Pequeñas cosas cotidianas
¡Buenos días! ¿Qué es la esperanza? ¿La felicidad? ¿La ilusión? A veces nos empeñamos en buscar las respuestas en los lugares equivocados, en alentar nuestros corazones con metas imposibles y permitir que la sensación de fracaso se ate a ver cómo otros alcanzan nuestros sueños. Pero si lo analizamos, también podemos encontrar emoción en cada recodo del camino, mirar adelante con esa sonrisa real que nos proporciona ser conscientes de las pequeñas cosas cotidianas que nos conducen por el sendero de la vida para colmarnos de esperanza y satisfacer nuestros anhelos.
Escribir romántica para mí es buscar la chispa de los sentimientos en cada personaje, otorgarles la capacidad de amar, sufrir, odiar, querer, llorar, reír… Y entender a dónde conduce el viaje de su existencia —y de la de cualquiera de nosotros—, la importancia de recorrerlo con la mente abierta a los detalles, a esas simplezas capaces de alimentar a nuestros anhelos. Son mapas de emociones. Mundos paralelos construidos a partir de una idea, de una esencia, de un sentir. Los hay de todo tipo, sondeo lo conocido y lo inexplorado por mí, deambulo por caracteres cercanos a mi forma de ser y fáciles de escribir y por otros que me son tan ajenos que necesito una fuerte dosis de empatía para ponerme en su piel y transmitir al papel sus reacciones sin cometer errores de base. Como escritora quiero alcanzar la máxima verisimilitud. Como lectora, no me gusta encontrar personajes sin una coherencia en sus acciones y pensamientos.
Una de mis aficiones al terminar una novela es buscar esas frases con significado que he dejado escritas, esas donde hablo del amor, las relaciones y la parte más íntima de un protagonista. Y luego las convierto en promociones, las uno a imágenes, las doto de alma. Porque al final las palabras no son más que un reflejo de nosotros mismos, de nuestro sentir, de mi imaginación, de aquello que le traspaso a los moradores de mi inspiración. Personas ficticias que a veces son mis compañeros de viaje y traspasan los confines de la imaginación para convertirse en algo más.
Os dejo algunas de esas frases, si alguna vez pasáis por aquí y os apetece, podríais escribir las vuestras, pensar en alguna que sintetice un pensamiento, explorar vuestro corazón y ver por qué late y qué lo hace expandirse, encogerse, palpitar… ¿Qué sería de nosotros sin emociones? ¿Sin palabras? ¿Sin instantes?
¡Feliz día!
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