Respira
¡Buenos días! Cuando el nivel del agua te ahoga has de
buscar la forma de salir a respirar. Porque a veces nos hundimos en un lugar
donde tocamos de pies al suelo y hay una forma perfecta de cambiar de rumbo, de
encontrar una vía de escape, de caminar hacia la orilla para dejar atrás ese
mar.
Arriesgarse tiene sus peligros y en ocasiones puede
reportarte una gran recompensa, pero en otras descubres que no lograrás nunca
alcanzar las metas o cuando las alcanzas algo te hace zozobrar y dar un paso
atrás.
Es entonces cuando has de pararte un segundo, deshacerte de
los sentimientos desbocados y respirar. Porque el aire entrando en los
pulmones, llenándolos y saliendo de tu cuerpo con tranquilidad consigue serenarte
y entonces te das cuenta de que nunca debemos mirar solo al frente porque el
camino recorrido también es importante.
Quizás ahora nuestros pasos sean hacia un lugar donde no
queríamos llegar, pero durante los años anteriores hemos podido sentir las
esperanzas circulando por nuestras venas, la ilusión de crear algo precioso, de
ser parte de ese mundo, de delinear algunas pequeñas líneas correctas hacia la
meta.
Y eso vale todo el esfuerzo, la ilusión y el esfuerzo. Porque
cada experiencia te da un gran bagaje y te aporta demasiadas cosas bonitas para
no observarlas con cariño.
La vida a veces hace un alto en el camino, te muestra
encrucijadas y te da las pistas necesarias para indicarte que ha llegado la hora
de tomar otro sendero. Porque no todo es para siempre.
La magia está en no perder nunca la sonrisa ni la emoción
por lo vivido, en quedarse con la parte buena de las experiencias y tirar de
ella hasta que conforma un perfecto recuerdo que siempre está ahí para guiarte.
¿Quién sabe qué te depara el destino?
Puedes llegar a un puerto deseado o encontrarte en otro que
te sorprenda. Y en ambos puedes ser feliz, puedes caminar con una sonrisa,
mordiéndote el labio con una sonrisa radiante. Porque la chispa de la emoción
se encuentra en cada paso, en cada momento, en cada instante.
Últimamente me he dado cuenta de lo verdaderamente
importante, de aquellos momentos que quiero conservar en la memoria, de los
giros emocionantes de mi vida, de las vivencias que me han hecho feliz.
No quiero dejar nunca de apostar por un futuro mejor porque aunque
a veces se pierde, otras se gana lo suficiente para no rendirse jamás.
¡Feliz día! J
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