Necesito que mi mente hiperactiva se dedique a crear mundos paralelos para mantenerla distraída.
Ayer recibí un no y un regalo. Un motivo de tristeza momentánea y otro de ilusión intensa que me durará durante varios meses. Por suerte la nueva visión del mundo que tengo me ayuda a valorar muy positivamente cada instante y a olvidarme rápidamente de las negativas.
No necesito publicar para sentirme feliz, aunque me encantaría hacerlo… No os voy a engañar asegurándoos que la idea de vivir de la literatura no es bonita y sería un gran lujo para mí, pero tampoco lo anhelo como antes ni quiero pasarme la vida frustrada por no conseguirlo.
Un no significa cerrar una puerta, pero quizás se abra otra en un lugar lejano o a lo mejor hay una ventana por la que puede pasar la luz y ahora no la veo. Y siempre quedará Amazon…
Tengo claro que he abandonado para siempre el camino erróneo de desear lo que no puede ser, renunciando a vivir intensamente otras facetas maravillosas de la escritura. Darle vida a una historia significa sentir y emocionarme con cada uno de los giros de la trama. Por suerte esas sensaciones consiguen regalarme una cantidad inmensa de momentos felices.
Solo el tiempo dirá qué pasará con los manuscritos inéditos…
Mi regalo, el que ahora mismo me hace sonreír, es la moto nueva que me regaló mi marido. Ayer la fui a buscar. Temía por la lluvia, con el suelo mojado conducir sobre unos neumáticos recién estrenados… Por suerte el tiempo mantuvo una tregua cuando al fin salí de la tienda.
Más tarde tenía que llevar a mi niña a una clase que hace cada miércoles por la tarde. Entonces se puso a llover con fiereza. Tenía mi antigua moto en la calle y la nueva en el garaje, no tenía claro cuál de las dos era la mejor opción. Al final mis ganas de estrenar se impusieron y me fui con la nueva…
¡Fue genial! A pesar de la tormenta, del agua que me empapaba, de la circulación y de un poquito de inseguridad, fue la mejor decisión. Me encantó conducir entre los coches, a pesar de que llegué de vuelta a casa calada hasta los huesos.
Como no tenía ganas de escribir decidí pasarme el resto de la tarde en la cocina. Preparé un pollo al curry con arroz. Mmmmmm, este plato les encanta a los miembros de mi familia, cuando lo vieron por la noche en el plato se relamieron los labios.
Y así hice frente a la situación, buscando como siempre el lado positivo, encarando los baches con una sonrisa y levantándome tras una caída cual Ave Fénix en todo su apogeo.

¡Feliz día! J

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Libertad ante todo

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy los calefactores están ardiendo, parece que fuera hace frío. Por un lado me apetece que la temperatura se estabilice, por fin podré estrenar mi traje nuevo de esquí y practicar uno de mis deportes favoritos. Sin embargo soy de las que sufren con el viento gélido que irrumpe en invierno.
Me parece mentira que ya estemos a principios de diciembre… El tiempo transcurre demasiado rápido, sin darme apenas un respiro para que me percate del avance de los días en el calendario.
A veces las circunstancias minan nuestra capacidad para hacer algo. A mí ahora me han dejado sin inspiración (si alguien se la encuentra con unas gafas de sol, un bikini y la cara sonrojada en el trópico, sentada en una hamaca a la vera del mar, por favor decidle que la espero con los brazos abiertos).
No escribo, pero lo mejor de todo es que no me importa. Antes me angustiaba en las épocas de secano, seguía con esa necesidad imperiosa de descubrir algo magnífico a la vuelta de la esquina, con la creencia de que realmente tarde o temprano recibiría un mail o una llamada llena de esperanzadoras noticias.
Sigo sin respuestas ni de las editoriales ni de la agencia literaria que contactó conmigo hace dos semanas. Hoy me he dado cuenta del tiempo que ha pasado, y lo más extraño de todo es que no me agobia para nada la ausencia total de comunicación.
Hay que pararse a tirar una línea entre el antes y el después, girar la vista atrás y entender que lo importante no era llegar a una meta, sino navegar por un mar lleno de intensas emociones. Y si ahora mi cabeza no quiere escribir, pues no lo hago. Cocino, buceo por internet en busca de viajes que nunca haré, trabajo mucho, bailo cuando puedo y me apetece y fantaseo con ideas que no cuajan.
La experiencia me dice que mi querida inspiración algún día se cansará de sus vacaciones tropicales y regresará con fiereza el día menos esperado. Entonces quizás reanude la novela que empecé hace un mes o me decida por otra cosa, ¡qué más da!
Esta nueva sensación de libertad me da alas (jejejejeje, no necesito el Red Bull…). Es fabuloso compartir con mis lectoras y lector beta las impresiones sobre las novelas, a pesar de que a veces no les acabe de gustar una en concreto. Claro que me encantaría tener este feedback con cientos o miles de personas, pero más vale pájaro en mano que ciento volando, ¿no?
Hoy tengo el día de frases hechas… Sigo con esa visión positiva que me faltaba al abrir el blog. Estos años de posts diarios, sonrisas intensas y felicidad por los alentadores avances literarios conseguidos a base de tesón y perseverancia han obrado el milagro.

¡Feliz día! J

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Un mal despertar

7:07 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! Hoy me despierto con un poco de resaca de sueño y la constatación de que las cosas muchas veces no cambian con facilidad y que sin la implicación de la otra parte es muy complicado modificar las conductas individuales de los adolescentes.
Y ahora viene mi típica frase: ¡qué duro es ser padres de chicos de estas edades! Me cuesta muchísimo avanzar con ellos, aceptar que están en aquella época en la que nosotros pasamos a un segundo plano y en las que se enfrentan constantemente a las decisiones.
Ufffffff, me encantaría que las cosas fueran diferentes, que pudiera solucionar los problemas con una simple sonrisa, pero la vida a veces se muestra caprichosa. Bueno, voy a darle la vuelta a este mal despertar y a ver la parte positiva.
Ayer fue un día largo, con mil cosas importantes en el despacho, un sinfín de obligaciones y una nueva auditoría complicada para principios de año. Sí, la verdad es que con tantas auditorías voy de cabeza… Incluso hay días en los que me gustaría no levantarme de la cama para olvidarme de todo.
En este estado de estrés en el que ando últimamente cometo muchísimos fallos. Equivocarse es parte del aprendizaje, pero la verdad es que no tengo muy claro cómo parar la inquietud que me invade cuando mis responsabilidades se multiplican sin detenerse.
Necesito un receso, una pausa para ordenar mis ideas, para determinar cómo ayudar a mi hija y cómo centrar mis energías en una única dirección. Está claro que la vida hay que tomársela con una sonrisa, a pesar de los pesares, y encarar cada escollo con la alegría necesaria para remendar los errores y los baches.
Me encantaría que mis hijos fueran solos, que se percataran de la importancia de asumir responsabilidades de cara a su futuro. Estaría feliz con un cambio de actitud, pero hay que ver las cosas desde la perspectiva correcta y encauzarlas como son, no como nos gustaría que fueran.
No puedo trabajar sometida a tanta presión, mi cabeza no da para tanto. Normalmente hago cuatro cosas a la vez, voy revolucionada, acelerada, sin encontrar espacio para respirar. Y eso es malo…
En fin. No voy a cambiar mi realidad solo escribiendo lo que pasa a mi alrededor, la única opción es poner buena cara, arreglarse, subirse a la moto e irrumpir en la oficina con el aplomo necesario para caminar hacia el final de este día con la ilusión que merece.

¡Feliz día! J

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¡Gran fin de semana!

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Llueve. Grrrrrrrrrrrrrrrrrr, lleva tantísimas horas lloviendo que ya me veo en una barca para llegar a la oficina… Por suerte el fin de semana ha sido genial, con actividades perfectas y un sinfín de momentos intensos que guardar en la memoria.
El sábado por la mañana fui a una maratón de baile para recaudar fondos para paliar el sida. Fue en un gimnasio que no conocía, lleno de amigas que hacía tiempo que no veía… Se trataba de bailar durante tres horas seguidas, al ritmo de las coreografías de seis profesores distintos, cada uno con su estilo y energía.
¡Me lo pasé genial! A las once en punto estaba en el polideportivo, vestida con mis mallas y una camiseta, dispuesta a aguantar el máximo tiempo posible. Fran salió al escenario para presentarnos a los monitores, la música sonaba de fondo, con sus acordes rítmicos y perfectos para mover el esqueleto.
Tras unos minutos de calentamiento empezó el show. Los tres primeros profesores los aguanté perfectos, con emoción y muchísimo ritmo. El cuarto fue mi querido Fran, así que me llené de vitalidad y conseguí no perder el hilo, pero con el quinto ya no pude seguir con la misma fuerza.
Dos horas y media después de empezar ya no podía más, estaba molida. Mis amigas y yo nos fuimos a la ducha, eran cerca de las dos cuando salimos al exterior, el aguacero nos pilló desprevenidas y nos empapamos de camino al coche. Las dejé a cada una de ellas cerca de sus casas antes de irme a la mía a comer.
Por la tarde tocó ir con nuestra hija a ver Sinsajo al cine. A ella le hacía muchísima ilusión, así que la acompañamos. Fue increíble encontrarnos con un grupo de unos quince adolescentes que no paraban de hablar en voz alta, reír, levantarse, caminar por la sala… ¡Uffff! Debería existir un mecanismo para pararles los pies, no permitían que viéramos correctamente la película…
Luego necesitaba un traje de esquí para iniciar la temporada y me fui a la tienda de un amigo que tiene un montón de ropa chula y bien de precio. No dejó de llover ni un instante… Por la noche fuimos mi marido y yo solos a cenar para dejarles la casa a mis hijos y a mi hermana, que tenían una cena de «sobrinos-tía».
Ayer teníamos la celebración de los diez años de casados de mi tía. Es su segundo matrimonio, se casó tras muchos años divorciada y  está súper feliz con su marido. Fue muy entrañable, a pesar de la tormenta que se niega a abandonarnos.
¡Gran fin de semana! ¿Y el vuestro? ¿Cómo ha ido?

¡Feliz día! J

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A las puertas del fin de semana...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Parece que empezamos a ver algo de sol, aunque la tempestad ha dejado huellas impresas en la calzada. A pesar de la carga de trabajo impuesta por las últimas novedades en la empresa tengo la certeza de que la felicidad está a la vuelta de esquina.
A las puertas del fin de semana encuentro muchísimos motivos para sonreír. A pesar del estrés, de las mil cosas que se amontonan sobre mi mesa y de que últimamente mi inspiración parece que se ha vuelto caprichosa y solo aparece cuando le apetece, estoy súper contenta. ¡Es viernes!
Realmente aprender a ver el vaso medio lleno es maravilloso. Podría pensar en la parte negativa de la situación, encontrarme con la sensación de que no tengo respuestas de las agencias ni de las editoriales, que la publicación de El Secreto de las Cuartetas se retrasa, que tengo demasiado trabajo… Pero mi opción es diferente. Yo lo veo así: algún día llegarán noticias literarias, ya sean para bien o para mal, aunque sea tarde al final editarán mi libro en papel y el trabajo… Pues es eso, un trabajo, y por suerte lo tengo.
No voy a negar que me encantaría recibir una magnífica llamada de una editora entusiasmada con alguno de mis manuscritos o que la vida me sorprendiera con un giro inesperado. Sin embargo ahora siento que lo importante es caminar, ser consciente de lo que hay durante el proceso y absorber cada instante con la intensidad que se merece. Quizás algún día tenga la suerte de alcanzar la cima, pero si me quedo a media ascensión también me vale.
Ayer mi marido me sorprendió con un regalo inesperado. Mi moto hace años que se cae de vieja: no frena bien, se cala cada vez que tocas el freno, le cuesta encenderse… Tocaba una renovación sí o sí, era una cuestión de seguridad vial. ¡Tiene más de diecisiete años! Pero nunca era el momento de cambiarla…
Por fin en breve estrenaré moto y relegaré la antigua al lugar que le corresponde. Lo cierto es que soy cuidadosa con las cosas, la que tengo ahora me ha durado un montón de años, espero que la nueva siga el mismo curso y acabe dándome un perfecto servicio.
Esta mañana voy a irme a trabajar con la sonrisa puesta, sin esos ataques de estrés de ayer. Ordenaré las cosas para conseguir que cuadren, conseguiré presentar a tiempo los papeles para la audit y sacaré adelante todo lo que me espera, aunque tenga que ir más rápido de lo normal.
Cuando hago cuatro cosas a la vez es complicado atenderlas a todas, pero si no queda más remedio…
¿Qué os depara el fin de semana? A mí una clase de baile, descanso, quizás un cine, paseos con mi marido y espero que un regreso fugaz de mi inspiración…

¡Feliz día! J

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¡Fantasear!!!!

7:07 Pat Casalà 3 Comments

¡Buenos días! A veces me da la sensación de que no tengo tiempo de saborear cada instante… ¡Ya estamos a jueves! Es increíble el paso de los días, la rapidez con la que he llegado aquí. Será porque tengo tantísimo trabajo que apenas puedo ni respirar.
Me he despertado con la sensación de que el clima es más fresco, aunque los radiadores de casa apenas muestran un conato de calor. Miro por la ventana y veo un día nublado con la típica textura del otoño que apaga la luz y nos envuelve en una mística sensación de cambio.
Las hojas de los árboles de mi terraza reciben una brisa fresca, se mueven con serenidad, permitiendo que el sonido me llegue alto y claro. Están resecas, quedan pocas y el color marrón que lucen es un signo inequívoco de que en pocos días acompañarán a las que yacen en el suelo.
Tengo morriña, ganas de regresar dentro de la cama, coger el ordenador y ponerme a teclear en vez de ir a la oficina a enfrentarme con las mil tareas pendientes que no tengo ni idea de cómo acabarán. Uffff, creo que sigo tan estresada como ayer…
Para distraer mi mente de los momentos así suelo buscar ocupaciones que me llenen de ilusión, como ver viajes para el verano o imaginarme historias interesantes. Ahora no estoy demasiado inspirada para escribir, así que me paso las horas viendo destinos que me encantan.
  Lo bueno es que mirar no cuesta dinero y fantasear suele ser la mejor manera de vivir experiencias interesantes sin moverse del sofá. ¡El mundo es tan grande! ¡Y tiene mil maravillas que ofrecer!
Me encantaría aparcar un par de años mis responsabilidades para dedicarme únicamente a viajar. Dar la vuelta am mundo, cambiar de lugar cuando el cuerpo te lo pida, permitir que sean las ofertas encontradas las que decidan cuál será tu próximo destino…
¡Soñar no cuesta dinero! Últimamente mi imaginación me lleva a lugares exóticos, al sudeste asiático, a las maravillosas playas de arena blanca donde la paz se entremezcla con el sofocante calor de las islas. ¡Qué bonito sería dejarlo todo y lanzarse a vivir una aventura!
Vale, vuelvo a la realidad, me voy a arreglar y en pocos minutos me iré a trabajar. La vida real también es preciosa…

¡Feliz día! J

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¡Desbordada!

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! ¿Os ha pasado alguna vez que cuando teníais una programación perfecta para acabar el año sin sobresaltos todo se truncaba? Pues bien, en mi trabajo está pasando esto…  Estoy desbordada, es como si de repente los astros acabaran de alinearse para desestabilizar la rutina preparada a base de esfuerzo y planificación.
Me he pasado toda la noche soñando que tenía dolor de cabeza y me he levantado con uno monumental. Y es que a veces te toca realizar tareas de las que no sabes nada y hay que aprender a hacerlas mientras caminas hacia un lugar insospechadamente inhóspito.
Cuando la suerte se trunca para mandarte varios escollos a la vez hay que sortearlos con elegancia, está claro que quejarse no es la solución. Así que me voy a tomar ahora mismo un ibuprofeno antes de irme a trabajar y buscaré energías de donde pueda encontrarlas.
Es bonito saber que tengo un lugar al que ir cada mañana, que las horas dedicadas al trabajo me abstraen lo suficiente como para olvidarme de todo lo demás. Creo que sin una dedicación tan intensa a la parte laboral no estaría con esta positividad, trabajar ayuda a no esperar, a ocupar el tiempo en actividades que requieren atención y que reportan muchísimas gratificaciones.
Aunque no tengo claro que consiga sortear los obstáculos que me encuentro ahora en el camino. A veces hay que invertir demasiado en cosas que te parecen inalcanzables, a pesar de que el barco zozobra en medio de una tempestad. Sí, lo sé, estoy un poco abrumada por las circunstancias…
Sin embargo no voy a perder la sonrisa ni la ilusión ni las ganas de comerme el mundo que me acompañan últimamente. Mi amiga S hoy me decía que no es más que un trabajo y que no puedo agobiarme por él. Y tiene razón. Intentaré ver la parte positiva y llegar hasta donde me permita mi capacidad de triplicarme para llegar a todo. Espero que sea suficiente…
En cuanto a mi vida literaria… ¿Para qué me voy a engañar? Últimamente está un poco estancada… En la escritura voy a trompicones, con instantes álgidos y días de sequía creativa. No tengo respuesta de las editoriales ni de la agencia con la que hablé la semana pasada ni prisa para acabar la novela que llevo entre manos, así que me lo tomo con calma.
Mis lectoras beta avanzan con desigualdad. Tengo dos internándose en Perdida en la Niebla, una que ya la ha acabado, otras dos con Dúo y una que ha decidido darse un respiro de mis manuscritos. Eso me demuestra que tengo demasiado material para preocuparme ahora de escribir rápido. Todavía me queda el último pulido a Perdida en la Niebla y explorar la posibilidad de mandarla a una editorial concreta. Eso lo que me proporciona es tiempo para tomarme la escritura de SD con tranquilidad.
Y ahora me voy a trabajar, que hay muchísimo que hacer…

¡Feliz día! J

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¡Sonreír!

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Hoy me levanto con muchísima energía, hay cantidad de buenas vibraciones en el ambiente. El clima se asemeja a la tristeza que poco a poco nos trae un otoño lleno de hojas secas en el suelo, paisajes marrones y sensación de oscuridad diurna. Pero no hace frío, los calefactores de casa están apagados y este fin de semana hemos visto las montañas sin una gota de nieve para iniciar la temporada de esquí.
La buena noticia es que me da igual si esquiamos antes o después, ya tengo los forfaits de temporada, este fin de semana acabaré de completar mi equipo y cuando abra la estación empezaré a deslizarme por la blancura de la nieve, acompañada de mi familia.
Es bonito tener aficiones compartidas. Mis hijos todavía tienen una edad perfecta para esquiar en familia y disfrutar de la amplitud de las pistas. Ayer pensaba que quizás en un futuro ya no desearán pasar horas con nosotros ni viajar juntos en verano ni subir a la casa de la montaña.
Cuando el grupo empiece a funcionar de manera autónoma y preparen salidas conjuntas o se emparejen ya no querrán venir con nosotros. Quizás entonces las actividades que emprendamos mi marido y yo serán más pausadas, con viajes más de ver cultura y ciudades.
Hay que disfrutar de esta edad de los chicos, aunque tenga su parte negativa. Son adolescentes con las ideas locas en la cabeza, buscan su identidad, se independizan de nuestros brazos protectores e inician una vida en solitario.
Parece que la mañana será gris y apática. Me apagan los días tristes, sin embargo hoy voy a aprovechar la luz interior con la que me he levantado para caminar por la vida con ilusión, sin agobios y con la emoción de saber que tengo todo cuanto necesito para ser feliz.
Seguro que pronto tendré noticias interesantes, no veo el momento de recibir la portada definitiva de El Secreto de las Cuartetas ni de empezar a planear una presentación ni de tener el libro entre mis manos.
Las novelas en papel tienen un olor especial que nos remonta a momentos intensos, guardan en su interior varios tesoros por descubrir, pueden albergar migas de pan, manchas de aceite, gotas de agua de mar… Es precioso pensar que pronto, muy pronto tendré mi primer ejemplar en papel. ¡Será un momento mágico!

¡Feliz día! J

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Un fin de semana perfecto

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! He pasado un maravilloso fin de semana en las montañas, acompañada de mi familia y unos vecinos de las casas, con quienes hemos compartido una maravillosa tarde de charla. Estoy descansada, con ganas de retomar la rutina y un sinfín de emociones intensas.
Escribo. Eso es maravilloso, aunque sea a trompicones, lentamente y sin aquel arrojo de los últimos meses. Superado el folio veintidós parece que la trama fluye. Es una historia más pausada, con una voz de fondo que me implica emocionalmente con los dos protagonistas y un carácter más intimista.
De momento sigue el curso de mi vida actual, con una estabilidad serena, sin demasiados sobresaltos. En pocos folios espero darle una vuelta a la trama e incluir un poco de intriga. Veremos qué me depara el futuro creativo…
Este fin de semana he logrado relajarme completamente y mirar con perspectiva los últimos acontecimientos. La publicación de El Secreto de las Cuartetas vuelve a retrasarse. No tengo claro cuándo será, pero todo apunta a que a finales de año.
He descubierto que ya no siento como antes, la prudencia ahora se encarga de dirigir mis pasos. La semana pasada mantuve algunas conversaciones interesantes con una posible agencia literaria para mis obras. Hace unos años esta realidad me hubiera abocado a construir castillos en el aire, basados en las expectativas creadas. Sin embargo ahora veo las cosas distintas. De momento son charlas, sin que de ellas se extraiga un final espectacular.
Respiro con una tranquilidad perfecta. Quizás encuentre una vía hacia las estanterías, puede que tenga una representación, es posible que algún día me llegue una nueva noticia de alguna editorial interesada en mi trabajo. Si pasa lo celebraré, pero mientras sea una posibilidad no voy a concentrar mis esperanzas en ella.
Sé que llevo unos días explicando esta nueva visión de las circunstancias. La verdad es que no salgo de mi asombro, me parece increíble este cambio de percepción de la realidad y quiero compartirlo con vosotros, mis lectores, las personas que me acompañan desde que inicié este blog.
Recuerdo mis posts llenos de ansiedad y desvelos, aquella sensación de que caía sin parar en un pozo negro y triste… ¡Qué colorida se ve ahora la vida! Este rinconcito donde cada día dejo un pedacito de mi realidad se ha convertido en mi diario, en mi refugio y en mi lugar de contacto con el pasado.
Gracias por compartirlo conmigo, es agradable sentirse acompañada en el camino...

¡Feliz día! J

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Amigas...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Ayer fue un día grande. Mientras veía a mi amiga sobre el estrado, defendiendo su tesis doctoral, me di cuenta de que a veces la vida te permite conocer a personas con una gran valía y que es bonito compartir con ellas una parte de su tiempo.
Encontrar el equilibrio justo entre la parte técnica y la médica requiere de unas cualidades determinadas. Mi amiga es ingeniera de telecomunicaciones y ha desarrollado un producto biotecnológico que se ha nutrido de la simbiosis perfecta entre la medicina y la vertiente tecnológica.
Me alegro de compartir con ella esa parte de su vida, de estar ahí para ver cómo demuestra su valía. Defendió la tesis en inglés, de una manera sencilla, como si quisiera acercar a la audiencia a sus estudios.
No soy muy prolífera a la hora de intimar con la gente, suelo apartarme de las personas que me rodean por iniciativa propia, me gusta la soledad y las horas de dedicación a la escritura. Ya de pequeña me pasaba, era una niña imaginativa, con tendencia a vivir en mi propio mundo, y creaba un abismo entre las compañeras de clase y yo.
Al crecer aprendí a cambiar mis prioridades y a dejarme llevar en algunos momentos por ensoñaciones románticas. A medida que maduraba la realidad clareó sin problemas, como si pudiera disociar fácilmente mis dos mundos y fuera capaz de discernir las barreras que yo misma creaba con algunas personas.
La amistad es un bien preciado. Para mí lo importante es acercarme a la gente con la que congenio y con la que comparto algo más que momentos. Las amigas han de ser cercanas, te han de demostrar que te valoran por lo que eres y no por lo que proyectas ser. Esa premisa es de doble sentido…
Evidentemente hay que compartir tu tiempo con otras personas, la vida es muchísimo más que pasarse las horas tecleando y trabajando. Sin embargo para mí lo importante es que las horas de ocio fuera de casa y del trabajo sean con amigas de verdad, de aquellas con las que puedes hablar de cualquier cosa sin sentirte extraña.
La madurez a veces llega tarde. Hace pocos años todavía era una idealista con pajaritos en la cabeza, pensaba que la vida era algo más que caminar por ella y llenarla de ilusiones. Necesitaba un conato de realidad, pisar un terreno firme, sentir que lo bonito es caminar y que si se alcanza la meta es maravilloso.
Ahora sonrío con frecuencia, me rodeo de personas a las que quiero y me quieren, encuentro momentos para quienes lo merecen y me alejo del resto voluntariamente, ¿para qué voy a perder el tiempo enfadándome?
El pasado queda relegado a un lugar de la memoria, cada vez las reminiscencias de mis amistades pasadas se desvanecen, dejando paso a la luz de mis actuales amigas, personas que llenan mi vida de color y consiguen que descubra los matices de cada momento.
¡Feliz día! J


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¡Qué dispersa estoy hoy!

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy es un día muy especial para mi querida Senda, por fin presenta su tesis doctoral. Recuerdo cuando mi hermana preparaba esa exposición oral, los nervios que te asaltan en momentos previos a entrar en la sala… Hoy estaremos todos con ella, emocionados por su logro.
Esta semana empezó mal, había puesto ilusiones en un par de cosas que no salieron, pero la suerte siempre cambia y al final las oportunidades para avanzar se presentan de maneras insospechadas.
Es imposible saber qué te depara el futuro o averiguar si algún día estarás en una posición deseada, para mí lo más valioso no es la consecución de un objetivo, sino la manera de llegar a él. Cuando me proponen cosas las escucho y luego decido si las acepte o no.
Ayer recibí una proposición. Mientras contestaba al teléfono las reminiscencias del pasado me llenaron de inquietud, pero estoy dispuesta a explorar las posibilidades que se me abren con esa propuesta.
Quizás mi experiencia pasada no es demasiado positiva, tener una agente literaria durante años apenas me ha reportado nada positivo, sin embargo no puedo pensar que todas las agencias funcionan igual, ¿no? Así que voy a ver dónde me lleva el camino.
Uffff, creo que esta mañana apenas tengo inspiración para llenar la hoja del Word… Estoy un poco dispersa, a veces me pasa. Quizás debería abandonar la costumbre de escribir a las siete, antes de salir pitando para mi trabajo… Hay días en los que me cuesta encontrar un tema.
Ojalá las buenas noticias se multipliquen durante los próximos días, aunque soy feliz con mi vida, a pesar de los escollos que aparecen sin remedio, de las piedras que a veces te impiden avanzar. ¡Qué bonito se ve el paisaje cuando limpias las ventanas! A veces somos nosotros mismos los que empañamos los cristales…
Me parece que me voy a trabajar… Desde luego estoy muy espesa y mis palabras apenas tienen sentido… Mañana seguro que estaré mejor…

¡Feliz día! J

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¿Tiramos una moneda?

7:07 Pat Casalà 5 Comments

¡Buenos días! Hoy tengo un día ajetreado… Una reunión a las doce y media, una llamada telefónica que quizás me alegre el día, una clase de baile, otra de inglés… ¡Estoy convencida de que será un gran día!
Últimamente me invaden los recuerdos. Es muy posible que el cambio de mentalidad experimentado en estos tiempos sea el motor de esas reminiscencias. Es como si al mirar hacia atrás me percatara del gran camino recorrido.
Evoco un momento preciso, cuando me quedé sin trabajo porque mis padres se preparaban para cerrar el negocio de una vida. Era una época triste, a pesar de que la decisión fue la correcta. Trabajaba con ellos, llevaba los números, atendía al público e intentaba ver la continuidad de algo que no la tenía. Y me apenó muchísimo que las puertas de las tiendas de mis padres cerraran sus puertas, no tanto por mí como por lo que significaba para ellos.
El día que inicié mi periplo de búsqueda de empleo no tenía ni idea de lo que se venía encima. Soy una persona activa, acostumbrada a trabajar a doscientos por hora, con la necesidad de ocupar las horas en actividades productivas. Y de pronto me encontré con muchísimas horas libres.
En ese momento pensé que era una señal para dedicarme a escribir, pero no contaba con el dañino efecto de las esperas. En vez de ser una época productiva se convirtió en un calvario. La ilusión de vivir únicamente de la escritura capitaneó los días, como un horizonte inalcanzable que se alzaba al final de un camino tortuoso.
Dejé de escribir. Fue ir hacia atrás como los cangrejos. Entonces me prometí a mí misma que sería el destino quien elegiría mi futuro laboral. Fue como si tirara una moneda al aire. ¿Letras o ciencias? Si me daban un trabajo renunciaría a escribir, si conseguía un contrato editorial me dedicaría a mi sueño.
Estaba tan equivocada… Evidentemente no tardé demasiado en encontrar una empresa donde prestar mis servicios. Y, evidentemente, no había conseguido un contrato editorial. Así que ya me veis intentando abandonar la escritura, como si no pudiera ser una actividad complementaria al trabajo remunerado.
Por suerte se impuso la sensatez e inicié un largo sendero hacia el ahora, cuando lo importante es escribir porque quiero y no para ser leída.
Estoy decidida a continuar con mis dos facetas. No puedo elegir entre las letras o los números, ambas opciones me gustan por igual, aunque no me importaría que la balanza entre ellas estuviera más equilibrada. Hay que ver cómo han cambiado mis pensamientos…
¿Y si la moneda todavía estuviera girando?
¡Qué bonito es soñar cuando puedes disfrutar de cada instante! No renunciar a la sonrisa diaria ni a la posibilidad de avanzar en ambos campos es genial…

¡Feliz día! J

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