Entrevista a Eva García Sáenz
1. ¿Cuándo supo que quería
dedicar su vida a las palabras? ¿Cómo lo supo?
Hola,
Pat. Estoy encantada de pasar a formar parte de tu blog, le tengo mucho cariño
y será un placer contestar a tu entrevista. En cuanto tu primera pregunta, más
que dedicar mi vida a ellas, lo cierto es que nunca he podido vivir sin leer.
Es casi una necesidad biológica, como comer, respirar o beber agua, no creo que
pudiera sobrevivir muchas horas sin hacerlo. La escritura es una consecuencia
circunstancial, primero soy lectora, y durante una etapa de mi vida que ha durado
27 meses he sido escritora.
2. ¿La imaginación ha
formado parte de su vida desde pequeña? ¿Escribía ya en libretas o en folios?
Empecé
a escribir con 14 años, cuando nuestro profesor de Literatura en 1º de BUP tuvo a bien encargarnos como ejercicio escribir
un diario. Era una etapa bastante turbulenta hormonalmente hablando, y
desahogarme en un cuaderno pasó a ser un ejercicio de higiene mental. Ahora
tengo casi 30 cuadernos, guardados en una caja fuerte con una cerradura de
cuatro dígitos. Creo que a los lectores de “La saga de los longevos” les sonará
de algo este detalle.
3. ¿Cree que la
creatividad es innata a las personas o que se puede cultivar?
Creo que, literariamente
hablando, el mejor ejercicio creativo es leer miles de novelas.
4. A la hora de sentarse a
escribir, ¿tiene un lugar predilecto? ¿O puede hacerlo en cualquier sitio?
He escrito frases sueltas de la
novela sobre cualquier superficie susceptible de ser garabateada: libretas,
servilletas, facturas... Lo importante es que un buen diálogo o una descripción no se pierda. Respecto al lugar
físico, básicamente he escrito la novela en el portátil, normalmente en la mesa
de mi escritorio, por las noches, pero si tengo cinco minutos, abro el portátil
esté donde esté y escribo un párrafo. Media hora para mí supone folio y medio.
Tres horas, un regalo: casi una escena. He escrito en parkings, salas de
espera, en mitad del campo... si tengo un momento, escribo y punto. No espero a
centrarme, simplemente escribo.
5. ¿Escucha música
mientras escribe? ¿O para inspirarse? Si es así, dígame qué tipo de música le
gusta para cada circunstancia.
No me gusta poner música mientras
escribo, pero siempre que estoy con una escena tengo una canción en la cabeza.
Normalmente la escucho durante los días que dura la escritura de esa escena y
me sirve para empatizar con los protagonistas y ponerme en situación.
Como
ejemplo, para el perfil de Adriana escuché mucho rap, sobre todo de Nach, para
empapar al personaje de su rapidez verbal y de su actitud. Quería una protagonista
muy autónoma y que no se rompiera en las escenas más crudas. Recuerdo que para
la escena de después de Cabárceno, una de las más emotivas entre Iago y
Adriana, tenía en la cabeza la canción de “Ellas”, que canta el propio Nach con
Ismael Serrano.
Para
meterme en la cabeza de Iago, en cambio, me inspiraba en las letras de gente
como Joaquín Sabina, Pancho Varona, Vetusta Morla, Pereza o Antonio Vega. Me
interesaba mucho estudiar cómo se enamora un hombre con cierto perfil canalla y
que está de vuelta de todo.
6. ¿Sigue algún patrón a
la hora de crear? ¿Sigue un horario pre-establecido? ¿O simplemente espera a
que le sobrevenga la inspiración para sentarse a escribir?
A la musa no la espero nunca, me
tengo que atener a los horarios que me quedan, y como decía Juan Manuel de
Prada, el oficio del escritor se parece mucho más al trabajo de un oficinista
que al del bohemio colgado de absenta. Sí que es cierto que hay días que te
salen frases más redondas, y siempre tengo un lápiz a mano para escribirlas y que
no se me olviden, pero esas frases suponen el 0,1% del trabajo que conlleva
iniciar y concluir una novela. El resto es ensamblaje y pensar en cómo demonios
lo vas a hacer para que el lector pase la página.
7. ¿Trabaja con esquemas
previos, fichas de personajes y subtramas o se lanza a escribir a partir de una
idea?
Creo que has definido mi forma de
trabajar perfectamente: trabajo mucho la escaleta de escenas para que la trama
y las subtramas estén compensadas. En el caso de esta novela, el ejercicio era doble,
ya que cada capítulo está escrito en primera persona desde el punto de vista de
uno de los protagonistas: el longevo de 10.300 años y la arqueóloga escéptica
de 32. Si eliminas los capítulos escritos por Iago, tienes una novela de 400
páginas que se entiende perfectamente y donde todas las cuestiones planteadas
en los primeros capítulos quedan resueltas. Si eliminas el punto de vista de
Adriana, ocurre lo mismo. La novela tiene muchos andamios que luego hay que
quitar sin que la casa se caiga, pero eran necesarios para que quedase una
unidad muy compacta. Para llegar a eso, primero me pasé un año entero puliendo
la estructura de lo que iba a escribir. No quería llegar a la página 200 y
descubrir que no sabía cómo continuar. A la escritora la liberé el segundo año,
primero trabajó la guionista.
8. ¿Cuáles son sus libros
imprescindibles? ¿Aquellos que le han hecho vibrar?
Hay
muchos, demasiados. Recuerdo que con nueve años me regalaron ocho libros por mi
cumpleaños para leer durante todo el verano. Tres días más tarde ya me los
había leído, y mi abuela andaba muy preocupada porque decía que si leía tanto
se me iba a “pasar la rosca”. Con esto quiero decirte que he leído más libros
en mi vida de los que pueda recordar. Mi primera novela adulta, “La iguana”, de
Vazquez Fiqueroa, tal vez era demasiado brutal para una niña de once años, pero
la leía a escondidas para que mi padre no se diera cuenta de que se la había
robado de su biblioteca. Después llegaron “Océano”, “Yaiza” y “Maradentro”, del
mismo autor, mágicas e inolvidables. Tuve épocas de realismo sucio con
Bukowski, Henry Miller, James Ellroy. Otras donde me dio por leer los nueve
libros de la “Historia” de Heródoto, los “Anales” de Tácito, la “Historia
Natural” de Plinio, incluso a César y su “Guerra de las Galias”, aunque fuera
un panfleto político para justificarse. Era como hacer un viaje en el tiempo y
meterme en la cabeza de alguien que vivió hace dos milenios y ver con sus ojos
el mundo de entonces. Imagino que me sirvió para meterme en la cabeza de los
longevos tiempo después. Avanzando más en el tiempo, me quedo con “El gran
Gatsby” de Scott Fitzgerald, “La vieja sirena” de José Luis Sampedro,
“Mitología de Nueva York” de Vanessa Monfort, “El tiempo entre costuras” de
María Dueñas, “Un trago antes de la guerra” y cualquiera de la serie de Patrick
Kenzie de Dennis Lehane. De los leídos últimamente, “El legado”, de Blanca
Miosi me ha impactado mucho y “En un rincón del alma”, de Antonia J. Corrales
ha sido de esos que empatizas con la protagonista y no lo sueltas hasta la
última página.
9. Usted decidió publicar
en Amazon y ha logrado llegar a los primeros puestos de venta en varias
categorías. ¿Cómo lo logró?
Desde el primer momento he
buscado a los lectores en las redes sociales, y contesto a todos uno a uno,
aunque no sea lo más viral desde el punto de vista del marketing, así que yo
creo que están siendo esa primera oleada de lectores los que están haciendo la
labor de prescriptores en los medios, a base de subir opiniones, compartir los
enlaces de “La saga de los longevos” en sus muros, y retuitear una y otra vez
el contenido que les atrae del Twitter de los longevos.
10. ¿Cree que los libros digitales son el futuro?
Creo que son el presente
inmediato, y no estoy diciendo con ello que el libro en papel sea el pasado, ni
mucho menos. Creo que en pocos años convivirán cómodamente ambos formato, uno
en una curva descendente, y otro en una curva ascendente. Y me explico: la
experiencia que veo entre la gente que tiene un Kindle es que compra muchos más
libros que antes. Para ese porcentaje de población muy lectora que antes tenía
que decidir entre las dos, tres o cuatro novelas que compraba al mes por una
cuestión de presupuesto, ahora se ha abierto un mundo nuevo con la llegada de
los ebooks, ya que facilitan la compra por impulso. Ya no te piensas tanto si
comprar una novela con una extensión de 700 páginas, como es el caso de “La
saga de los longevos”, si el precio es 3 euros. Ya ha dejado de ser el
desembolso del mes.
11. ¡Véndame La Saga de los Longevos! ¡Quiero
admirar sus dotes de marketing!
Eso es sencillo, pero no voy a
hacerlo yo, sino los lectores reales de Amazon, que tienen fama de exigentes:
Pincha
en el enlace de Opiniones, y podrás comprobar que la novela no “gusta”, sino
que “engancha”.
No es
normal que el tiempo medio de lectura de una novela con esa extensión esté
siendo de tres días, la mayor parte de ellos entre semana, con la vida tan
ocupada que llevamos. Eso quiere decir que la gente se la compra, empieza a
leerla por la noche, no puede soltarla y se va a trabajar, y en tres sesiones
maratonianas se la acaba.
Eso es
lo que me ha llegado desde el primer día, no solo las opiniones que ves en
Amazon, sino varios cientos (se dice pronto) de mensajes privados de lectores que me han escrito espontáneamente para contármelo y que
no puedo hacer públicos por una evidente cuestión de privacidad. En seguida me
di cuenta de que con esta novela está pasando “algo”, en marketing lo llaman el
“elemento diferencial”, y eso ocurre pocas veces. En este caso, cada lector se
está quedando con el género que más le atrae de ella, creo que a eso se debe el
éxito que está teniendo en perfiles tan variados de lector: de novela
histórica, de novela romántica, de ficción contemporánea o amantes del género
de los inmortales.
12. Para una persona como yo, que está preparando uno de sus
libros para publicarlo en Amazon, ver cómo ha logrado tirar adelante el
proyecto usted sola es una fuente de confianza. ¿Qué consejo me puede ofrecer
para emular ni que sea remotamente su éxito?
En tu
caso, la calidad literaria ya está contrastada, así que el consejo de que
prepares bien la novela está de más. Respecto al día después de subir tu ebook
a Amazon, te diría que te relaciones con los lectores, detrás de una pantalla
está otra persona a la que le gusta la literatura tanto como a ti. De verdad,
no hay trucos ni secretos. Como digo, una vez que tu libro esté en Amazon, lo
importante van a ser ellos.
13. ¿Cómo se plantea el
futuro? ¿Escribiendo otras novelas? ¿Publicando en papel? ¿Repitiendo en
Amazon?
No me planteo mi futuro
literario, tengo una vida laboral ya establecida al margen de la escritura e
iré tomando decisiones según se vayan presentando los acontecimientos.
Respecto
a publicar en papel, entiendo que más pronto que tarde va a ocurrir, ya que si
extrapolamos el éxito de “La saga de los longevos” -con solo mes y medio de
recorrido, una sola persona detrás de la
promoción y que se ocupa de ella las pocas horas libres que le quedan por la
noche, y en un canal tan reducido como son los lectores de Kindle en
España- a una edición impresa y
disponible en librerías, tiene muchos números para cautivar a miles de
lectores.
En todo
caso, aunque no ocurriera, mi ego literario está más que satisfecho porque he
medido la calidad de la novela con los lectores reales, y las críticas han sido
hasta ahora entusiastas. Quiero decir que, por mi parte, he hecho todo lo que
tenía que hacer por la novela y humanamente no doy para más. Todo lo que está
ocurriendo ahora mismo ya es mérito de la novela y de los lectores.
14. Por último, tras
agradecerle su dedicación, me gustaría que sintetizara en una única frase qué
le aporta esta profesión.
Evasión,
sin duda. Veo la vida desde una perspectiva más atemperada desde que creé a los
longevos.
Tengo
que agradecerte la oportunidad que me has dado de contestar estas preguntas. He
disfrutado mucho la entrevista, y me ha hecho reflexionar acerca de temas que
tenía latentes, pero que nunca había tenido la necesidad de expresar. ¡Un
inmenso gracias, querida Pat!
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