¿Y tú, cómo escribes?
¡Buenos
días! De verdad que no entiendo estos cambios repentinos de tiempo. Ayer la
lluvia se ocupó de llenar las calles de humedad, el frío volvió a ser el
protagonista y nevó en muchos puntos de España. ¡Pasamos de dieciséis grados a
nueve en cuestión de horas! Hoy hace sol, pero la temperatura es baja.
Siempre
os digo que hay días que me despierto con el pie izquierdo… ¡Ayer fue uno de
ellos! Suerte que el sol brilla al día siguiente y consigo bajar de la cama con
el pie derecho…
¡Un
mal día lo tiene cualquiera! Y más si es uno gris y apático como el de ayer…
Hoy
la sonrisa vuelve a capitanear mi cara, tengo el mismo volumen de trabajo que
ayer, pero ver el cielo azul a través de mi ventana ayuda mucho a sentirse
bien.
Pilar,
no te contesto en el comentario porque es larga la respuesta… Cuando empecé a
escribir lo hice por impulso, llevaba tantos años con el deseo de hilvanar una
historia en el papel que me senté, abrí el Word y tecleé.
La Luna de
Ónixon se
escribió sola. Era tan fácil como dejar volar mi imaginación frente a la
pantalla y darle vida en el papel. Con el corazón en la mano creo que es la más
floja de mis novelas, fue la primera y la vestí con un mundo irreal, el que
dibujaba en mi mente cuando era pequeña y deseaba evadirme de la realidad que
me rodeaba.
He
de admitir que el primer borrador era un tostón. Entre la dislexia y que jamás
había estudiado técnicas de escritura no me fue sencillo dar agilidad a la
redacción. Con los años he aprendido a ser más descriptiva, más detallista y a
hilvanar mejor los párrafos. La novela ha pasado por cinco revisiones antes de
estar a la altura de ser publicada, por suerte ahora ya es amena…
A
La Luna de Ónixon le siguió Géminis y después El Secreto de las Cuartetas. En los tres casos no tomé muchas
notas, aunque sí llevaba una libreta pequeña donde anotaba algunos detalles
relevantes.
En
aquella primera incursión en el mundo de la escritura entendí que no necesitaba
esquemas ni fichas ni nada. Era tan fácil como sentarme y dejar fluir las
palabras. A medida que escribía más novelas fui relegando la libreta y ahora
sencillamente me siento y escribo. Y lo que más disfruto es esa capacidad para
que las tramas tomen forma en el papel dando giros que hasta me sorprenden a
mí.
Y
sí, lo tengo todo en la cabeza, quizás por eso duermo tan mal… Y quizás por
ello escribo una novela en tres o cuatro meses…
Ahora
me toca la primera lectura correctiva de LME mientras mi cabeza se enreda en la
nueva novela a la que llamaremos F. ¡A ver si saco tiempo para tantos
proyectos!
¡Feliz
día! J
Es estupendo poder seguir "en directo" el proceso creativo, Pat.
ResponderEliminarEspero que las fuerzas y el ánimo no te fallen y puedas pronto llevar a buen puerto todos tus proyectos.
Recibe un cordial y cómplice saludo.
Yo también lo espero, Aurea... ¡Te deeo lo mismo!
Eliminar¡Un beso!
:-) Gracias, Pat, por esta respuesta tan amplia y sí, no era para hacerlo en un comentario, se merecía una entrada completa.
ResponderEliminarTe admiro en muchos aspectos y ahora has añadido uno más.
FELIZ día, víspera de viernes (mañana me toca día viajero de nuevo, pero de ida y vuelta, a Madrid, a la presentación oficial de Office 2013... pero seguro que en el AVE encuentro tiempo :-) )
¡Buen viaje Pilar! :-)
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