Personas que vienen y van
¡Buenos días! Hoy me he despertado más filosófica que otras
veces. Debe ser culpa del día, las nubes no le sientan bien a mi estado anímico.
Odio los cielos encapotados, la sensación de humedad previa a la lluvia, la
oscuridad grisácea y apática de los amaneceres nublados.
En la vida hay gente que viene y va. Personas que nos
acompañan un tiempo y de repente las circunstancias nos separan de forma
irremediable y otras que siempre están ahí, sin perderse ni un instante de tu
existencia.
A veces nos separamos de alguien porque dejamos pasar el
tiempo sin volver a contactar o cambiamos de trabajo, de ciudad, de casa y entonces
nos separa una barrera geográfica. Otras es un acto premeditado.
Recuerdo una frase de la que fue durante diez años mi agente
literaria. «En esta novela, ¿hay personajes que vienen y van? Es importante centrarse
en los protagonistas y darles personas de paso».
Porque en la vida también las hay. Prevalecen unas cuantas
como amigas, pareja, familia, pero las otras pueden ser espejismos pasajeros o asentarse
en tu mundo para siempre.
Las más arraigadas son los padres, los hermanos, los hijos.
Pase lo que pase la familia será eso, familia, y no va a desaparecer de tu cotidianidad.
Siempre estarán ahí.
Pero las amigas, los compañeros de trabajo, las personas que
unas circunstancias determinadas te acercan y los giros de tu vida las alejan,
van a desaparecer de tu realidad aunque te acompañen en la memoria.
Ahora mismo me viene a la mente una frase que me comentó
alguien hace años. En ese instante me dolió por las connotaciones del contexto,
pero ahora le veo un sentido más amplio: «La familia te viene impuesta, pero
los amigos se eligen».
Es cierto, aunque no del todo. Porque a veces no podemos
quedarnos con esos amigos a los que elegimos, la decisión no es unidireccional
y no siempre se logra despertar sentimientos recíprocos en algunas relaciones
de amistad.
También es así en el amor. Tu corazón puede prendarse de una
persona, pero quizás ella no sienta lo mismo. Y entonces la vida nos juega la
mala pasada de no repartir unas buenas cartas a la hora de elegir.
Por mi vida han pasado muchas personas que se han ganado mi
corazoncito y otras tantas que no me han llegado a calar. Por suerte a los
veintitrés años di un sí quiero y el treinta de abril se cumplirán veintitrés
años de ese momento sin haber dudado nunca de mis palabras. ¡Sí, es la mitad de
mi vida!
Hay personas que duele más perder, otras que apenas te dejan
una mínima cicatriz y otras que te hieren el alma. Pero el tiempo es una aliado perfecto
para avanzar hacia una mejor versión de uno mismo y dejar atrás esas pequeñas
muescas del pasado.
¡Feliz día! J
Hay personas que deben irse porque cumplen un cometido en nuestra vida, otras se van porque no congenian en nuestra vida y a una buena parte de ellos...enemigo que huye puente de plata 😏
ResponderEliminarBesitos cielo 💋💋💋
Jajajaja, sí, esos no les he puesto, pero también están ahí... ¡Un beso!
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