Leer y escribir
¡Buenos días! Hay momentos en los que me doy cuenta de cómo ha cambiado mi percepción de la vida en estos años, de cómo a veces un bache en el camino acaba dándome una nueva perspectiva y me ayuda a avanzar. Porque cuando estamos inmersos en un mar de estrés no somos capaces de ver la luz del sol penetrando entre la bruma.
Un año en busca y captura de un nuevo reto profesional me ha servido para encarar de una forma distinta la vida, una más serena y feliz.
Hay tanto por lo que estar agradecida… Y más en momentos como este, cuando la pandemia está arrasando muchas de nuestras rutinas, barriendo la capacidad económica de mucha gente, cambiando nuestro mundo.
Ir a trabajar ilusionada por el día, pero sin dejarme abrumar por la cantidad de tareas pendientes, es liberador. Trabajo mejor, llego a más y me implico cien por cien de otra manera. Y me gusta mucho aprender, disfrutar, caminar hacia una mejor versión de mí misma y de mi nuevo puesto.
Mis dos grandes pilones este año han sido la lectura y la escritura.
He leído ciento noventa y dos libros este 2020. Y espero que de aquí a final de año suba un poquito más el marcador. Incluso en algunos meses leía un libro al día, y he releído un montón de sagas de esas que necesitan de una continuidad lectora para no perderse detalle.
Ha sido increíble porque siempre adoraré leer. Es como si pudiera evadirme a otro lugar con la imaginación sin salir de casa.
Cuando me preguntan si papel o digital, solo puedo contestar de una manera: en eReader. ¡Leo tantísimo! Si tuviera que llevar los libros en papel de un lado para otro no me cabrían en ningún lado y acabaría con la espalda destrozada.
Además, el digital no duele tanto en el bolsillo.
Devorar tantos libros me ha ayudado a crecer como escritora porque de ellos siempre extraes ideas, vocabulario, ritmo, sensaciones… Son una fuente inagotable de sentimientos y experiencias.
Escribir ha sido una terapia. En realidad siempre lo ha sido porque cuando me ha inundado la inquietud o los mil entresijos de mi vida, siempre he recurrido a dejar mi mente en blanco de esos temas para llenarla de historias sobre el papel, de personajes, de un mundo paralelo donde la realidad se difumina por unas horas.
He escrito y he corregido un montón porque he descubierto la magia de releer mis novelas, de pulirlas hasta el infinito, de observarlas desde mil ángulos distintos, de ver los fallos y de volver a sentir a los protagonistas.
Ahora voy a recoger los frutos con varias publicaciones. ¡Espero que me acompañéis para siempre!
¡Feliz día! J
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