Buscando...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Estas últimas dos semanas han sido una locura de buenas noticias literarias, emociones, ilusiones, nuevas portadas y esperanzas en la parte laboral. Aunque la experiencia me indica la necesidad de tomarme cada una de ellas con calma, soy una experta en disparar sentimientos y en casi sentir la victoria. 
Y eso no es malo.
Mi balance en el tema de la búsqueda de trabajo es positivo, pase lo que pase. En estas últimas dos semanas he llegado a cuatro finales y he iniciado un par de procesos nuevos. Ahora solo queda esperar los veredictos cuando hoy realice la última de las entrevistas finales.

Foto de C Technical en Pexels

Buscar trabajo es un trabajo en sí. En cada uno de los procesos pasas por muchas fases, hay que realizar varias entrevistas, pasar los psicotécnicos, preparar informes, contestar cuestionarios, investigar acerca de las entidades, descubrir qué te ilusiona del puesto, buscar ideas para aportar en la entrevista e ir varias veces.
Mi gran debilidad es la de emocionarme demasiado. Cada vez que voy a una entrevista y avanzo en un proceso me paso más tiempo de lo normal buscando información, elaborando planes por si fuera la elegida, imaginándome en ese puesto, ilusionándome…
Ser así es bueno por el entusiasmo, la energía y el empuje si me dan un sí, pero también es arriesgado para mi corazón porque si llega un no la decepción es mayor. Pero ¿quién puede cambiar mi forma de sentir a estas alturas de la película? 

Foto de Pexels

Soy empática, sensible e idealista. Lloro con facilidad. Me emociono con rapidez. Lo doy todo cuando me implico en algo. Y no suelo rendirme. 
Hace muchos años estos rasgos de carácter me hacían desear imposibles, luchar sin medida por alcanzar metas demasiado elevadas, imaginarme en un lugar no destinado para mí. Aprendí a domar esas expectativas, a calibrarlas como es debido, a dimensionar mis esperanzas y a disfrutar de cada paso del camino, sin renunciar nunca a soñar a lo grande.

Ahora sé dónde estoy, qué quiero y qué depende de mí. Aunque nada puede evitarme sentir en estéreo, desear, tener preferencias en un trabajo en concreto, evaluar cada una de las entrevistas en su justa medida y, a veces, pensar demasiado pronto que algo se materializará en un sí.
Tengo mi preferido de todos esos procesos. Sé cuál sí me gustaría recibir, pero al final los cuatro son interesantes y me emocionarían una vez aterrizara en ellos. Y la vida a veces te sorprende con decisiones inesperadas. Así que solo me queda curvar los labios hacia arriba, mostrar mi sonrisa más amplia y esperar un sí. 
¿Llegará? ¿O se quedará en un no detrás de otro? 
¡Feliz día! J  

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