El sol brillará mañana

7:07 Pat Casalà 2 Comments


     ¡Buenos días! Qué bonito es el sol cuando se decide a aparecer. En días así me viene a la cabeza la canción que cantaba de adolescente: «cuando el día amanece oscuro y triste, alzo la cabeza y digo así: el sol brillará mañana, solo falta un día hasta mañana, ya verás…»
      Mi versión de tomorrow de Anie me acompañaba los días ocursos y brillaba los claros. Era como mi mantra particular, aquel que me ayudaba a descubrir lo maravilloso que hay en cada pequeño momento. Y esta mañana, cuando he mirado por la ventana y he visto que asomaba el sol, me ha venido la canción a la cabeza, como cuando tenía trece años y me pasaba el día tarareándola. ¡Si vi la película una docena de veces!
En el fondo la canción es perfecta para describir mi estado de ánimo. Hoy estoy exultante, pero los días grises me apagan. Y como dice Anie, al día siguiente siempre sale el sol.
       Durante siete años he perdido de vista esa realidad, me he aferrado a unos sueños imposibles y lo he dado todo. Me cuesta ser equilibrada en ese sentido, cuando deseo algo me lanzo de cabeza y no escatimo esfuerzos ni energías ni trabajo. Yo soy de blanco o de negro, no de gris.
        Ahora entiendo que los matices son importantes, que si no escribo un día por falta de inspiración, lo haré al siguiente y que esa necesidad imperiosa de dedicarme exclusivamente a mis libros era una pretensión demasiado elevada para mí.
       Recuerdo constantemente aquella frase que escuché de labios de mi agente hace unos seis años: «lanzar la carrera de un escritor es una tarea larga, a veces se tardan tantos años que cuando lo consigues has perdido la ilusión…» Pues eso es lo que me ha pasado a mí. Ya no me emociona publicar en una editorial grande, ahora todo lo que me importa es escribir.
      Quizás mi esfuerzo de estos años sea el culpable de que ahora me sienta apática en ese sentido. Ya no creo con los ojos cerrados en que mi agente me colocará alguna novela, después de siete años con ella sé que no es fácil y que quizás nunca lo logre. Ya no me levanto por las mañanas con aquella ansiedad que me hacía correr a mirar el email una y otra vez, ya no siento el anhelo de ver mis libros en papel ni el de promocionar los de Amazon ni el de consultar las listas. La ilusión se me ha secado y ahora disfruto con la escritura.
        Cuando luchas con todas tus fuerzas por llegar a tus metas y te pasas tantos años edificando expectativas que luego se derrumban con un soplido lleno de largas e infructuosas esperas, te cuesta volver a levantarlas. Y hay algo que no puedo perder de vista: la publicación de una novela no depende únicamente de mi trabajo.
       ¡Así que a brillar como el día! Esta semana LME está muy paradita… Es que mi cabeza está tramando la siguiente novela. ¡A ver si la desconecto de ella!
       ¡Feliz día! J

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