Los cuentos con final feliz sí existen
¡Buenos días! A veces la vida te sorprende con agradables
noticias de personas a las que quieres. Es bonito escribir romántica y saber
que el romanticismo existe en la vida real, no solo en las páginas de mis
novelas.
Y sí, el amor existe en todas sus facetas, es uno de los
sentimientos más poderosos del planeta, capaz de arrasar con las ideas de una
persona para convertirla en otra.
En mi familia se ha sucedido los momentos duros durante unos
años. ¿Qué probabilidad existe de perder a dos cuñados en poco menos de dos
años? ¿Uno de cada rama de la familia? ¿Jóvenes y con toda una vida por
delante? Es baja, muy baja.
Pero sucedió.
Cuando nos enseñan las estadísticas de algo siempre me decanto
por ver la baja probabilidad de que algo suceda. Si es casi inexistente yo
siempre veo el vaso medio lleno y me imagino que a mí no me pasará lo malo. Es
mejor ser optimista…
El tiempo pasa y muchas veces me quita la venda de los ojos
para mostrarme una realidad diferente. Hay veces que un cúmulo de posibilidades
casi improbables me llevan a un lugar inesperado. A mí o alguien cercano.
Mi hermana perdió a su pareja a los treinta y dos años, tras
una cantidad inaudita de sucesos dignos de formar parte de una película de Almodóvar.
Cruzó la línea de la probabilidad casi imposible y se quedó sola.
Su empuje, su manera de desafiar a la adversidad, a cada una
de las bofetadas de la vida y a los malos momentos es un ejemplo a seguir. No
se hundió, no se dejó vencer por la desesperación y salió a flote con entrenza,
a pesar de la impotencia, la rabia y el dolor.
El tiempo le ha traído un nuevo amor, alguien que la hace sonreír
y la llena de ilusión. Todavía recuerdo cuando leía mis novelas y me decía que
mi concepto del amor se aleja mucho de la realidad. Incluso afirmaba qué no
sucedía nunca. ¡Y zas! ¡A ella también le ha pasado!
Porque los cuentos sí existen. Con la princesa, el príncipe sentado
en el caballo blanco y el final feliz. Y es precioso no solo escribirlos, sino
compartirlos con personas que se merecen eso y muchísimo más.
La autora de romántica que vive en mí solo deseaba conocer
cada detalle, sin perderme una coma. La escuché con avidez y mil sonrisas. ¡Qué
bonito es compartir estos momentos!
¡Feliz día! J
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