Siempre hay luz
¡Buenos días! Mi cuenta atrás personal lleva activada varios
días. Es una sensación agridulce, de esas en las que no quiero ahondar,
prefiero esperar a que suceda y no agobiarme pensando en el después.
Porque hay instantes en los que me invade la ansiedad al
internarme en la realidad que me espera tras el verano, pero la combato con la
necesidad de dejar todos los asuntos lo mejor posible, de luchar por no venirme
abajo, por no dejarme vencer por la tristeza.
A veces las cosas no salen como esperas. Pero la única
solución es levantarse y continuar caminando, sonriendo, avanzando hacia donde
sea. Porque nunca sabemos cuál es el destino que nos espera detrás de una
encrucijada ni podemos pasarnos la vida angustiados por lo que no es.
He vuelto a escribir, a leer, a creer.
Todavía me queda un largo recorrido hasta la paz total, pero
la vida continúa con su ritmo, atrapándome, sumergiéndome en esa necesidad de dejar
salir mis sentimientos en los folios del Word y sintiéndome tentada a soñar en
grande. Aunque solo consiga abarcar lo pequeño.
Sigo con una trilogía intensa para mí. Creo que la comunión
entre mis emociones disparadas y la historia consigue llenar la trama de
intensidad.
Sé qué quiero transmitir, qué quiero escribir y conozco
demasiado mi necesidad de vestir las palabras con emociones casi táctiles.
Porque tras leer muchísimo estos últimos años he entendido mi ávida necesidad
de descubrir cómo los sentimientos de los personajes de mis lecturas consiguen
traspasar la barrera del libro para internarse en mi cuerpo y hacerlo vibrar,
sentir, estremecerse, llorar, reír.
No tengo ni idea de cómo acabaré ni cuál será mi próximo
destino laboral. Tampoco sé si algún día leeréis mis últimas novelas ni si
gustarán ni si voy a llorar de tristeza al descubrir que no os han llegado al
alma.
Solo sé que quiero entusiasmarme con un nuevo proyecto
laboral sin dejar de aporrear las teclas en los momentos libres, dándole vida a
mis mundos paralelos, dejando fluir las emociones que me embargan, intentando
darle una intensidad parecida a las tormentas sentimentales que arrecian en mi
interior.
Quizás el futuro se llene de ilusiones y nuevas publicaciones
o simplemente me deje como hasta ahora, en suspenso, sin acabar de decidirme a
volver a firmar un contrato porque necesito respirar, espacio y tiempo.
La buena noticia es que incluso los malos momentos consiguen
mitigarse y siempre hay una luz al final del camino.
¡Feliz día! J
Amar lo que hacemos ahora sin pensar en el después, así seremos más felices 😊
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
¡Un beso!
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