Una sola mirada

9:49 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! El tiempo pasa tan rápido últimamente que apenas tengo espacio para respirar y absorber el aire a mi alrededor.
Hay muchas cosas que quiero cambiar, pero a veces la vida te lleva a un lugar donde es difícil dar marcha atrás con esa naturalidad necesaria para darle un giro a tu vida.
Ha llegado el momento de centrarme en avanzar y trazar un mapa de pasos a dar para saltar al vacío en el momento justo. Porque debo hacerlo.


Ayer una breve conversación con una amiga me dio las pistas para analizar bien una parte de mi escritura. Porque la verdad es que los escritores tenemos una serie de temas recurrentes que plasmamos en nuestros escritos.
Para mí los ojos son el reflejo del alma. Adoraba esa serie llamada Miénteme porque hablaba de cómo las expresiones faciales podían indicar mucho acerca de alguien.
Las miradas contienen una esencia y un sinfín de información acerca de los sentimientos de una persona.


Hasta el más vil de los asesinos tiene emociones, incluso aquellos individuos de apariencia fría y letal conservan un calor residual en sus corazones. Porque somos humanos y sentimos.
Los ojos reflejan esa dualidad en personas que suelen esconder sus pasiones bajo comportamientos inflexibles, son el espejo de nuestro interior, pueden dar un brillo claro o estar apagados, pueden mostrar alegría, tristeza, dolor, ansiedad, felicidad…
Y sí, cuando escribo muchas veces recurro a eso, a la intensidad de una mirada, a cómo unos ojos nos pueden dar pistas acerca de su dueño, de cómo esa mirada triste nos envuelve en un halo parecido a nuestros sentimientos o la alegre nos transite buenas vibraciones.


Hay muchas otras expresiones faciales importantes para interpretar a una persona, pero la más difícil de ocultar es la de la mirada porque por mucho control que tengamos los ojos muestran demasiado.
No sé todavía qué me depara el futuro respecto a mis escritos ni al resto de mi vida, solo que esa sensación de hormigueo en el cuerpo cuando escribo, esa compañía de mis personajes, ese hilo invisible que me conecta con el mundo paralelo me llena de energía positiva e ilusión.
Descubrir la parte profunda de la escritura, recurrir a mis sensaciones epidérmicas para mostrar cómo alguien actúa, convertirme en una titiritera con capacidad de decidir sobre sus destinos es una sensación impresionante.
¡Feliz día! J

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