Una presentación y un aniversario

8:58 Pat Casalà 2 Comments


¡Buenos días! Hace tiempo que tengo un poco abandonado el blog, la escritura, la ilusión y un montón de ideas que me asaltan en todo momento. He dejado SUS aparcada, a la espera de que algún día resurja la chispa. Y he empezado una nueva historia, proponiéndome escribir despacio, sin esa intensidad de siempre.
Necesito realmente rebajar el ritmo.
A veces la vida te lleva a lugares donde entiendes muchos comentarios pasados, muchos instantes que han quedado latentes en tu memoria y de repente encajan en tu vida actual.


Escribir es una de las mayores fuentes de emoción para mí. No quiero renunciar nunca a ella y voy a seguir dándole vida a las mil historias que pueblan mi mente. Algunas van a llegar a muchísimos lectores, mientras que otras pueden quedarse en mi disco duro para siempre, pero en ambos casos seré feliz de haber hilvanado esa trama.
El sábado pasado presenté El corazón de Aldabia. Fue una tarde llena de emociones, acompañada de unas personas maravillosas que me llenaron el jarrón de la autoestima hasta los topes y me ayudaron a ver por qué sigo aporreando las teclas sin desfallecer.


Cuando alguien te dice cuánto le ha gustado una historia tuya consigues alcanzar el cielo con las manos.
Fue una tarde increíble. Estuve acompañada de personas interesadas en mis historias, hablamos acerca de Aladi e Isabelle, me hicieron preguntas certeras y como siempre descubrí algunos aspectos desconocidos de la novela.
Siempre he dicho que dos personas leyendo lo mismo no sacan las mismas sensaciones porque cada uno tiene una visión distinta de la historia, a pesar de leer el mismo texto. Y es bonito cuando te cuentan su punto de vista.


Hoy hace la mitad de mi vida que me casé. Tenía veintitrés años aquel martes treinta de abril que me vestí de blanco, con el mismo vestido que mi hija Irene llevó hace un par de años para fotografiar la portada de No puedo vivir sin ti.
Como desde hace ocho años, lo celebramos tú en Hong Kong y yo en Barcelona, pero sigue siendo un momento muy dulce.
Para una escritora de romántica poder vivir en una historia de amor bonita es una satisfacción total.


Estoy recargando las pilas, pasando tardes con amigas, volviendo a leer libros que me enamoran, dándole vueltas a una historia que a priori es diferente a todas las anteriores, con ingredientes no tan románticos y sí más emotivos, buscando la ilusión en las pequeñas cosas de la vida y quedándome con las palabras del sábado y las que me envían las lectoras.
¡Feliz día! J
  

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