NDDB, ¡ya a la venta!
¡Buenos días! Llegó el instante en el que Maya y Prometeo
puede irrumpir en vuestros lectores electrónicos y quién sabe, quizás podrían despertaros
algún tipo de sentimiento mientras leéis.
Ya ha salido la primera reseña del libro, de manos de un
blogera a la que le pedí opinión tras finalizar la escritura. Belén nos cuenta
con mucho detalle lo que podéis encontrar en las páginas de esta novela
(enlace). Su blog, Viajera entre páginas,
es muy interesante y os lo recomiendo muchísimo.
No quiero repetirme en mis entradas, aunque escribiendo cada
día es difícil no hacerlo. Pero hay algo
importante para mí resaltar hoy, en medio de la emoción de la publicación, de
la reseña, de la sensación de que poco a poco voy consiguiendo avanzar en el
mundo de la literatura y es la opinión generalizada de mis libros que suelen
plasmar las reseñadoras. Una que me hace muy feliz porque plasma una sensación
mía interior. Hablan acerca de cómo mi pluma les hace entrar en la historia y
sentir como los personajes.
Y sí, como os digo normalmente una novela es un mapa de sentimientos
para acompañar a cada una de las personas que ocupan sus páginas y entrar
dentro de sus cuerpos para vivir sus aventuras.
Porque la lectura para mí es eso, sentirme transportada a otro
lugar, irrumpir en una vida muy ajena a la mía y ser capaz de acariciar esos sentimientos
que traspasan las páginas para ocupar mi cuerpo.
Nunca dejes de bailar es
diferente a mis anteriores novelas porque destila sensualidad dese la primera
página. Además, el misterioso Prometeo me parece el gancho perfecto para querer
desentrañar su historia, para poder sentir cómo deseas averiguar qué esconde y
cómo es ese mundo tan oscuro al que pertenece.
Y Maya es simplemente toda sentimiento. Con esas sonrisas felices,
su ilusión por vivir cada momento con toda la magia que le ofrece y la espontaneidad
de su comportamiento logra traspasar la coraza de Prometeo.
Pero el destino no puede cambiarse y el suyo cambia por ese
encuentro y solo el tiempo tiene la potestad de poner a cada uno en su lugar,
de ver si hay posibilidad de rehacer la felicidad a pedacitos.
¿Podrán hacerlo?
Os dejo a vuestra imaginación el saber cómo trastoca la vida
de ambos ese encuentro casual en Nicaragua y si al final la vida les pone de
nuevo en el camino…
¡Feliz día! J
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