Bilogía 4ever
¡Buenos días! Hay momentos en la vida en los que es importante dejarse llevar por las emociones para crear una historia.
Pronto podré enseñaros la nueva portada de la mano de Litworld y no puedo estar más contenta porque la vida me ha ofrecido una nueva oportunidad de haceros llegar nuevas historias y tengo unas ganas locas de hacerlo. Porque de eso se trata ser feliz, de disfrutar de cada pequeño instante.
Hay novelas que calan más en mi interior, sobre todo durante la escritura. A veces solo es una gran afinidad con los personajes o ese run-run interno que me acompaña durante meses y me acerca a ellos.
Con la bilogía 4ever me pasó. Me sentía muy ligada a Brenda y a Dylan, sentía su cercanía, cómo sus mundos colisionaban, cómo evolucionaban lentamente, cómo crecían en mi interior.
La verdad es que Dy no es un protagonista fácil, llegas a odiarlo por su forma de tratar a Bren, por cómo la mangonea, por ese derroche de prepotencia que muestra. Cuesta cogerle cariño y mucho más entenderlo. Pero no se puede ir siempre a lo seguro ni construir personajes fáciles, y menos cuando el tiempo nos ayuda a quererlos porque vamos descubriendo su fondo a pasos de tortuga.
Bren, sin embargo, es una persona con quien se empatiza al instante. Consigue hacernos sentir, no se amilana con el tono de Dy ni se deja intimidar a pesar de sus constantes asaltos para ponerla en evidencia. Su sarcasmo, esas salidas de tono ingeniosas, cómo afrontó su pasado, su forma de plantearle cara nos ayudan a quererla, a sentirla como parte de nosotros, a entenderla.
Y sí, Brenda tiene una forma de pensar un tanto conservadora, pero tiene argumentos claros de por qué quiere hacer las cosas de esa forma. Es lista, decidida, llena de vitalidad y no se deja pisar con facilidad.
Es más fácil quererla.
Pero Dylan también tiene su pasado doloroso y unas razones poderosas para haber desafiado a la vida. Se merece que le prestemos atención a pesar de su hinchado ego y las «putaditas» que le dedica a Brenda. Es un chico con un corazón escondido y cuando lo descubre conseguimos atisbar un poquito de su alma.
Al final del primer libro se puede sentir rabia, impotencia y odio enfermizo hacia un personaje. Pero ¿qué es la vida sin chliffhangers? ¿Y sin personajes con dicotomías, difíciles de entender, pero que a la vez nos enternecen?
La historia de Dylan y Brenda se desarrolla en el MIT, en Estados Unidos. Es una universidad súper interesante, igual que los estudios de ambos.
¡Pronto tendremos portada, fecha, sinopsis y noticias!
De momento os voy a dejar los tableros de Pinterest (enlace a 4E3A) (enlace a I8U) y las playlist de Spotify (enlace a 4E3A) (enlace a I8U) para despertar vuestra curiosidad.
¡Feliz día! J
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