¡No más incertidumbre!
¡Buenos
días! Como dice Pilar llegó san viernes… Es emocionante saber que mañana no he
de madrugar y que tengo dos días enteros para relajarme y disfrutar del ocio.
Es curioso que para mí lo mejor de contar con tiempo libre sea poder dedicarlo
a la escritura.
Me
gusta trabajar, es algo necesario para que las neuronas descansen unas horas y
me dejen de ametrallar con las historias que cuecen. Aunque mi sueño sigue inalterable.
El deseo de dedicarme únicamente a escribir está ahí, presente en muchos
momentos, pero ahora se ha convertido en una quimera platónica de aquellas que
disfrutas cuando las piensas y no te hacen daño. ¡Soñar no cuesta dinero!
He
reflexionado acerca de muchas cosas estos últimos meses. Sé que las
expectativas que me creaba no eran fruto únicamente de mis deseos y que la
incertidumbre es la peor condena a la que se puede someter a alguien.
Yo
defiendo ante todo el derecho a conocer la realidad, no la ilusoria sensación
de alguna promesa a medias. Prefiero que alguien me diga: no voy a mover esta novela
y me de sus razones que pasarme meses enteros esperando algo que no puede
llegar.
Así
ha sido mi vida durante demasiados años. Esperar, esperar y esperar, siempre con
la sensación de que algo maravilloso estaba a la vuelta de la esquina,
avanzando por la vida con jadeos roncos, ansiedad y siempre corriendo,
alargando la mano para tocar algo que nunca alcanzaba, navegando a la deriva.
Ahora
aquella ilusión infantil de convertirme en una escritora famosa, de pasarme el
día rodeada de libros, escritos y letras, se ha diluido en una realidad maravillosa
y que me ayuda a sonreír cada día. Y el no esperar y no sentir que las cosas
avanzan hacia algún lugar ha apaciguado mi interior. Ya no me duele ver cómo
otras personas logran alcanzar mi sueño ni descubrir que mi carpeta de correo
de entrada está yerma de noticias. Saber que no pueden llegar es la mejor de
las curas para mi espera.
Reivindico
esa necesidad de saber el suelo que piso, de conocer la verdad, de saber a qué
atenerme. Siete años acompañada de incertidumbre me ha secado la ilusión, la
esperanza y la credibilidad en mi trabajo. ¡Acabo de recuperarla y no quiero
volver atrás como los cangrejos!
LME
es una novela que me ha costado poco escribir. No sé cómo consigo que las
tramas acaben cuajando ni cómo logro que algunos capítulos cobren sentido. A
veces pienso que mi cabeza ve un todo que yo no acabo de vislumbrar hasta que
las historias se cierren.
Hay
momentos en los que escribo algo y pienso: «¿por qué he puesto eso ahí?». Ese
capítulo en concreto me hace dudar, no sé si es lógico que esté en ese lugar ni
si hace falta, pero cuando empiezo la revisión y veo el conjunto sé que era
acertado.
Bueno,
voy a seguir soñando con dedicarme a escribir el resto de mi vida y colgar los
números… ¡Un poquito de emoción no hace daño a nadie!
¡Feliz
día! J
Emociona leer tus consideraciones y pensamientos sobre el proceso creativo y cómo has ido madurando en la percepción de tu papel en la literatura, amiga.
ResponderEliminarEl estilo al que te dedicas no es algo cotidiano para mí, Pat, estuve en Amazon y lo comprobé pero es un auténtico lujo poder seguirte y constatar que todos tenemos prácticamente los mismo problemas a la hora de ponernos "a la faena", duro y poco reconocido esfuerzo -al menos en emolumentos :/ - pero que llena con luminosa esperanza nuestro existir.
^_^ Que disfrutes mucho del tiempo libre y ¡feliz escritura!
¡Mil gracias Aurea! La verdad es que con los años el blog se ha convertido en mi diario... Jajajajaja. Al principio quería lectores, ahora solo un lugar donde escribir mis pensamientos...
Eliminar¡Feliz día! :-)
FELIZ SANVIERNES :-)
ResponderEliminar¡Feliz sansábado!
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