Los cuentos con final feliz sí existen

7:07 Pat Casalà 0 Comments

       ¡Buenos días! A veces la vida te sorprende con agradables noticias de personas a las que quieres. Es bonito escribir romántica y saber que el romanticismo existe en la vida real, no solo en las páginas de mis novelas.
        Y sí, el amor existe en todas sus facetas, es uno de los sentimientos más poderosos del planeta, capaz de arrasar con las ideas de una persona para convertirla en otra.
       


       En mi familia se ha sucedido los momentos duros durante unos años. ¿Qué probabilidad existe de perder a dos cuñados en poco menos de dos años? ¿Uno de cada rama de la familia? ¿Jóvenes y con toda una vida por delante? Es baja, muy baja.
        Pero sucedió.
        Cuando nos enseñan las estadísticas de algo siempre me decanto por ver la baja probabilidad de que algo suceda. Si es casi inexistente yo siempre veo el vaso medio lleno y me imagino que a mí no me pasará lo malo. Es mejor ser optimista…
       

        El tiempo pasa y muchas veces me quita la venda de los ojos para mostrarme una realidad diferente. Hay veces que un cúmulo de posibilidades casi improbables me llevan a un lugar inesperado. A mí o alguien cercano.
        Mi hermana perdió a su pareja a los treinta y dos años, tras una cantidad inaudita de sucesos dignos de formar parte de una película de Almodóvar. Cruzó la línea de la probabilidad casi imposible y se quedó sola.
    


         Su empuje, su manera de desafiar a la adversidad, a cada una de las bofetadas de la vida y a los malos momentos es un ejemplo a seguir. No se hundió, no se dejó vencer por la desesperación y salió a flote con entrenza, a pesar de la impotencia, la rabia y el dolor.
        El tiempo le ha traído un nuevo amor, alguien que la hace sonreír y la llena de ilusión. Todavía recuerdo cuando leía mis novelas y me decía que mi concepto del amor se aleja mucho de la realidad. Incluso afirmaba qué no sucedía nunca. ¡Y zas! ¡A ella también le ha pasado!
      

       Porque los cuentos sí existen. Con la princesa, el príncipe sentado en el caballo blanco y el final feliz. Y es precioso no solo escribirlos, sino compartirlos con personas que se merecen eso y muchísimo más.
       La autora de romántica que vive en mí solo deseaba conocer cada detalle, sin perderme una coma. La escuché con avidez y mil sonrisas. ¡Qué bonito es compartir estos momentos!

       ¡Feliz día! J

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