Día de locos
¡Buenos días! Ayer fue un día de locos, con reuniones
interminables, momentos de ansiedad y el descubrimiento de una serpiente en mi
terraza, seguido de las bromas de mi marido.
A veces deberíamos pensar cómo optimizar el tiempo laboral
para acabar el trabajo a la hora. Ayer fue uno de aquellos días de nervios,
estrés, instantes agobiantes y mil personas que necesitaban hablar conmigo, sin
dejarme pasar por mi mesa para acabar mis tareas…
Cuando terminó la jornada laboral tenía la sensación de que no
había trabajado nada, solo solucionado problemas dispares. Aunque en realidad
de eso se trata una parte importante de mi trabajo, de aportar soluciones,
mediar en algunos asuntos, planificar estrategias para no repetir los errores,
diseñar los procesos administrativos para contabilizar de manera eficiente cada
actividad de las siete entidades que llevo, rentabilizar el uso de los
recursos, previendo los momentos de estrés de tesorería para aportar soluciones
y hacer un seguimiento presupuestario por áreas de negocio y entidad tras
elaborarlos con cada uno de los responsables.
Por suerte tuve una comida genial con un antiguo compañero de
trabajo. Me trajo un ejemplar de El
secreto de las cuartetas para firmar y estuvimos charlando acerca de su trayectoria
tras salir de mi empresa hace cuatro o cinco años. ¡Es tan bonito recordar
viejos tiempos encontrándose con viejos amigos!
A media tarde mi marido me llamó con la noticia de que el
jardinero acababa de sacar una serpiente de mi terraza. Vivo en un bajo y tengo
varios parterres con plantas. Se ve que hay un nido de pájaros en la enredadera
y una serpiente se había colado para comerse a uno.
¡Ufff! Con el miedo que me dan a mí esos bichos… Y mi marido
se pasó un buen rato haciéndome bromas por WhatsApp… Cuando llegué a casa cerré
todas las ventas a cal y canto para evitar que un reptil indeseado entrara en
el salón. ¿Os imagináis? ¡Eso sí sería de novela!
En fin… Una vez conseguí relajarme me senté en mi súper sillón
armada con el Mac y mis deseos de corregir. Me sumergí en el mundo de Steff y
Swan, con las notas mentales de mi conversación con mi beta y las ideas claras
de dónde sumar historia y cuáles eran los diálogos a los que atacar. Dos noches
de poco sueño me programaron para trabajar con rapidez.
Espero terminar la corrección este fin de semana para dejar la
novela a la altura de las expectativas de los lectores. Quizás la escribí
demasiado rápido y no vi algunos flecos, ¡pero Steff y Swan me encantan! ¡Se
merecen una historia genial!
¡Feliz día! J
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