Buscando...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Estas últimas dos semanas han sido una locura de buenas noticias literarias, emociones, ilusiones, nuevas portadas y esperanzas en la parte laboral. Aunque la experiencia me indica la necesidad de tomarme cada una de ellas con calma, soy una experta en disparar sentimientos y en casi sentir la victoria. 
Y eso no es malo.
Mi balance en el tema de la búsqueda de trabajo es positivo, pase lo que pase. En estas últimas dos semanas he llegado a cuatro finales y he iniciado un par de procesos nuevos. Ahora solo queda esperar los veredictos cuando hoy realice la última de las entrevistas finales.

Foto de C Technical en Pexels

Buscar trabajo es un trabajo en sí. En cada uno de los procesos pasas por muchas fases, hay que realizar varias entrevistas, pasar los psicotécnicos, preparar informes, contestar cuestionarios, investigar acerca de las entidades, descubrir qué te ilusiona del puesto, buscar ideas para aportar en la entrevista e ir varias veces.
Mi gran debilidad es la de emocionarme demasiado. Cada vez que voy a una entrevista y avanzo en un proceso me paso más tiempo de lo normal buscando información, elaborando planes por si fuera la elegida, imaginándome en ese puesto, ilusionándome…
Ser así es bueno por el entusiasmo, la energía y el empuje si me dan un sí, pero también es arriesgado para mi corazón porque si llega un no la decepción es mayor. Pero ¿quién puede cambiar mi forma de sentir a estas alturas de la película? 

Foto de Pexels

Soy empática, sensible e idealista. Lloro con facilidad. Me emociono con rapidez. Lo doy todo cuando me implico en algo. Y no suelo rendirme. 
Hace muchos años estos rasgos de carácter me hacían desear imposibles, luchar sin medida por alcanzar metas demasiado elevadas, imaginarme en un lugar no destinado para mí. Aprendí a domar esas expectativas, a calibrarlas como es debido, a dimensionar mis esperanzas y a disfrutar de cada paso del camino, sin renunciar nunca a soñar a lo grande.

Ahora sé dónde estoy, qué quiero y qué depende de mí. Aunque nada puede evitarme sentir en estéreo, desear, tener preferencias en un trabajo en concreto, evaluar cada una de las entrevistas en su justa medida y, a veces, pensar demasiado pronto que algo se materializará en un sí.
Tengo mi preferido de todos esos procesos. Sé cuál sí me gustaría recibir, pero al final los cuatro son interesantes y me emocionarían una vez aterrizara en ellos. Y la vida a veces te sorprende con decisiones inesperadas. Así que solo me queda curvar los labios hacia arriba, mostrar mi sonrisa más amplia y esperar un sí. 
¿Llegará? ¿O se quedará en un no detrás de otro? 
¡Feliz día! J  

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Brenda Ortiz (personajes) #Bilogía4ever

8:18 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Se acerca un lanzamiento importante para mí, el de la book box de la #Bilogía4ever, donde encontraréis sorpresas junto a mi querido libro en papel. Estoy muy ilusionada porque es una iniciativa maravillosa por parte de @grupolitworld.
Para mí escribir esas dos novelas fue un viaje alucinante porque me trasladé con la mente al MIT, dibujé en mi imaginación esa habitación de la residencia donde ellos dos se conocen, indagué sobre muchísimas cosas del lugar, me adentré de forma telemática en una cafetería llamada Flour de Boston, en el restaurante chino llamado The Q,  en cada una de las paradas de su roadtrip por la Ruta 66, en la universidad, en la biblioteca, en… ¡Un millón de sitios!


Brenda Otriz es una chica andaluza, de un pequeño pueblo (inventado) cerca de Granada llamado La Laguna. Tiene una gran inteligencia, adora las matemáticas, es luchadora, valiente, sarcástica y mucho más fuerte de lo que Dylan piensa en un principio, a pesar de su pasado.
Llega al MIT desde su pueblecito para conocer una parte esencial de su pasado y para estudiar Matemáticas en la prestigiosa universidad para seguir los pasos de su padre. Y lo hace con ilusión, ganas de salir de La Laguna, de deshacerse de un pasado envuelto en bullying, exento de otros amigos diferentes a su madre y a sus alocadas amigas. Necesita ver mundo, expandir sus horizontes y estar lejos de sus orígenes para encontrarse a ella misma y a alguien más.
No le da miedo embarcarse en esta aventura porque es una chica entusiasta, de esas que intentan encontrar la chispa en cada instante y no dejarse vencer por los acontecimientos ni por las malas experiencias.



Le gusta el café solo y sin azúcar, nada de café americano ni con aderezos. Es adicta a las series de televisión, que suele comentar con el grupo de su madre en un chat, siempre buscando spoilers del siguiente episodio o noticias acerca de nuevas temporadas. Una de sus mayores aficiones es estirarse en la cama con el portátil, los cascos y ver series en modo adicto.
Tiene sus reglas internas, por eso odia ser malhablada, decir palabras malsonantes o escucharlas. Eso es lo primero que le choca de Dy, su predisposición a soltar tacos cada cuatro palabras. 



Nunca ha tenido amigos de su edad ni ha interactuado con un chico más allá de lo habitual cuando ejercía de camarera en un bar de su pueblo. Y es una soñadora porque lleva toda su vida esperando a ese hombre especial con el que experimentar el amor.
Aunque la idea de encontrarlo en Dylan jamás se le habría pasado por la cabeza. Ella se imaginaba en brazos de un chico muy diferente.
No es ingenua a pesar de todo, sabe lo que quiere y no le da miedo enfrentarse a Dylan, aunque también le es fácil perdonar. 
Me gustó crear a Bren, creo que hay muchas chicas que se pueden identificar con ella, entender lo que siente y cómo su relación con Dy la cambia para bien en algunos aspectos, le ayuda a madurar y a entender que a veces la vida no sale como una espera.
Quizá puedan ser felices…
¡Feliz día! J
  

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El brillo de la esperanza

8:18 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy me despierto con la emoción de terminar una semana cargada de instantes alucinantes, con un sinfín de noticias de esas que pueden ser explosivas, brillantes y llenas de emoción, o pueden acabar en nada, en un callejón sin salida, en un final abrupto, pero emocionante.
¿Cómo encaráis esos momentos? ¿Es vuestra esperanza fuerte?
La mía lo suele ser. Soy soñadora, me ilusiono con rapidez y me implico en todo aunque luego no salga. Porque es mi naturaleza, la de sentir esas cosquillas de anticipación en el cuerpo, la ilusión crecer en mi interior cuando un nuevo proyecto puede irrumpir en mi vida.

Imagen de Bessi en Pixabay 

Y me gusta ser así. Aunque a veces la vida me lleva a redimensionar mis expectativas, no renuncio a la esperanza.
La esperanza para mí es multicolor, llena de instantes y de imaginación, de música, de luces brillantes, de fuegos artificiales.
Hay que ver siempre la parte positiva de los acontecimientos. Y vibrar con las posibilidades. Porque es la única manera de disfrutar de la vida, de encontrar pedacitos de felicidad, de sonreír. Y si las cosas no salen como creías, aprietas los dientes, buscas la experiencia positiva de la situación y sonríes. Porque la esperanza necesita de tus sonrisas.

Creer y sentir. Para mí esas son las dos premisas básicas. Creer en uno mismo, en conseguir tus metas, aunque sea a menor escala, en alcanzar esa ilusión trazada, en avanzar  hacia el lugar deseado. Y sentir la magia del camino, ese hormigueo en la piel cuando hay un avance, las mariposas en el estómago cuando recibes una noticia al respecto, la capacidad por imaginarse consiguiendo ese pedacito de cielo. 
A veces basta con experimentar con la mente la consecución de un objetivo, cerrar los ojos y vivirlo, permitir que la esperanza tinte de imágenes y sensaciones la idea de llegar ahí, como si por unos momentos pudieras hacerlo real.
Esperanza. Esa es la base para positivizar, para encontrar la medida exacta de ambición y no dejar nunca de soñar. 

Imagen de Jill Wellington en Pixabay 

Porque la esperanza es eso, soñar, desear, imaginar y sentir. Es dejarse llevar por la ilusión, es volar alto, es sonreír, es caminar por un sendero donde, a pesar de las curvas, solo ves las flores y el cielo azul, brillante, capaz de iluminarte incluso en la más oscura de las negruras.
Así que tengo esperanza. En encontrar un nuevo proyecto laboral de esos en el que pueda volcar toda mi emoción y energía, en encontrar muchos lectores para la maratón de publicaciones que se van a suceder en los próximos meses, para dar ese salto que me guardo en la chistera a nivel literario, que quizá consiga hacerme bailar de alegría en medio de una librería mientras lloro de emoción —si pasa, no me he vuelto loca, solo es mi felicidad y esa parte mía tan emotiva y sensible—, para seguir en la brecha.
¡Feliz día! J

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Lo mejor de mí

7:27 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Una semana más que empieza llena de expectativas, esperanzas, ilusiones... Una de esas donde quizá algún sueño se haga realidad y pueda tocar con mis manos la felicidad. Porque para hacerlo solo falta actitud, la nuestra.
¿Alguna vez habéis sentido que los astros se han alineado para daros un sinfín de momentos? A veces hay que sembrar durante mucho tiempo para ver cómo las ramitas brotan y se afianzan.
Tengo vértigo, esa es la verdad. Tanto que llevo unas semanas dudando de todo, despertándome súper pronto con la mente enredada en las historias, analizando, buscando posibles fallos, repasando cada trocito para ver lo mejor de ella, para alcanzar la perfección. Porque cuesta estar al cien por cien convencida de si funciona…

Foto de Alina Vilchenko en Pexels

He llegado incluso al extremo de repasar una y otra y otra y otra vez cada capítulo, buscando la perfección, esa que es difícil alcanzar porque en cada lectura encuentro nuevas formas de mejorar.
Pero todo es por una buena causa, porque tengo un contrato que me hace muchísima ilusión, porque quiero dar lo mejor de mí para vosotros, porque necesito ver cómo mis chicos crecen y se acercan a vosotros lo más trabajados posible.
Aunque mientras me quede tiempo, seguiré dándole vueltas a las tramas, a los capítulos, a la mejor manera de avanzar en la historia, a cualquier pequeño fallo de coherencia que se interponga en mi camino. Porque quiero aprender, mejorar cada día, ofrecer la mejor versión de mí como escritora.

Quizás en pocos días al fin vuelva a trabajar en algo más aparte de la escritura. Lo echo de menos, a pesar de que en estos meses he ido ejerciendo de correctora, de lectora editorial, de community manager… He aprovechado las oportunidades para no quedarme sin hacer nada, he leído ya ciento ochenta y un libros en 2020 y he disfrutado un montón porque el tiempo libre ayuda mucho a hacer cosas que antes no podías.
Pronto llenará a vuestras manos la box book de Litworld, con sus sorpresas y mi #bilogía4ever. Brenda y Dylan todavía tienen muchísimo recorrido en el mundo literario, han de hacerse mayores, llegar a muchas manos, dejarse acariciar por muchos ojos y acompañaros en la aventura. 
Me hace especial ilusión esta caja. 
Y después… Alba, Amelia y Alonso pueden dar mucho de qué hablar. Cuando escribí 

esta primera novela de la bilogía #PerfumesYacordes estaba viviendo un momento laboral muy difícil, excesivamente emocional. Y tal como soy yo, toda sentimiento, necesitaba un lugar donde volcar esa maraña de emociones difíciles de digerir.
Porque, aunque las decisiones las tomé en frío, tras analizar los pros y los contras, la situación y cada repercusión a mis actos, el dolor se incrustó en mi alma durante bastante tiempo. Y lo vencí escribiendo, dándole vida a estos tres personajes que en la primera novela crecen, se expanden, cambian, maduran y consiguen superar muchos de sus traumas.
Pronto os hablaré más en profundidad de ellos…
¡Feliz día! J

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En una burbuja

7:37 Pat Casalà 0 Comments

 ¡Buenos días! ¿Habéis tenido alguna vez la sensación de estar en una burbuja donde de repente todo sale bien? ¿De poder exprimir la ilusión durante unos días y descubrir esos síes interesantes y a la vez increíbles? 
Llevo casi diez días así, con mil emociones cada día y un sinfín de noticias que guardo en el tintero con una sonrisa. Porque a veces, solo algunas veces, los astros se alinean para traer una racha maravillosa a tu vida.
Vamos por partes…

Foto de Jeremy Perkins en Pexels

Desde que empecé mi búsqueda de trabajo he pasado por muchas fases, todas ellas enriquecedoras porque me han nutrido de experiencias y me han enseñado muchos escenarios posibles, cómo mejorar en las entrevistas, cómo avanzar en algunos aspectos, cómo ser una mejor versión con el paso del tiempo, a encajar noes, incluso llegando a varias finales de larguísimos procesos de selección. Y ha sido tan bonito en el fondo ver cómo superaba fases, cómo me emocionaba al verme trabajando en algunos de esos puestos, que a pesar de no haberlo logrado, me ha reportado muchísimo.
Desde marzo las ofertas decayeron, las entrevistas escasearon, pero jamás he dejado de luchar, creer ni buscar.

Foto by Pixbay

Estas últimas dos semanas he vuelto al ruedo. Estoy en cinco procesos, ¡y todos los trabajos son increíbles! La experiencia me enseña que todo puede pasar, que incluso teniendo cinco, pues todo se puede truncar. Pero es tan emocionante estar ahí… ¡Ojalá esta burbuja no se rompa!
Y luego está la parte literaria, esa por la que llevo muchísimos años apostando, mis libros, mis chicos, mis mundos paralelos.
Ahí también he recibido algunos síes y uno que llevaba tantísimos años esperando que todavía no me lo creo. Es en este instante en el que normalmente aguanto la respiración, cierro los ojos y ruego en silencio que salga bien, que os animéis a conocer a mis chicos, que esa apuesta sea certera.

Foto by Pixbay

Todo esto se traducirá en una maratón de publicaciones en los próximos meses. Y estoy feliz y un poco inquieta también porque son tantos libros en tan poco tiempo…
En una semana saldrá la preventa de la #bilogía4ever en las redes y en la web de la editorial Litworld. Vendrá en una caja con sorpresas. ¡Seguro que va a gustaros! 
En diciembre y en enero va a salir a la venta la bilogía Perfumes y acordes de la mano de eTerciopelo y ayer estuve viendo las pruebas de las portadas. ¡Son taaaaan bonitas! Estas dos novelas difieren un poquito de lo que estáis acostumbrados, ¡espero que os gusten!

Foto by Pixbay

Y, sonido de tambores, ¡he firmado un contrato con una gran editorial! Todavía no lo puedo contar en voz alta ni tengo fechas ni nada, pero no tardará demasiado en producirse. Quizá febrero o marzo… Holly y Clark vienen pisando fuerte con la primera novela de la Serie Little Falls. 
Lo sé, mucha publicación en poco tiempo, pero también mucha ilusión, un sinfín de emociones. ¡Espero que me acompañéis!
¡Feliz día! J  

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¿Drama? ¿Sufrir? ¿Final feliz?

7:27 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Llega otro lunes… A veces cuesta empezar la semana, seguir inmersa en la misma rutina, no sentir cómo me envuelve una eterna rueda donde todo regresa y se desarrolla rodando en círculos, llevándome al mismo lugar una y otra vez.
Hace muchos años creía que había algo esperando al otro lado, una piedra que detendría la rueda para traspasarme a una mayor, donde mi mundo se ensancharía dándome algo grande. Porque esa otra rueda estaba a la vuelta de la esquina, una a la que nunca llegaba.  
Pero el tiempo pasó y trajo consigo una redimensión de los sueños, una realidad aplastante y una capacidad increíble para adaptarme. Porque de eso los humanos sabemos un montón, de aprender a lidiar con las situaciones y ser capaces de ilusionarnos con el momento, hallando sonrisas en cualquier instante. 

Foto de freestocks.org en Pexels

Así aprendí a buscar la emoción en la rutina, a dejar volar mi imaginación, tanto leyendo como escribiendo, a no desfallecer y a encontrar lo mejor de lo peor. Siempre. Porque en la más abrupta oscuridad siempre hay luz, solo hemos de abrir el alma para verla.
Escribir y leer son mis mayores pasiones. Porque me aportan esa chispa de la vida capaz de llevarme a otros mundos, de estremecer mi corazón, de romperlo, recomponerlo, astillarlo, expandirlo… Las emociones se arremolinan en él porque leer y escribir es sentir.
Ya de niña me decanté por un tipo de lecturas, igual que me sucedía con las películas o las series. 

Foto de Rahul Pandit en Pexels

¿Sufrir? Vale, siempre que sea por amor. Porque ya hay demasiado dolor en la vida como para ir a ver o leer algo triste y que me rompa de forma angustiosa. Y a veces leo algunos libros o veo algunas películas que me duelen demasiado, me hieren, me destruyen. Porque a sensibilidad creo que no hay quien me gane. Y no, no quiero eso en mi biblioteca ni en mi fonoteca. En eso consiste el derecho a elección, en la capacidad de decidir qué queremos leer o ver en el cine.
¿Final feliz? ¡Joder, sí! ¡Siempre! Quizá por eso escribo romántica y no drama. Porque a pesar de las vicisitudes de los personajes, de quizá sus pasados dramáticos, incluso de sus traumas, quiero hacer el viaje con ellos para llegar al país de los unicornios, de esos que cagan purpurina y caminan en un mundo de nubes multicolores cerca del arcoíris.

Foto de Daria Shevtsova en Pexels

¿Drama? El justo para acabar arrancándome una sonrisa, el necesario para entender a los personajes, sufrir un poquito y acabar viéndolos juntos al final, con esa sensación de que van a ser el felices para siempre. Porque con la dosis justa me ayuda a hacer latir mi corazoncito y se apodera de mi alma.
¿Mi mejor género? El NA (new adult), sobre todo distendido, con situaciones en las que me engancha saber cómo avanza, cómo se juntan, cómo sienten y con esa ansiedad por el primer beso, el primer te quiero, su primera vez…
A veces hay gente que me tacha de rosa pastel, pero bueno, vale, compro el unicornio rosa si después de leer un libro me siento atrapada en una espiral de sonrisas y sensaciones.
Porque cada uno debemos elegir nuestro género.
¡Feliz día! J   


 

 

 

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¿A qué huele la nostalgia? #PerfumesyAcordes

11:11 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy me apetece compartir con vosotros una de las noticias que tengo guardadas en el tintero, aunque de momento solo puedo adelantaros algunas cositas porque todavía no tengo la portada. Pero mi bilogía Perfumes y Acordes (link al tablero de Pinterest), verá la luz con eTerciopelo en diciembre y en enero. Y después… ¡Pues habrá una sorpresa! Pero de momento vamos a conocer a Alba, Alonso y Amelia.
El primer libro de llama ¿A qué huele la nostalgia? Y ese título responde a la profesión que Alba quiere ejercer de mayor. Perfumista. 

Foto de Elly Fairytale en Pexels

En esta novela Alba se enfrenta a una destrucción total de su mundo, a un cambio radical y a la necesidad de apoyarse en su gran amigo de toda la vida, Alonso, mientras su tía-abuela Amelia debe afrontar su pasado y encontrar la forma de avanzar para recuperar su vida.
No es una romántica como las de siempre, es más sentimental, más intimista, más un mapa de emociones que un tiovivo de enganche total. 
Me encantaría compartir con vosotros algunas partes de este libro, en las que Alba y Alonso hablan se preguntan a qué huele algo en concreto. Porque ellos son así, les gusta buscar la banda sonora y el aroma del momento…
 



«—¿A qué huele la ilusión? —pregunta en un susurro.
—A fresas con nata, a un toque de canela con miel, a la tierra recién arada, a los tomates frescos, a romero, al agua del río.
—¿Y a chocolate?
—Bueno, ya sabes que yo prefiero la fresa».
 

Foto de Kaboompics .com en Pexels

«—¿A qué huelen hoy las sonrisas? —pregunto.
—A palomitas de maíz con toques de gominola y a la brisa fresca de la noche, envuelta en los aromas de la encinas del bosque cercano.
—Ese perfume no se lo pondría nadie. —Arrugo la nariz en un fingido gesto de desagrado—. ¡Menuda combinación!
—Bueno, pero nos recordaría a este momento. Además, ya que te has gastado una parte importante de nuestros ahorros, podríamos convertirlo en un recordatorio de que a veces vale la pena dar un pasito atrás para disfrutar de un alto en el camino».
 
«—A mí el dolor ahora me huele a humo, ceniza, escombros, culpabilidad».
 
Foto de Nick Bondarev en Pexels

«—¿Recuerdas cuando me confesaste que tus sueños de futuro huelen a perfume? —Asiento con nostalgia de ese instante en el que le confesé mis deseos más íntimos y él me propuso etiquetar cada momento con un aroma—. Los míos huelen a sudor, humanidad, gente apiñada bajo el escenario del Palau Sant Jordi. Y suenan con acordes de rock, una guitarra eléctrica, un teclado, la batería y mi voz, acompañada del multitudinario público coreando mi canción.
—Es un sueño precioso.
—Como el tuyo.
—Ojalá se cumplan algún día y podamos mirar atrás sonriendo, pensando en cómo tú lo miras todo a través de la música y yo busco su alma en los aromas que quiero guardar para siempre en frasquitos de cristal, etiquetados con el nombre de un instante».
 
Pronto os daré noticias…
 
¡Feliz día! 

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¿Alguna vez has preguntado dónde se compra la paciencia?

10:01 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Durante años esperé muchísimo de la vida literaria, me pasé horas desperdiciadas al lado del teléfono, refrescando el mail una y otra vez, con esa sensación acuciante de cuando no llegan noticias y tú tienes la necesidad de leerlas, de tenerlas, de descubrirlas.
En como si tu alma estuviera en modo ansiedad, como si la necesidad de que algo grande ocurriera te aplastara con su punzante agijón, instándote a mirar el móvil sin parar, a suplicarle que suene, a pasarte el día con la sensación de que falta algo importante por llegar, pero nunca lo hace.

Foto de Keenan Constance en Pexels

Me recuerdo preguntando muchas veces: ¿dónde se compra la paciencia?
Tardé un tiempo en entender que la paciencia es una virtud y no se compra en ningún lugar. Solo nosotros podemos aprender a dominarla, a dejarla entrar en nuestras vidas para ayudarnos a sobrellevar las esperas.
Desde entonces he capeado los temporales de ansiedad en ese sentido, he crecido, he entendido la importancia de apreciar cada paso del camino y de nutrirse solo de la parte positiva, aprovechando los momentos para captar el máximo de felicidad posible.
Esperar es una mierda. Lo sé. Lo era entonces y lo sigue siendo ahora. Pero ¿hay alguna manera de cambiar las cosas cuando no depende de ti? La respuesta sigue siendo no.

Así que a pesar de estar en un instante de mi vida donde las esperas vuelven a ser mi realidad, ya no me inquietan ni me hacen vivir pegada al teléfono ni con esa sensación de estar a punto de recibir esa llamada que cambiara mi vida.
¿Puede pasar? ¡Claro! Y quizá un día, cuando suene el teléfono, traerá noticias de esas que me harán llorar de emoción.
El quid de la cuestión está en no dejarse arrastrar por esa ansiedad absurda en la que me internaba hace muchísimos años. Porque mi lema es hacer el máximo posible para alcanzar lo deseado y no agobiarme por aquellas partes que escapan a mi control.

Foto de NikAff en Pexels

¿Tengo momentos de debilidad? ¡Por supuesto! Quien diga que no las tiene no es humano. Pero no me hacen daño ni me abocan a pasarlo mal porque con los años he domado esa impulsividad hasta convertirla en algo positivo.
Disfrutar de cada momento. Creo que se trata simplemente de eso. 
¿Tengo ambiciones y sueños? ¡Siempre! Es la base de la ilusión, pero sin dejar nunca que me ahoguen. 
Espero con paciencia…
¡Feliz día! 

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En toda oscuridad hay luz

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! La vida sigue con su camino hacia un futuro incierto, hay demasiado ruido a causa del virus, demasiada incertidumbre, demasiados condicionantes para hacernos sentir ansiosos por la falta de seguridad para afrontar con maestría los próximos años. Pero, aun así, es importante encontrar la positividad en cada escollo porque es lo único que nos queda para no perder la sonrisa ni las esperanzas ni la ilusión.
A veces te pierdes, te fundes en una bruma donde solo puedes ver oscuridad. Y solo encuentras la luz cuando algo te ayuda a abrir los ojos y te das cuenta de que incluso en la peor de las negruras existe el color.

Foto de Ahmed Aqtai en Pexels

Ser una persona empática y sensible es una bendición y a la vez una lacra. Porque sientes en estéreo, amplificas cada sensación y la haces tuya, siendo capaz de llorar, reír, enfadarse, incluso sollozar como una tonta con un libro, una película o las situaciones en la vida real. 
Es bonito, a mí me encanta sentir con esa viveza porque me aporta todo un mundo de emociones, me enseña a estar cerca de los demás, a abrirme, a formar parte de sus vidas, a soñar y a hacer reales por un instante a los protagonistas de una novela, película, serie…

Siempre he creído que esa es la cualidad más destacable a la hora de escribir, el poder sentir, el ser capaz de entrar de verdad en la mente de unos personajes inventados, pero a los que dejo cobrar vida en el papel y en mi mente hiperactiva.
Pienso en ellos en mis ratos libres, al despertarme por la mañana, al irme a la cama, mientras ceno, cuando miro la tele… Siempre he sido muy capaz de compartimentar mi mente, de ser multitarea, de pensar en dos y tres cosas a la vez sin perder el hilo de ninguna. 
Vale, esa capacidad me afecta al sueño, pero también a la ilusión porque consigue rebajar el estrés y darme una salida momentánea cuando las responsabilidades se me amontonan. Es como una brizna de aire fresco que suele funcionar mejor incluso que salir al aire fresco a fumar como hacen algunos o bajar a hacer un café.

Foto de Chris John en Pexels

Durante la mayor parte de mi vida he compaginado trabajos muy exigentes a nivel de concentración y de responsabilidad con la escritura. Y nunca ha sido un problema porque no colisionan las actividades entre sí, soy totalmente capaz de separarlas y dar todo de mí en cada una.
Desde hace un año mi vida cambió, y estos meses me han aportado una nueva visión de la escritura, he madurado en ella, he aprendido a dudar, a reescribir, a releer muchísimas más veces, a evaluar de forma diferente mis avances, a caminar en doble sentido. 
Esta ha sido la parte positiva de quedarme sin trabajo, el aprender a corregir constantemente, a repasar cada escena, a valorar cada paso mirando hacia atrás y regresando a los detalles. Es algo que una vez conseguido ya no se pierde y el día que vuelva a trabajar no abandonaré. Porque volveré a compaginar mis dos mundos con efectividad y a la hora analizaré los avances en las novelas desde un ángulo diferente.
¡Feliz día! J   

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