Conocernos más
¡Buenos días! A veces nos quejamos de nuestras vidas, de
cómo suceden algunas cosas o de los acontecimientos traumáticos que nos
salpican. Y sí, los hay dolorosos, otros divertidos, incluso felices…
La semana pasada me mandaron un vídeo que me hizo llorar y
reflexionar sobre la importancia de valorar lo que tenemos cerca, de hablar con
la familia, de conocer de verdad a los tuyos y de no dejarse llevar por la
tecnología hasta el punto de no saber lo suficiente de las personas con las que
convives.
En realidad, es difícil llegar al alma de una persona, por
muchas horas compartidas que pases, si no quieres llegar a su interior puedes
quedarte en la superficie sin ahondar para nada en su verdadera historia.
Todos tenemos una forma de ser, somos capaces de vibrar por
algunas cosas y de enfadarnos por otras. En cada persona las emociones se
desarrollan de formas diferentes y no hay dos versiones iguales de una misma
situación porque la vivimos diferente, según nuestro baremo emocional.
Pero, ¿conocemos de verdad a nuestras parejas? ¿A nuestros
hijos? ¿A nuestros padres? ¿A nuestras amigas?
Es difícil contestar a esas preguntas sin formular la más
importante: ¿nos interesa de verdad conocerlos? Porque esa es la cuestión, el
querer descubrir el interior de nuestros allegados y sus deseos de compartir
contigo cada faceta de su personalidad, explicando sus penas y alegrías,
expresando cómo se siente ante algo concreto y cediéndote un pedacito de su
alma a cambio de la tuya.
A veces somos nosotros mismos los que sin darnos cuenta bloqueamos
la posibilidad de darnos a conocer. Muchas veces esa posición responde al miedo
al rechazo, a la sensación de que no van a entendernos o incluso a la necesidad
de encerrarnos en una concha, como si guardar nuestras sensaciones nos ayudara
a superarlas.
Lloré un montón con el anuncio de Ikea, creo que han logrado
tocar la fibra sensible de las personas y me parece emotivo, real, crudo y muy
difícil de aceptar para muchas personas.
Quizás ha llegado el momento de dar a conocer nuestros
interiores sin miedo, a dar un salto al vacío mostrando esa realidad que nos
guardamos para nosotros, a no permitir que el tiempo marchite la posibilidad de
descubrir las maravillosas personas con las que convivimos.
Ojalá al final podamos sentirnos unidos y felices porque
estoy convencida de encontrar un mundo de nuevas y excitantes emociones.
La semana pasada salí esta reseña (enlace) de Cada día te espero a ti en el blog Sabor a Tinta. Me alegro de que se
animen a continuar con la trilogía y de que todavía ahora encuentre lectores
para iniciar la serie.
También hablan sobre Un
último día conmigo en Books for you
(enlace). ¡Me han encantado sus pablaras!
¡Feliz día! J
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